Los protagonistas han cambiado pero el escenario es el mismo. Han pasado casi seis años desde la última vez que Mario Vargas Llosa (80 años) pisó Estocolmo para un acto oficial relacionado con su profesión. En 2010 acudió para recibir el Premio Nobel de Literatura. El próximo viernes es la Universidad de Estocolmo la que investirá doctor Honoris Causa a la pareja de Isabel Preysler (65).
Mismo lugar pero distintas personas. Si en aquella ocasión la troupe Vargas Llosa casi al completo acudía para arropar al escritor, esta vez los acompañantes de Vargas Llosa serán muy diferentes, tanto, que la propia Preysler será suficiente para que los asistentes se olviden totalmente de la ausencia del resto del clan Vargas Llosa.
Ni los hijos -en aquella ocasión acudieron Morgana, Álvaro, Gonzalo y la entonces novia de éste, Genoveva Casanova, a presenciar el discurso oficial de agradecimiento del Nobel en el Instituto Cervantes de Estocolmo-, ni por supuesto Patricia Llosa (71), su entonces esposa.
Será, por tanto, su actual pareja, quien acuda del brazo del autor hispano-peruano, salpicando de glamour un acto a priori solemne y encorsetado.
Actos previos a la investidura
Dos días antes de que Vargas Llosa sea investido como doctor Honoris Causa, el Instituto Cervantes de Estocolmo ha organizado un coloquio sobre la figura del escritor.
Ya el día 30, la Universidad acogerá una conversación pública entre el profesor Ken Benson y el propio Vargas Llosa, un diálogo en español en el que incluso los asistentes podrán interactuar con el hispano-peruano.
Esta concesión a Mario Vargas Llosa es la segunda que recibe en menos de un mes, pues a principios de septiembre fue la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) la que otorgó el doctorado Honoris Causa al escritor "por su contribución a la literatura universal con una extensa obra en lengua castellana revestida de una original técnica narrativa (...) y por su compromiso público, por encima de cualquier diferencia ideológica, por la libertad, los derechos humanos y la tolerancia (...)".
En aquella ocasión, Preysler no pudo acompañar a su pareja, por lo que tendrá oportunidad de resarcirse el próximo viernes.