De la bulimia a modelo 'curvy': el drama de Marisa Jara
La modelo ha publicado el libro 'La Talla o la vida' donde relata su complicada relación con la alimentación.
26 marzo, 2017 01:34Noticias relacionadas
Aunque desde muy pequeña Marisa Jara empezó a interesarse por la estética y la belleza, su llegada al mundo de la moda fue por casualidad. Cuando tenía 15 años acompañó a su hermana a una agencia de publicidad y los responsables también se interesaron por ella. Ahí comenzó su carrera profesional como maniquí internacional y sus problemas alimenticios. Ambas cosas siempre fueron de la mano. Ahora con 37 años y reconvertida en modelo curvy, la sevillana se ha atrevido a contar en su libro La talla o la vida, la bulimia nerviosa que padeció durante muchos años y que tanto le costó superar.
Su primer trabajo serio fue en Japón: "Al aterrizar en Tokio enseguida empecé a hacer campañas de publicidad, editoriales de revistas, desfiles e innumerables sesiones de fotos. Todos los días me pesaban y me medían todo el cuerpo con una cinta métrica para tener la seguridad de que me mantenía en los 52 kilos que tenía cuando llegué. Con el paso del tiempo me fui obsesionando con que cada mañana tenía que dar la talla, y nunca mejor dicho. […] La segunda semana ya había engordado tres kilos. Recuerdo las caras de enfado de todos mis bookers repitiéndome una y otra vez que no podía coger ni un kilo más. […] Empezaron a revisarme la cesta de la compra y todo lo que no fueran verduras directamente lo tiraban a la basura".
Ahí es cuando comenzó una lucha interior para mantenerse a raya con los canones de belleza establecidos: "Mi vida era un constante dilema entre mis problemas de peso y mi relación con la comida: siempre tenía hambre, pero también quería salir en las páginas de Vogue… si quería seguir trabajando al mismo nivel, estaba claro que necesitaba ayuda, pues mi ansiedad estaba constantemente al acecho. Ser modelo y atiborrarse de comida a la mínima oportunidad no eran compatibles. No podía pretender comer de la misma manera y al mismo tiempo mantener una talla 36".
Sin ser consciente de ello, la bulimia nerviosa entró en su vida. Empezó a ingerir alimentos en exceso, y de forma recurrente, para después provocarse el vómito. "La obsesión por perder peso me atormentaba constantemente y pensaba que, si vomitaba todo lo que había comido, no engordaría. Pero estaba muy equivocada, a pesar de eliminar de mi cuerpo lo que había ingerido, seguía engordando". Fue entonces cuando Marisa Jara empezó a sentirse muy débil y a sufrir desmayos en los castings producidos por bajadas de tensión y azúcar. "También empezó a caérseme mucho el pelo. Aquellas deficiencias nutricionales afectaron también a mis uñas, que empezaron a volverse quebradizas y blandas".
La situación se volvió tan insoportable que pidió ayuda a sus padres. Entró tratamiento con un médico, un nutricionista y una psicóloga, que le hicieron ver que no podía vivir obsesionada con las calorías de los alimentos que ingería. "Opté por usar el sentido común y una mañana me levanté y me fui a mi agencia y dije que quería ser modelo de tallas grandes". "Dicen que cuando una puerta se cierra, se abre otra y en mi caso fue así porque enseguida me llamó Vogue España para hacer una bonita editorial como modelo exuberante", explica Marisa en su libro. Su vida cambió a partir de entonces. Empezó a querer y aceptar su cuerpo tal y como era.
Hoy su carrera como modelo curvy va viento en popa. Hace unas semanas desfiló en la pasarela Simof de la mano de las diseñadoras Sonibel, que presentaban este año su primera colección de moda flamenca 'curvy'. Reconoce que en más de una ocasión algún hombre le ha dicho: "Qué pena que no estés más delgada, eres muy guapa" o "Serías mucho más guapa si adelgazases". Ninguno de esos comentarios ya le afectan.
Después de haber desfilado en las mejores pasarelas del mundo con las mejores marcas, Marisa Jara hoy está centrada en su nueva faceta como modelo curvy. Una profesión que compagina con su firma personal de joyería Jade Jara y su blog en El Mundo. La modelo ha estado casada en dos ocasiones: la primera con el empresario Chanté Gómez y la segunda con Manuel Vittorio. Otras parejas conocidas han sido el bailarín Joaquín Cortés (48) y el cantante Manu Tenorio (41).