Juan Bautista Cucarella lleva más de diez años cuidando el cabello de Pedro Almodóvar (67 años). El siempre intacto peinado del cineasta manchego es obra del estilista cordobés, aunque siempre actúa atendiendo a lo que su cliente más popular le pide: "Pedro lo tiene muy claro, hay gente que no tiene claro el look que desea, pero no es su caso, él sabe siempre lo que quiere, aunque también es muy flexible", explica a EL ESPAÑOL.
"A él le gusta su pelo y la verdad es que lo tiene maravilloso. Recio, fuerte, que ya quisiera yo, que soy calvo", bromea el peluquero. Y es que el peinado de Almodóvar siempre ha sido una característica muy marcada de su personalidad, aunque haya tornado su color debido al paso de los años. "No se tiñe para nada, es su blanco natural y el brillo que tiene es suyo, la naturaleza se ha portado muy bien con su pelo", explica Cucarella a este medio.
Al cabo de una década el cabello del director alteró su tonalidad. Durante el rodaje de Tacones Lejanos (1991), Pedro mostraba una cabellera muy morena y de estilo afro, que fue dejando paso a las primeras canas allá por el 2002 que han dejado finalmente una melena de impoluto blanco en los últimos tiempos. Lo que tienen en común todas sus etapas es la inquebrantable estructura de su peinado, que se mantiene así gracias a un buen fijador y a las manos artistas de Cucarella. Nunca utiliza laca porque "está muy concienciado con el medio ambiente y los animales", explicaba el estilista y que se trata de un pensamiento que también comparte con él y que les hizo unirse aún más.
La historia entre Almodóvar y Cucarella necesitó una 'celestina': "Nos conocimos por amigos en común, por Rossy de Palma sobre todo, y tras trabajar juntos por primera vez, todo fue rodado y se fue forjando aún más la relación". Después de un par de años de ratos de confidencias, peine y secador, el director quiso confiar en el estilista: "Me propuso trabajar en Los abrazos rotos, a lo que acepté ciegamente, y ese fue el punto de mayor lazo entre los dos", cuenta a este medio.
A pesar de que Almodóvar impulsó la carrera de Juan Bautista, el andaluz ya llevaba décadas codeándose con artistas: "Hace 16 años que tengo el salón, pero llevo 20 años trabajando en el cine, el teatro, la publicidad, editorial... tengo 'el culo pelado' de trabajar en este mundillo". En su lista de clientes están actrices de la talla de Carmen Maura, Victoria Abril, Marisa Paredes o Penélope Cruz entre un largo etcétera, así como cantantes como Rosario, Lolita, Marta Sánchez, Ana Torroja, Rocío Jurado, Rocío Dúrcal... "He trabajado con todo tipo de artistas de este país, desde el folclore español hasta los más punky como Alaska o Mario Vaquerizo con las Nancys Rubias", cuenta el estilista y maquillador.
Precisamente, dado que muchos de los que acuden a su salón son personajes públicos muy habituales en la prensa rosa, no tiene ninguna de estas publicaciones al alcance en su estudio: "Yo cuando voy a trabajar voy a eso, soy muy discreto, procuro no meterme en cosas íntimas, como por ejemplo, en sus vidas. La gente se puede sentir invadida o agredida, por eso en mi peluquería ni siquiera hay revistas del corazón. Mi salón no es un salón de cotilleo". Pero no se resistió a comprar una de ellas estos pasados días: "Tan solo compré en la que se hizo un amplio reportaje de mi amiga Bimba Bosé. Y es que yo la conocí muy bien porque trabajé con David Delfín y Mariola Fuentes durante 16 años en una compañía de teatro girando por el mundo".
No se puede sacar ni una mala palabra de Cucarella hacia Pedro Almodóvar, algo comprensible después de haber compartido más de media vida profesional juntos: "Pedro es una persona encantadora, para mí es un orgullo trabajar con el, es un señor que ha traído a España muchas satisfacciones y uno de los que más trabajo da a actores españoles y sobre todo a las mujeres. Es encantador. Aparte de su buena labor como director de cine, tiene una calidad humana increíble", explica el estilista con un tono de admiración casi palpable.
Sin embargo, Cucarella sabe diferenciar entre lo personal y lo profesional de su relación con el manchego y lo que significa para él tenerle en su vida: "No puedo decir que seamos amigos, yo trabajo para él. Tengo mis amigos y mi familia, para mí la palabra 'amigo' es muy importante, pero sí que es una persona a la que quiero mucho, a la que admiro y sobre todo le tengo muchísimo respeto, porque no para de enseñarme cosas, estar con Pedro es como mamar de una fuente que nunca se acaba".
Pero, ante todo, Pedro Almodóvar y él tienen algo en común: la existencia de su trabajo bebe totalmente de la cultura. Por eso, Cucarella se pone reivindicativo con un sector que, en sus palabras, está cada vez más vapudeado por los mandatarios: "Una sociedad sin cultura es una sociedad muerta, además, los proyectos de cine o teatro, no solo dan de comer a los actores, sino que en esos proyectos se involucran cientos de personas, y esas personas mantienen a otras cientos de familias, es una cadena. Si mejora la cultura, mejoran las familias de todos los equipos técnicos que trabajamos en él, incluido yo".