La presentadora ha desvelado sus secretos más íntimos: cómo ser sexy, cómo mantener la chispa en el matrimonio o cómo ha conseguido adelgazar. La colaboradora de La Sexta no puede pedir más a la vida ya que se encuentra en un momento personal y profesional inmejorable, su relación con el chef David Muñoz (36 años) va viento en popa y se encuentra inmersa en tres proyectos televisivos - Zapeando, Dentro de y Tu sí que sí - volverá a dar las Campanadas por tercer año consecutivo.
En cuanto a sus trucos para ser sexy, Cristina (28) lo tiene claro: "se trata de sentirse sexy, es una actitud, tener la autoestima alta, que tus defectos pasen a ser perfectos". Y aunque de pequeña en el colegio la llamaban 'Cola Cao' porque era muy morena, la vallecana admite que siempre se ha querido a sí misma tal como es y eso es culpa de lo que le inculcaron sus padres, "he tenido una infancia maravillosa, con una familia ideal y aunque los padres se ponen un poco pesados, yo en el fondo quiero ser como mi madre". Y es que poco a poco ve cómo se hacer su momento para ser madre, "yo dije que querría tener hijos a los 30, pero ahora que los veo tan cerca, digo que mejor a los 32, pero sí que me gustaría en un tiempo".
De hecho, en su frenética vida ahora no cabe pensar en un bebé porque no para de viajar de Madrid a Londres y de Londres a Barcelona. En la capital inglesa está ayudando a su esposo en la apertura y día a día del StreetXo londinense: "Paso las comandas, vigilo que la gente esté sentada donde tiene que estar, o algo tan simple como avisar de que se ha acabado el papel higiénico", explica.
Pedroche continúa conquistando a su marido día a día a base de picardía, "yo soy muy salvaje y arriesgada siempre, en lo íntimo también". Y respecto a David solo tiene piropos y buenas palabras, "él es la viva esencia de lo que es ser sexy", al igual que él hacia ella, "dice que soy perfecta a cualquier hora del día, incluso cuando me levanto con el ojo pegado dice que es el mejor momento del día". A pesar de los perfectos que se ven el uno al otro Pedroche afirma que ninguno es celoso, "es que somos muy empalagosos, estamos todo el día juntos, no tenemos miedo de perdernos porque somos uno, es como si cualquiera tuviera miedo de perder una mano, es algo que ni te planteas".
La presentadora se ha quejado de que siempre se malinterpreten las frases que son dichas por mujeres y no por hombres. Se ha referido a la vez que ella expresó que nunca podría querer a su hijo tanto como quiere a su marido: "David ha dicho muchas más burradas que yo y no ha pasado nada. Dijo que no sabía cocinar hasta que me conoció, y es mentira porque ya tenía tres estrellas Michelin".
Precisamente empleando esa frase de su chico, podría decirse que Cristina tampoco sabía comer bien hasta conocerle, hecho que ha repercutido en su figura:"que la gente esté tranquila porque no puedo comer más ni mejor. Desde que estoy con David no como comida basura, me como una buena hamburguesa con carne de calidad y queso en condiciones. Por ejemplo, ceno verduras al wok, que la gente dirá 'qué rollo verduras', ya, pero las que hace mi chef saben a Dios. Y por eso me como unos tanques enormes pero de comida sana". Desmiente que haya hecho dietas estrictas, "no he seguido ninguna dieta de 1200 calorías ni nada de lo que he leído, solo sigo lo que mi marido quiere experimentar en la cocina". Por tanto, el truco para adelgazar de Cristina ha sido "que como mucho más sano y que estoy en tres programas a la vez y hay veces que como en el taxi y entonces mi cuerpo lo quema directamente. Pero alucino con todo lo que se ha creado porque haya bajado tres kilos, ni uno más".
Sin embargo, el secreto que aún sigue en incógnita, incluso para ella misma, es el diseño que lucirá en Nochevieja ante la Puerta del Sol:"Estamos aún buscando la marca perfecta, estamos barajando muchas opciones, pero todavía queda tiempo", explica sin querer avanzarnos nada, "yo lo que quiero es mejorar lo que hice el año pasado".
Además, su compañero en las Campanadas será Alberto Chicote, a quien conoce desde que entró en Atresmedia: "Que me pongan a un cocinero al lado me hará sentir mucho más cómoda, como en casa". Y además de las doce uvas, otra cita que no se pierde nunca el 31 de diciembre es la carrera de la San Silvestre, pero este año no sabe si llegará a hacerla, "siempre que la he hecho al final acabo con la lengua fuera y en realidad es retrasar el trabajo del peluquero, maquilladores... pero me gustaría correrla porque es la más personal y especial para mí".