Javier Sánchez utilizó por primera vez el apellido Iglesias en 1992, cuando el juez José Luis Rubido de Valencia le declaró hijo de Julio Iglesias al considerar que la negativa del cantante a hacerse la prueba de paternidad era un "indicio demostrativo relevante". Javier solo tenía 16 años en aquel momento. Era estudiante de BUP en un instituto de Cheste (Valencia). Su madre, María Edite Santos, y el marido de esta, Rafael Sánchez, fueron quienes presentaron la primera demanda de paternidad contra el cantante, que no acudió a declarar y recurrió la decisión.
El joven, lejos de ser reconocido como el cuarto hijo de Julio Iglesias (en aquel momento ya era padre de Chábeli, Julio y Enrique) se convirtió desde aquel momento en su problema más incómodo. Si el cantante hubiera admitido que era hijo suyo, también tendría que haber reconocido una infidelidad a Isabel Preysler en el momento en que aparecían en todas las revistas de papel couché como la pareja idílica.
Sin embargo, la prueba de paternidad del 99,9% vendría a confirmar que en 1975, solo cinco años después de casarse con Preysler, Julio Iglesias tuvo una aventura con la portuguesa María Edite Santos. La mujer explicó que le conoció en una sala de fiestas valencianas donde ella trabajaba como bailarina y que tuvieron relaciones durante más de una semana en un chalé de la localidad catalana de Sant Feliu de Guíxols, de las que habría nacido 9 meses después, en abril de 1976, Javier.
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Un año después de nacer Javier, su madre comenzó una relación con Rafael Sánchez, el cocinero y portero de una discoteca que animó a su hijo de adopción adolescente a reclamar la paternidad en octubre de 1992. Un mes después, cuando Julio Iglesias recurrió la decisión del juez, el joven apareció con su madre en una rueda de prensa a la que acudieron decenas de periodistas y dijo, con mucha serenidad, que "no sentía nada hacia Julio Iglesias, pero se sentía dolido". También por primera vez hizo alusión a su parecido físico con el cantante. De hecho, por aquel entonces ya le llamaban Julito en el instituto.
Pocos años después, el chico hizo sus pinitos como cantante con el single Tiembla mi piel que se incluyó en las recopilaciones de canciones del verano de 1996. La llevó incluso a la televisión brasileña Livre. En aquellos vídeos se apreciaba un evidente parecido físico del joven con Julio Iglesias. Recordaba mucho a los primeros años del cantante.
Diez años más tarde, ya como Javier 'a secas' de nombre artístico, grabó una canción que venía a contar su lucha por conseguir la paternidad de su padre. En el país de su madre su historia tuvo más repercusión incluso que en España.
Ahora Javier ya es un hombre de 40 años que ha tenido un negocio como autónomo en un pequeño pueblo de Valencia. El próximo lunes está previsto que volvamos a verle junto a su madre en una nueva conferencia de prensa. Ya no es un adolescente y ha conseguido una prueba irrefutable para interponer la demanda de paternidad e ir a un nuevo juicio de filiación contra Julio Iglesias, residente en Miami desde hace décadas. Si el juicio es favorable, se convertiría en el noveno hijo legítimo del cantante.
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