Hace unos años decía 'estar' Sin Blanca y ahora calza unas Chelsea Boots. Así se llaman los dos grupos musicales que ha liderado Santiago Isla (22) desde que empezó a picarle el gusanillo de la música en la adolescencia. Siendo el primogénito de Pablo Isla (53), presidente del imperio Inditex desde que Amancio Ortega (81) dejara el cargo en 2011, resulta curioso el nombre que escogió para sus dos bandas. Mientras el primero en una antítesis de su verdadero estatus económico debido a los más de 10 millones de euros que gana su padre al año, el segundo podría verse en un catálogo de la firma gallega ya que esas botas se convierten en un must have cada temporada.
"Nosotros ya tenemos nuestras propias botas, no hace falta que nos las regale nadie", explica Santiago a EL ESPAÑOL queriendo separar los negocios de su padre de su aventura en la música. Y es que el joven, sea cual sea su marca de calzado, lo cierto es que ha entrado en el mundo artístico pisando fuerte. A finales de 2014 creó la banda Chelsea Boots y solo dos años y medio después ya ha fichado por una de las multinacionales más importantes del mundo, Universal: "Hemos firmado hace poco con ellos, con los que hemos sacado dos singles desde finales de enero hasta hoy". Además, los cuatro chicos no quieren perder el tiempo y de hecho, cuando atendían la llamada de este medio se encontraban en plena grabación de maquetas de cara a su próximo reto: "Para antes de finales de año nuestro deseo es sacar un primer disco, que no solo sería el paso definitivo como grupo sino también la presentación de cara al público", declara el vocalista.
Definen su estilo como "música sin complejos" que nace de una mezcla de estilos gracias a que se declaran "una generación sin prejuicios". Y es que son precisamente los prejuicios algo que no va con ellos, pues el propio Santiago Isla es licenciado en Derecho, como su padre, y ahora posa con aires modernos en las fotografías de promoción de su banda, mientras el elegante traje con el que recogió su título de Derecho permanecerá a un lado hasta nuevo aviso.
"Fue una etapa en mi vida que pasó, que está bien, estoy contento de haber estudiado la carrera", explica. Y aunque pudiera parece que su padre le empujó a hacerlo, nada más lejos de la realidad: "Lo elegí yo, mi padre no tuvo nada que ver. Pero es que cuando eliges una carrera, con 17 años, no sabes lo que quieres ser en la vida, vas con los ojos aún vendados y tampoco tenía claro siquiera que quería ser músico. Forma parte de la evolución natural, yo era buen estudiante y entonces no iba a no estudiar una carrera, eso tampoco era algo que me planteara y a medida que avanzas en la carrera empiezas a ver tu vida en términos más adultos y en los dos últimos cursos tenía claro que quería centrarme en la música y que el Derecho no estaba mal pero que acabaría la carrera y ahí se quedaría".
Pese a que no se plantea llevar una vida de negocios como su padre y se ha aventurado a vivir un mundo más artístico, el joven, las pocas veces en las que se le pueden arrancar frases sobre su padre, se muestra orgulloso de su progenitor: "Le admiro mucho, faltaría más, pero llevamos vidas diferentes, cada uno tiene que escoger su camino, pero ojalá me vaya tan bien como a él".