David Muñoz (37 años) ha tomado una drástica decisión. Desde que fuera duramente criticado por su insensibilidad al promocionar su restaurante en la capital inglesa al mismo tiempo que los londinenses sufrían su último ataque terrorista, el cocinero ha decidido callar a sus seguidores.
El chef con tres estrellas Michelin no solo ha eliminado los comentarios de sus fotografías en Instagram, sino que a partir de ahora ninguno de sus seguidores puede opinar sobre las instantáneas que el marido de Cristina Pedroche (28) publique.
"Amo el concepto de StrretXo London. Esa forma de comer, esos sabores, ese ambiente... no es el mejor día para estar en Londres, pero la mejor forma de combatir el terrorismo es no dejar de hacer tu vida, así que aquí estoy hoy trabajando, porque amo Londres, amo mi profesión y por encima de todo, amo a Cristina Pedroche", escribió Muñoz junto a una imagen de algunos de los platos de su local.
Los mensajes en contra del cocinero no tardaron en sucederse achacándole que hubiera aprovechado el acto terrorista para dar publicidad a su establecimiento. Muchos creyeron que fue impropio e inoportuno.
Ahora David Muñoz impone la ley del silencio y ya nadie podrá decirle nada, al menos en las redes sociales. La última imagen que ha compartido el cocinero promocionando un Mercedes, marca de vehículo de la que es embajador, y los comentarios también están bloqueados. Él y su mujer Cristina Pedroche son una de las parejas más polémicas del panorama social. Hace unas semanas la periodista se quejaba de estar siempre en el centro del huracán haga lo que haga, diga lo que diga.
Cristina y David comenzaron a salir en 2014 y tan sólo un año más tarde se dieron el 'sí, quiero' de una original e inusual forma: en su casa, ante notario, con la sola presencia de sus padres y en zapatillas y vaqueros. "Qué más da el cómo se haga la boda, lo importante es ser felices. Y yo lo soy desde que conozco a David. Lo más importante no es lo que llevara puesto, es que unimos nuestras vidas para siempre", dijo la presentadora en aquel momento. Desde entonces pasan todo el tiempo que sus respectivas carreras les permite sin importarles el que dirán.