Está siendo un año muy duro para María José Campanario (38 años). La esposa de Jesulín de Ubrique (43) ha tenido que ver las cuatro paredes de los centros hospitalarios de forma reiterada en apenas seis meses. La pasada Semana Santa saltaban todas las alarmas debido a un ingreso de varios días en los que no se conoció el motivo de su estancia médica y comenzaron las especulaciones de todo tipo. Fue justo al comienzo del verano cuando la mujer del torero ponía nombre a su enfermedad, fibromialgia, pero hasta ahora no conocíamos el alcance de tanto sufrimiento.
Fueron continuas las idas y venidas al hospital durante la primavera. Pero a mediados de julio saltaban todas las alarmas al conocerse que María José ingresaba en un centro psiquiátrico, en El Seranil de Málaga. Allí permaneció un mes sin poder ver a sus hijos y viendo a su marido cada dos días, una situación que indica la gravedad en la que se encuentra la mujer del diestro.
Desde los diferentes medios en los que se ha comentado su estado de -ya sea prensa escrita, radio y, sobretodo, televisión- no siempre se ha tratado con el tacto que realmente requiere. En ocasiones los medios -y hacemos autocrítica- hemos frivolizado demasiado con su situación sin darnos cuenta que es más seria de los que pudiera parecer. Su posición de 'enemiga pública' de Belén Esteban (43) y las exclusivas dadas a su cabecera favorita durante los 15 años que lleva junto a Jesulín la han puesto en el punto de mira sin tener en cuenta sus problemas de salud mental.
Pero las propias informaciones y las imágenes que llegan de María José Campanario así como la posición de alarma en la que viven sus familiares, son más preocupantes de lo que en un principio pudieran parecer. Y es que, aunque la fibromialgia pueda ser el origen de su estado actual, los efectos secundarios que la acompañan son los que están hundiendo a la esposa del diestro. Así lo explicaba el doctor Enrique Guerra a EL ESPAÑOL hace unos días, cuando en conversación con este medio afirmó que: "La patología que ha causado el ingreso de Campanario en la clínica de salud mental está lejos de ser una simple fibromialgia porque se trata de una enfermedad que, por sí sola, no implica ingreso. Las complicaciones y depresiones posteriores derivadas del mismo son las que pueden haber hecho que necesite psicoterapia, por lo que habría que analizar las conductas anómalas puntuales que ha demostrado".
La enfermedad le da fuertes dolores articulares e insomnio, pero la falta de sueño y la tensión constante han conseguido que Campanario genere ansiedad, depresión, angustia y estrés. Al verse así, la odontóloga decidió aumentar su dosis de medicamentos y ese exceso de pastillas le procuró el descontrol que le ha llevado al largo ingreso de este verano.
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La complejidad de una enfermedad como la fibromialgia es que la medicación que disminuye los dolores es a la vez la que puede causar sedación extrema o tratamientos como el de la morfina podrían incluso crearle adicción. Es por ello que existe esa dificultad de solventar su caso, que por otro lado es un diagnóstico crónico con el que convivirá toda su vida, y por eso María José busca tenerlo, al menos, estabilizado cuanto antes.
El pasado miércoles recibió el alta hospitalaria, por lo que abandonó el centro psiquiátrico, pero no por ello los cuidados médicos, ya que recibirá a los doctores de Jerez de la Frontera regularmente. Estos serán los encargados de controlarle el dolor, pero asentada ya en la comodidad de su casa. "Estoy encantada con la gente que me atiende y a partir de ahora solo me voy a centrar en los míos", es una de las últimas declaraciones que le ha dado la mujer de Jesulín a su amiga y periodista Carmen Pardo en Espejo Público.
Y es que su única y mayor baza contra la recaída es estar relajada, en un ambiente agradable y rodeada de quienes tengan cosas positivas que aportarle. En ello tiene una importancia esencial el reencuentro con sus hijos, que le está sirviendo de terapia, porque María José ya ve cómo ha vuelto a la normalidad de su hogar. Algo distinto a esto solo podría alterar su evolución y enviarla de nuevo al punto inicial de desequilibrio anímico y médico.
Por eso, cada mañana desde el pasado 23 de agosto lucha por encontrar la fortaleza y no despegarse de ella. Tras años intentando disimular sus dolores de cara al público, este 2017 le llegó de golpe una gran crisis después de acumular sufrimientos en lo físico, lo emocional y en su entorno más cercano, situaciones que consiguieron que se viniera abajo y no encontrar los motivos para levantarse.
Justamente de esa fortaleza necesaria hablaba su hermano Diego en la carta que le ha enviado este mes tras salir de El Seranil. En la misiva se puede leer la preocupación de la familia Campanario Torres y el estado de alarma en el que se encuentran, pero Diego, quien cariñosamente la llama 'Cote', ha querido dirigirse a su hermana pequeña con tacto y delicadeza: "¡Hola, enana! Sé que no estás pasando por el mejor momento. Está siendo muy difícil. Por eso te escribo esta declaración de amor, declaración que muy pronto podrás leer. Lo hago porque te quiero, porque me quieres. Espero que al saber que te necesito, encuentres esa fuerza que has perdido. Sé que has sufrido y estás sufriendo".
Con esta nueva situación, en la que puede hacer su día a día al fin en casa y con el apoyo infinito de los suyos, María José se muestra esperanzada de seguir dando pasos hacia adelante y encontrar la calma que tanto necesita para recuperarse. Porque ya lo decía ella misma esta semana: "Yo lo que tengo que hacer es quedarme aquí tranquila y aislarme de todo".