"Depende, ¿de qué depende? De según cómo se mire, todo depende". Pau Donés siempre relativizó y miró la vida desde un lado positivo. De cada una de sus experiencias, buenas o malas, aprendió una lección. Una semana después de cumplir 16 años su madre decidió quitarse la vida. "Pasé de sentirme mayor a serlo. En un segundo pasé de ser un idiota adolescente a un adulto menos de edad. La muerte de una madre… ¡Menudo palo! La lección fue severa pero definitiva: el sentido de la vida cobró la importancia que en realidad tenía y que yo, hasta el momento, no le había sabido dar. Sufrí un dolor insoportable, un miedo atroz e infinito. ¿Cómo se podía vivir sin madre? […] Nunca nadie me dio una lección tan poderosa, y si soy lo que soy es gracias a la fortaleza que mi madre me transmitió de forma tan dura y fulminante", relató el cantante en su libro 50 palos… y sigo soñando (Planeta) que publicó en febrero de 2017 cuando el cáncer había vuelto a su vida por segunda vez.
Después de la traumática pérdida de su madre llegaron sus coqueteos con las drogas. "Empecé joven en ese sórdido mundo, de lo cual no me siento para nada orgulloso, sino más bien arrepentido, porque quién me dice a mí que el haberle dado leña al cuerpo no haya tenido que ver con el cáncer que ahora sufro y que, por otro lado (veamos el lado bueno), ahora me mantiene alejado de las drogas".
Precisamente el cáncer fue otra de las sombras de su vida. "Apenas dos meses de cumplir los 49 me diagnosticaron un cáncer. Un cáncer tan potente como la vida que he llevado, en mi caso no podía ser de otra manera, ¡todo a lo grande, a lo bestia! Un cáncer que seguramente me acompañará toda la vida. Pero no me quejo, al contrario. Aún sabiendas de que el "cangrejo" puede matarme en cualquier momento, también me ha dado una perspectiva única que me ha hecho más consciente de la vida que llevo y del tiempo que tengo. Por contradictorio que parezca el cáncer me ha dado momentos gloriosos, de una clarividencia brutal, de una emoción como nunca antes había sentido".
El cáncer, por ejemplo, le volvió a acercar a su hija. Sara Donés nació cuando Pau tenía 30 años y en ese momento sentía que no estaba preparado para ser padre. Sus giras, conciertos y discos le mantuvieron alejado de casa y no le dedicó el tiempo que le hubiera gustado. "Descubrí un amor que nunca antes había conocido, me volví cariñoso, amoroso, incluso pegajoso, nunca antes le había dicho tantas veces a alguien lo mucho que la quería. Gracias a ella ahora soy más grande, más fuerte, más persona y mucho más feliz".
Sara era una de las personas por las que Pau Donés no se quería morir. "Me quedo por mi padre, por mi hija, por mis hermanos, mis amigos y en general por toda la gente que me quiere. No se merecen que me muera ahora. […] También me quedo por mí mismo, porque morirme ahora no me va bien", explicó entonces en su libro. "Esto de estar vivo es un chollo, y lo de morirse una putada, la verdad. A la muerte nunca le he prestado mucha atención, como que la idea de morirme nunca me ha impresionado demasiado. Ahora que la llevo dentro de vez en cuando me da por pensar en ella. Ahora ya no me ronda cerca sino que me acompaña allá donde vaya".
Estas y otras reflexiones son las que reflejó el intérprete en 50 palos... y sigo soñando. Un libro que nunca quiso calificar como biografía porque decía que las "biografías huelen a muerto" y su hora aún no había llegado. En él también relató su trayectoria profesional. A pesar de su dislexia e hiperactividad estudió Económicas y Empresariales, pero la fórmula para calmarle fue la música. Jarabe de Palo fue el grupo que consolidó su carrera musical con diez álbumes de estudio, dos recopilatorios y miles de conciertos alrededor del mundo.
A Pau Donés le extirparon trece tumores (uno en el colon de siete centímetros y doce más pequeños en el hígado). Cuando parecía que el cantante ya estaba limpio volvió a sufrir un revés: un nuevo tumor maligno en el peritoneo, la membrana que recubre el interior del abdomen. "Tengo ganas de hacer muchas cosas. No me gusta irme teniendo la sensación de que me quedé corto, pero está claro que la música va a seguir ocupando gran parte de mi tiempo y, mientras pueda, no pienso perder la oportunidad de subirme al escenario. Ya he disfrutado de la mitad de mi vida y me dispongo a ir por lo que meda. A tope, sin medias tintas, hasta que el cuerpo aguante. Y el día que no aguante…, adiós muy buenas y que me quiten lo bailao… O mejor, que no me lo quiten".
Este martes 9 de junio la luz de Pau Donés se apagaba para siempre. Tras cinco años de larga enfermedad, el artista fallecía en Barcelona a los 53 años de edad. Antes dejó escrita su despedida, como él mejor sabía, a modo de canción. En Eso que tú me das agradeció todas las personas buenas que pasaron por su vida.
Eso que tú me das
Es mucho más de lo que pido
Todo lo que me das
Es lo que ahora necesito
Eso que tú me das
No creo lo tenga merecido
Por todo lo que me das
Te estaré siempre agradecido
Así que gracias por estar
Por tu amistad y tu compañía
Eres lo, lo mejor que me ha dado la vida
Por todo lo que recibí
Estar aquí vale la pena [...]
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