A pesar de confesar que “no soy nada cotilla y no me gusta el morbo”, Bertín Osborne (62) no pudo evitar preguntar a Azúcar Moreno durante su visita a Mi casa es la tuya por el verdadero motivo de su separación. Y cómo ya había dando a entender Antonia (53), ésta tuvo que ver con sus respectivos maridos.
“Por esa época ella está con Mauricio y yo con mi ex pareja. Y quieras o no hay enfrentamientos entre ellos. Desde que estas personas, bellísimas personas, por cierto, no están en nuestra vida, somos más felices, estamos más tranquilas”, comentó Antonia.
“Mi opinión es que en el momento en el que me detectan mi enfermedad y tienes que parar, ella quizá sintió que no sabía qué hacer y buscó la oportunidad de continuar su vida sin mí”, añadía Encarna (55).
De pequeñas vendíamos Lotería en la Puerta del Sol
“Hay una cosa muy inteligente por parte de ellos dos que es que se han sabido retirar de nuestras vidas en el sentido profesional. Ahora nos lleva otra persona que no tiene nada que ver con la familia”, explicaba Antonia.
Pero su separación no fue lo único de lo que hablaron. Las cantantes recordaron cómo fueron sus primeros años en Madrid viviendo en una chabola en Vallecas. “Era muy bonito. Todos los gitanos desayunando allí juntos. Yo tengo ese recuerdo de mi familia y me emociono. Ahora no soy más feliz porque viva mejor”, confesaba Antonia.
La cantante también recordó cómo para poder comer tuvieron que trabajar desde muy pequeñas. “Vendíamos Lotería en la Puerta del Sol. Era más importante comer que ir al colegio. Pero no queríamos ser analfabetas. Nos daban clases gratis por las tardes”, rememoró. “Había que buscarse la vida. Tenías que comer. Yo sabía que eso no era la vida de un niño. Sabía que era necesidad. Fue una época dura porque se pasaba mal, pero todos apechugábamos”, dijo Encarna.
Sus cuatro años más trágicos
Todo empezó a cambiar con el éxito de sus hermanos Los Chunguitos. “Si iban a llamar Los Peligrosos. Pero mi padre les puso Los Chunguitos porque eran muy chungos”, recordó Antonia. Sin embargo, la alegría les duraría poco ya que la vida se les “descolocó” cuando murió su hermano Enrique con 24 años.
“Veíamos que salían del túnel y de repente le detectan la enfermedad. Y ahí nos mató, nos hundió la vida”, confesó Encarna. “Mi madre se fue con él. A los dos años se murió con 53 años. En el fondo cuando mi madre murió, me alegré porque lo pasó tan mal, muerta en vida…”, recordó Antonia.
Fuimos las primeras gitanas con esos escotazos
Sólo dos años después también moriría su padre con 62 años. No sería la única muerte de la familia. Y es que de los nueve hermanos que eran, sólo viven cinco. “Aurelia, la mayor, murió con 44; José con 29, de un infarto y Carlos con 41. Se metió en un mundo feo, negro, en un pozo que no pudo salir. Luchamos con todas nuestras fuerzas, pero no pudimos hacer nada”, explicó Antonia.
Las cantantes también recordaron cómo revolucionaron el mundo gitano.“Salíamos con chicos payos, hacíamos la vida de una niña normal. Mi padre era el tío más moderno del mundo y mi madre igual”, explicó Antonia. “Fuimos las primeras gitanas con esos escotazos”, añadía.
“No teníamos el concepto de gitano tradicional”, comentó Encarna. “Nunca hicimos la prueba del pañuelo ni nada de eso. De hecho yo salí con un chiquillo y fui madre soltera. ¡Imagínate una gitana embarazada!”, relató Antonia, que recordó cómo se les criticó desde el mundo gitano.