Hoy vive apartada de la pequeña pantalla. No quiere saber nada de los focos y las cámaras que un día la hicieran despertar del anonimato en el que vivía. Esas mismas que captaron su vida en directo para entretener a millones de espectadores y que la convirtieron en un personaje famoso. Aquellas que le dieron ingresos de sobra como para vivir holgadamente junto a su hijo Adrián. Sin embargo, una mala gestión y el derroche han hecho que hoy Bea 'La Legionaria' (39 años)haya cambiado los bolos y programas de televisión para ponerse detrás de la barra de un bar. La concursante de Gran Hermano 6, quien hubo un momento en su vida que lo tuvo todo gracias al éxito de su edición y a convertirse en una de las concursantes más polémicas, hoy trabaja en una cafetería- pizzería de Getafe llamada Firenzze.
El establecimiento está situado en una de las calles más céntricas de la localidad madrileña, junto al Consistorio de la ciudad, y aquí Bea es una camarera más. Los clientes a los que atiende cada día en este mítico local están encantados con ella porque a pesar de las circunstancias 'La Legionaria' nunca pierde la sonrisa y es muy amable con todos. Por la zona la frase más comentada es: ¿Sabes quién está trabajando en la cafetería de la esquina del Ayuntamiento?
No hace mucho que ha encontrado este trabajo con el que intenta salir adelante. Antes estuvo en otro bar en Fuenlabrada, municipio al que llegó con siete años, y donde sigue viviendo en un piso de alquiler. Ella hace lo que sea. Su prioridad es su hijo y no quiere que le falte de nada. Pero no está siendo fácil. Hace unos meses la concursante del reality comentó en una entrevista a Kiko Hernández que el invierno pasado tuvo que mandar a Adrián a casa de sus padres a dormir porque ella no tenía dinero para pagar la calefacción en su piso de alquiler y hacía mucho frío. Aún así y aunque le han ofrecido volver a salir en la televisión, ella no quiere ni oír hablar de ello.
Su paso por el famoso concurso le dio cosas buenas, pero también otras muy malas. El padre de su hijo, con el que actualmente no tiene ningún tipo de relación, fue a los programas a hablar de ella y no precisamente bien. No quiere volver a dar pie a nadie para que se aproveche de su imagen. Tampoco le gusta que la señalen por la calle y mucho menos que las mamás de los compañeros de su hijo cuchicheen sobre ella en la puerta del colegio, como contó Bea en su momento. Además, cree que ser concursante de GH le ha cerrado muchas puertas a la hora de desempeñar otras labores. Ha llegado a maldecir el día que entró en la casa de Guadalix.
Está intentando dejar atrás todo eso, y con su nuevo trabajo y su sueldo de camarera Bea 'La Legionaria' intenta al menos tener una vida digna. Para el recuerdo de los seguidores del concurso quedará grabada en la memoria la mítica frase "si yo quiero tirarme un pedo aquí, me lo tiro; y si me lo quiero tirar aquí, me lo tiro. Nadie opina por mí".