Tauromaquia y homosexualidad son dos términos incompatibles para muchos aficionados a dicho mundo. Algo contra lo que el torero Posada de Maravillas (22) lleva luchando desde hace algunos años. Su último paso ha sido dedicar un toro a un periodista que fue amenazado de muerte recientemente por ser gay.
Sucedía el pasado fin de semana en Las Rozas. Entonces, el matador extremeño decidió brindar su segundo toro al periodista David Enguita "por haber defendido, cómo lo has hecho, la libertad y sobre todo el amor”. Un gesto que ha sido alabado por los colectivos de lesbianas, gay, transexuales y bisexuales, pero también criticado por algunos aficionados.
“Estoy encantado que hayan alabado el gesto, aunque creo que tampoco ha sido un gesto muy importante. También estoy encantado que me hayan criticado porque al fin y al cabo es que ha tenido repercusión y que la gente es más consciente que esos ataques no se pueden producir”, explica a JALEOS el joven torero.
Como ya publicara este diario el pasado julio, Enguita denunció amenazas de muerte por la retransmisión informativa que hizo de la manifestación estatal del Orgullo Gay. "Te van a dar un palizón que flipas por subnormal y marica", "A ver si con una puñalada se te quitan las ganas de seguir comiendo pollas" u "Ojalá te pillara y te matara" fueron algunas de las amenazas. Unas amenazas ante las que ahora Posada ha querido revelarse.
Precisamente la amistad entre el torero y el periodista se inició tras una entrevista del primero en El Mundo en las que dijo que “es fundamental que los gays se sumen a la afición”. “Hice unas declaraciones en El Mundo en el que dije que el colectivo gai tenía que sumarse a la afición taurina, me llamó David para hacerme una entrevista en Onda Arco Iris y ahí nos conocimos”.
¿Hay gais en el mundo de los toros? “Como en todas las profesiones tiene que haberlo, pero que haya sido reconocido, que yo conozca no”, comenta el joven, que ya en aquella entrevista confesó tener un montó de amigos y gays y haber salido por Chueca.
Preguntado si tiene miedo a que se le critique por su posicionamiento respecto a este colectivo, Posada lo tiene claro. “A mí el que verdaderamente me da miedo y con el que me agrada estar es el toro. Lo único que me aporta la tauromaquia es vivir. El día que deje de torear o quiera dejar de torear será el dia que quiera dejar de vivir”, reconoce.
Una dinastía centenaria
Y eso que cuando era pequeño no era nada taurino. “De pequeño quería ser Hércules. No quería ser torero”, confiesa Posada, por cuyas venas corre la sangre de una dinastía centenaria dedicada al toreo. Y es que Juan Luis Ambel Barranco (Posada es en honor a su familia y Maravillas por su madre) es tataranieto de torero, bisnieto de torero, nieto de torero, sobrino de torero, primo de torero y hermano de torero.
Todo cambió cuando fue a un tentador y vió el enfrentamiento, “ese amor entre un torero y el toro”. Ahí se produjo el punto de inflexión. En 2009 entraría en la Escuela Taurina de Badajoz, gracias a la cual mataría a su primer becerro vestido de corto y dónde estrenaría su primer traje de luces, que le regalaría su hermano, también torero.
Tras años preparándose para tomar la alternativa, un serio percance en la plaza de toros de Pamplona estuvo a punto de costarle su carrera. Al entrar a matar un toro, Posada se lesionó ´con su propia espada dos tendones y el nervio ciático de la mano derecha. “Aproveché aquella cogida para hacerme patrón de barco”, recuerda. “No suelo estar quieto nunca. Este año, aunque me he ido a Colombia a torear, también he tenido tiempo para ser piloto privado de avión”.
Finalmente tomaría la alternativa en la plaza de toros de Zafra donde tuvo como padrinos a dos paisanos: Morante de la Puebla y Alejando Talavante. Ya este año, en mayo, confirmaba su alternativa en Las Ventas de Madrid, junto a Roca Rey y nuevamente Talavante, y con la infanta Elena y su hija Victoria Federica, en la meseta de toriles.