La reina de Trueba no es Penélope, es Cristina Huete
Fernando Trueba y su esposa son la familia real del cine español. Ella lo es todo en la vida del director.
3 diciembre, 2016 02:00Noticias relacionadas
Los reyes del cine español han sido, poco a poco, destronados en las taquillas por sus herederos. Incluso Pedro Almodóvar (67 años), que ejerce de rey emérito en festivales y homenajes internacionales, no ha podido mantener su corona frente a J.A. Bayona (41), aspirante a un reinado absolutista de larga y fructífera duración. Le ha llegado el turno a Fernando Trueba (61).
Los paupérrimos datos de taquilla de La Reina de España, la mala acogida de por parte de la crítica, la polémica en torno a la autoría original de los personajes (nacidos en La niña de tus ojos, con más padres de los ahora reconocidos en los créditos) pero, sobre todo, su 'vía crucis' ante una campaña de acoso y derribo orquestada por sectores nacionalistas tras unas palabras –libres y malinterpretadas– del director al recoger el año pasado en Premio Nacional de Cinematografía, ponen en apuros al máximo exponente de una dinastía cinematográfica en la que parecía que nunca se pondría el sol. Porque el director y guionista Fernando Trueba y su esposa, la productora Cristina Huete, encabezan la corte de la que ha sido, y sigue siendo, la aristocracia de nuestro cine: la familia con más nominaciones y más premios Goya en apartados tan dispares como Mejor Película, Mejor Película de Animación, Mejor Documental, Mejor director, Mejor Director Novel, Mejor Guión, Mejor Diseño de Producción, Mejor Canción Original o Mejor Diseño de Vestuario. El Oscar y el Bafta tampoco faltan en sus estanterías.
El árbol genealógico de los Trueba–Huete está, en su segunda generación, portentosamente enraizado en la industria: así, aunque la estrella del patriarca se apagara derrotada por el boicot, su hermano David (47) y su hijo Jonás (35) seguirán portando el pendón de la Casa Trueba en las salas de cine y las librerías, pues ambos han mostrado vocación tanto para la cámara como para la pluma. Conviene destacar un fenómeno que en términos estadísticos resulta casi milagroso en una misma familia: ambos han conseguido estrenar y publicar sin problema alguno. Y con éxito, tampoco lo vamos a negar.
Cinéfilo, casi cinéfago, ejerció como crítico durante años. Antes de ser coronado, Trueba ejerció como enfant terrible con una rebeldía a lo Froilán (18) que le llevó a agredir al crítico de cine Diego Galán tras publicar su opinión sobre su documental Hasta que el cuerpo aguante (1982). Puede que su cuerpo aguantara la presión del Festival de Cine de San Sebastián en el que se estrelló –perdón, se estrenó–, pero su ego se vio tan resentido que arrojó un cubo de agua sobre el periodista. Hace unos días, el crítico publicó una columna defendiendo a Trueba ante el acoso: la agresión fue perdonada hace tiempo, ya que fue considerada una muestra de su sentido del humor ("A Fernando Trueba le gustan las provocaciones… Y a través del humor, más o menos acertado, él se expresa en la vida y con mucha frecuencia en sus películas. Pero es posible que no sea el nuestro un país de buen humor y que predomine la irritación, a pesar de los muchos motivos que podría haber para la risa".). El jarro de agua fría que ha recibido el cineasta con los datos de recaudación no le ha hecho, con razón, ninguna gracia.
Líder carismático del "grupo de Yucatán", unos amigos que compartían la misma pasión y que se reunían en la cafetería del mismo nombre, en la Glorieta de Bilbao de Madrid, y en el que figuraban Óscar Ladoire, Carlos Boyero, Antonio Resines (62) y El Gran Wyoming (61), entre otros, Trueba ha sabido conservar las amistades. Han conformado casi una familia con los que ha trabajado en innumerables ocasiones. La aparición en su vida de los productores Fernando Colomo (70), primero, y Andrés Vicente Gómez, después, le sacaría del palacio de invierno de los cortos y el cine independiente hasta conducirle el trono de la superproducciones taquilleras multipremiadas.
Pero nada de todo ello habría sido posible sin la figura de Cristina Huete, su esposa, mano derecha y auténtico cerebro en la sombra que maneja los negocios para dar a Fernando la libertad creativa que necesita como autor. No es, en absoluto, una reina consorte, sino la que lleva el peso de la corona: la productora de las películas de su marido Fernando y de su cuñado David. Su hijo Jonás tiene su propia productora, Ilusos Films.
Manolo Huete, un veterano actor querido por sus amigos por su gran corazón y sus maravillosas historias, compartió muchas discusiones de cine y anécdotas personales con Fernando. Manolo, fallecido en 1999, era padre de Lala, Angélica Ana y Cristina. También de un hijo, Manuel. Fue el actor que le presentó sus hijas al director, y fue Cristina quien finalmente le conquistó… Ahora hagan memoria y recuerden el argumento de Belle Epoque, la cinta que le valió a la pareja 9 Goyas y el Oscar a la mejor película en habla no inglesa: "Fernando (Jorge Sanz), un desertor tras la sublevación de Jaca, se refugia en casa de Manolo (Fernando Fernán Gómez), un artista bohemio que lo acoge como a un hijo. Con la llegada de las hijas de su protector –Luz (Penélope Cruz), Clara (Miriam Díaz Aroca), Rocío (Maribel Verdú) y Violeta (Ariadna Gil)–, el joven se ve envuelto en una sucesión de romances y seducciones". El guiño autobiográfico es patente, aunque se queda en eso, un guiño.
La primera colaboración de Cristina fue, precisamente, en Mientras el cuerpo aguante. Y desde entonces ha estado a su lado. Ambos mantiene una férrea discreción en lo que se refiere a su relación, dedicándose por completo al cine y, también en los últimos años, a la música, la otra gran pasión de Fernando. Ella es quien ha llevado a su marido (Belle Epoque, La Niña de tus ojos) y a su cuñado (Vivir es fácil con los ojos cerrados) a ganar el Goya a la Mejor Película. Con su tesón cosechó para al documental Calle 54 y a la cinta de animación Chico y Rita sendas nominaciones al Oscar de Hollywood.
Paralelamente, sus hermanas iban haciéndose un hueco y afianzado su prestigio:
Ana, a través de su productora El catalejo, produjo Orquesta Club Virginia, El baile del pato, La buena vida, La vida alegre o la recordada serie Chicas de hoy en dia… Más recientemente se ha encargado de producir Vete de mi o Más pena que gloria, dirigidas por Víctor García León (hijo de José Luis García Sánchez y Rosa León, grandes amigos de la familia Trueba-Huete) y con guión de su sobrino Jonás.
Angélica Huete, ganadora del Goya por el Diseño de Producción de La niña de tus ojos, trabajó con Fernando también en Two Much y la serie La mujer de tu vida. Como productora cuenta con El Canto del loco, la película, de Féliz Viscarret y el documental sobre Bebo Valdés Old Man Bebo, en el que su cuñado aparece junto a figuras como Chucho Valdés.
Lala Huete es una de las diseñadoras de vestuario más reconocidas. Cuenta con tres premios Goya (El Greco, El embrujo de Shanghai y La niña de tus ojos) y un Bafta por El laberinto del Fauno, que la dejó a las puertas del Oscar.
Por parte de Fernando, conviene señalar el papel cada vez más importante de David Trueba, que llegó a ser vicepresidente de la Academia. Articulista, novelista, incluso letrista de un tema de Andrés Calamaro nominado al Goya, comenzó como guionista con éxitos como Amo tu cama rica y Los peores años de nuestra vida, de un gran amigo de la familia, Emilio Martínez Lázaro. Su ópera prima, La buena vida, supuraba cinefilia y mostrar su lado más romántico. David ha sido, como buen mitómano, director de su pareja: con Ariadna Gil hizo Ópera prima, Bienvenido a casa, Vivir es fácil con los ojos cerrados… Pero también ha dirigido a su hija, Violeta Rodríguez (Vivir es fácil… y la serie ¿Qué fue de Jorge Sanz?). Su separación de Ariadna Gil, que le dejó por Viggo Mortensen, provocó todo un revuelo.
Jonás, antes Jonás Groucho, es su hijo. Nacido en 1981, ya lleva cuatro películas. La reconquista es su trabajo más reciente, y uno de los más valorados por la crítica. No tanto por el público. Su cine, por ahora, dista mucho de cosechar grandes recaudaciones. Tampoco parece que sea ésa su prioridad. Una curiosidad, a los 15 años debutó como actor de la mano de su tío en La buena vida, junto a Fernando Ramallo y Lucía Jiménez.
Más que una familia conforman una dinastía. O un clan. Y no van a entregar la corona tan fácilmente.