Al fin llegó el momento más esperado para los seguidores de Supervivientes. Edmundo Arrocet (67 años) pisaba el plató de Telecinco para contar su primera reacción al conocer el ictus que sufrió María Teresa Campos (76) hace unas semanas y que tuvo en vilo a la audiencia. El susto de la presentadora se convirtió en algo complicado de gestionar y que tuvo en suspense a la familia y a la productora del programa por la indecisión de si hacerle llegar o no la noticia a 'Bigote'.
Sin embargo, gracias a que todo se desarrolló positivamente y la matriarca del clan Campos pudo volver a casa tras el ingreso, se optó por no contar nada al humorista aún en Honduras. E incluso, una vez aterrizó en Madrid y se reinstaló en la casa de María Teresa, la presentadora no tuvo prisa de contarle lo sucedido y le dejó descansar tras su regreso. "Fíjate qué noble... Me dejó dormir y al siguiente día fue a verme y me lo contó y yo me quería morir", dijo el chileno a Sandra Barneda (41) con la voz quebrada por la emoción de recordarlo. Entonces se hizo el silencio en el plató y Carmen Borrego (50) se levantó espontáneamente para darle un gran abrazo al verle tan afectado.
"Cuando la vi y me lo contaron, no me lo podía creer, fue terrible", contaba Bigote apenas 48 horas después de conocer el susto de su novia. "Primero me hice el loco, me fui al baño, me tomé un Lexatin y volví haciéndome el macho", expresaba, aunque dejó claro que mientras se lo contaba no daba crédito y se iba haciendo cada vez más pequeño. Entonces la presentadora de Conexión Honduras le pidió su opinión acerca del hecho de no contárselo mientras él concursaba: "Ella me quiere mucho, yo a ella igual y sabía que el programa era algo que me gustaba. Cuando alguien quiere a alguien, prima que sea feliz, y es lo que ella hizo conmigo".
Además, añadió que su 'Morita' y su gente saben cómo es y afirmó que "nada más decírmelo sabían que estaría de vuelta", por eso el gesto de no informarle hizo resaltar los valores de su novia: "Lo que admiro de ella es esa fortaleza bonita y ese gran cariño que es impagable". Un cariño que la presentadora sabe expresar y así lo hizo en su última conexión con él donde le declaró su amor, pero que es una faceta que a él aún se le resiste: "Ella me conoce y sabe que expreso cosas sin decirlas, con una mirada, porque las palabras están tan gastadas... a veces es preferible estar callado y con una mirada se puede decir una poesía".
¿Y qué le has dicho con la mirada a María Teresa?, le pregunta Sandra. "Le he dicho muchas cosas, porque la chaparra se lo merece", contesta Edmundo mientras explica que le llama así de manera cariñosa por su pequeña estatura. Entonces es cuando Barneda aprovecha para volver a preguntar y saber si esta experiencia le ha cambiado a la hora de ser más abierto, momento en el que la emoción vuelve a embriagar a Edmundo: "Yo creo que a medida que uno se hace mayor aprende muchas cosas... cuando ves estas cosas y la generosidad de la gente que existe en el mundo y hay que cambiar".
Y es que aunque una exprese sin temor los sentimientos, y el otro no tanto, lo cierto es que son tal para cual y coinciden en refugiarse en el baño para llorar cuando algo les afecta mucho: "A ella no le gusta molestar, y yo le digo que no haga eso, pero a mí tampoco me gusta molestar y hago lo mismo, así que estamos en las mismas".