Desde que conocimos el diagnóstico de David Delfín (46 años) apenas se han podido conseguir fotografías en las que aparezca de frente al objetivo. Pese a la dureza de la enfermedad, el diseñador se muestra muy bromista ante los medios y desprende optimismo, tal y como ocurre con su fiel amiga y compañera frente al cáncer, Bimba Bosé (40).
Precisamente hoy ha sido la primera vez que comparecía para la prensa tras meses de cautiverio centrado en su recuperación. Delfín temía la transformación de su aspecto según avanzara su enfermedad: "Me daba cosa todo lo de la mediación porque antes de operarme estaba a tope con el deporte y con los selfies en el ascensor y demás. Y ahora hay veces que me miro al espejo y no me reconozco. Por eso las fotos que he subido a las redes son muy simbólicas, y en casi ninguna se me ve la cara".
Cuando es preguntado por la fuerza y los apoyos que recibe desde las redes sociales él contesta con un toque humorístico, "si algo tiene la enfermedad es eso, que das pena y la gente no te insulta tanto. Ahora me siento como si fuera mejor diseñador que antes". También ha querido explicar su ausencia en el programa de la pasarela más famosa de Madrid: "Si desfilara en Cibeles estaría súper nervioso, es un caos, poner el pie en un desfile no sabéis lo que es, y seguramente también me hubierais pillado dopado, para tranquilizarme. Pero hoy no, ya bastante medicación tomo. Hoy estoy fresco dentro de lo que cabe, teniendo en cuenta todo ese pastillerío que hay que tomar para el tratamiento".
David se muestra muy sereno, en gran parte a causa de la medicación, y destaca su rostro hinchado y su dificultad en ocasiones para contestar a las preguntas. Precisamente de esos impedimentos que le produce la enfermedad ha querido apuntar varias cosas "Hay veces que pienso pero no puedo expresarlo. Recién operado era horrible porque entendía todo pero no sabía decir nada, solo balbuceaba. Hay días que hablo mejor y días que peor". Los límites que nota en su movilidad también le afectan en su trabajo: "Los tumores de la parte izquierda me afectan a la parte derecha del cuerpo, no tengo fuerza para escribir ni nada. Voy al estudio a hacer apoyo moral y para no quedarme en casa como un enfermo. Me cuesta, pero hago el esfuerzo por estar ahí". Y no solo en lo laboral, también ha cambiado su día a día en las cosas más básicas: "Hay veces que la mano no me ayuda. Intento cortar el filete hasta la saciedad, pero cuando veo que después de varios intentos no puedo, es solo entonces cuando ya pido ayuda. Y me veo gritando, ¡córtame el puto filete este!".
El diseñador se ha convertido en un ejemplo de superación para muchas personas que se ven en la misma situación y no ven una salida. Para todos ellos Delfín no tiene una frase mágica "no soy bueno para dar consejos", pero continúa "que saquen fuerzas de donde no parezca que las haya. Que no sucumban a la enfermedad, que no se comporten ni se dejen tratar como un enfermo". Y tiene un mensaje claro para los que se han sorprendido de su ausencia en la pasarela: "Estoy con ganas, estoy fuerte, aunque no haga el desfile este año, en la siguiente temporada vendré con más fuerzas."