Es una de las separaciones más sonadas en la high catalana. El presidente de Pronovias, Alberto Palatchi, ha firmado su acuerdo de separación después de 30 años de matrimonio con Susana Gallardo, heredera de los laboratorios Almirall, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL.
El matrimonio se rompe, como ha publicado El Confidencial, pero no la unión comercial. Ambos trabajan en la cúpula de Pronovias, él es el presidente y ella la vicepresidenta, y así seguirá siendo por el momento. El divorcio es de mutuo acuerdo y después de tres décadas no habrá ni contencioso ni nada por el estilo.
Con una fortuna valorada en unos 750 millones, según Forbes, los Palatchi son una de las familias más ricas del país. El verano pasado se casó Gabriela, la hija pequeña del matrimonio, un momento que sirvió para poner la crítica situación de la pareja sobre la mesa.
Tras la boda, una espléndida celebración en La Cerdanya con decenas de invitados, Susana Gallardo tomó la decisión de separarse. La casa familiar quedó vacía y los problemas se evidenciaron más. Hace pocas semanas estuvo de visita en Estambul, donde vive su hija (se casó con el turco Ediz Elhadef) y allí posiblemente aprovechó para contarle su nueva situación.
La noticia ha caído como una bomba en la alta sociedad catalana. El matrimonio es habitual en fiestas y siempre se les ha visto juntos en todos los actos sociales. Ambos, además, forman parte de dos familias poderosas. Palatchi creó un imperio y Gallardo es la hermana de Jorge Gallardo, presidente de los laboratorios Almirall (fabricantes de Almax, entre otras muchas cosas), empresa familiar creada por su abuelo.
Juntos tienen tres hijos: Gabriela, Marta y Alberto. Serán ellos, seguramente, quienes más sufran estos dáis la separación de sus padres.