"Te he imaginado bañándote desnuda en el mar, comiendo carne cruda y aullando". Esa es la frase que pronunció hace ochos años Pablo Motos (51 años) y por la que supuestamente Shakira (40) habría rechazado la invitación de El Hormiguero. Sin embargo, EL ESPAÑOL ha sabido que la cantante colombiana ha grabado este martes el programa que se emitirá la próxima semana, tirando por tierra esa teoría.
Ahora, el nuevo frente abierto que tendrá que batallar la de Barranquilla será el cruce de declaraciones que han protagonizado su marido, Gerard Piqué (30), y la pareja de Pilar Rubio (39), el futbolista del Real Madrid, Sergio Ramos (31).
La guerra entre los deportistas viene de lejos. Ambos representan unos colores, el blanco y el blaugrana, y los triunfos de esas respectivas camisetas es el que siempre les ha mantenido en rivalidad. Y es que esta semana el Real Madrid se coronaba campeón de Liga y en la celebración de todo el equipo con la afición en Cibeles el cántico por parte de los merengues encabezados por Ramos fue: "¡Piqué, cabrón, saluda al campeón!". Un grito en respuesta al "Madridista el que no bote" que espetó el catalán cuando consiguieron ese mismo título en 2009.
Casualmente -o no- ese fue el único año en el que Shakira ha acudido al programa de El Hormiguero, pero en las próximas horas lo hará de nuevo y esta vez con el club rival de su pareja siendo líder de fútbol español. Y es que, además, la cantante podría encontrarse en plató con Pilar Rubio, colaboradora semanal del show con su espacio dedicado a diferentes retos. Y qué mayor reto para ambas que verse las caras en prime time y crear un ambiente de tensión por culpa de sus parejas, a los que las dos profesan su amor siempre que pueden.
Mientras Shakira le dedica toda una canción a Piqué en la que no para de repetirle que está enamorada de él, Pilar no cesa en su apoyo a Ramos por su labor en el campo y no dudó en colgar una fotografía en sus redes sociales cuando el Real Madrid ganó la Liga posando con sus dos hijos y luciendo los tres la camiseta del equipo.
No hay pruebas de que entre las mujeres de ambos defensas exista mala relación, pero la competitividad que exige la profesión de sus parejas unido al cruce de cánticos que se han dedicado entre ellos hará que la tensión en plató, en caso de juntarse, sea irremediable. Aunque quizá un poco de música, algo que ambas adoran, pueda domar sus ansias de guerra.