Aseguró que no ejercería como abogado penalista tras abandonar la Fiscalía Anticorrupción, a fin de evitar incompatibilidades con los casos que había investigado como fiscal, pero lo cierto es que el primer trabajo de Pedro Horrach (51 años) como letrado fue, curiosamente, la defensa de Bartolomé Cursach, el principal acusado de una de las mayores tramas corruptas de la historia de Mallorca, en la que Horrach había ejercido meses antes como fiscal tomando declaración a varios testigos y supuestos sobornados por su ahora defendido.
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Pero el exfiscal no sólo lucha ahora por librar a Cursach de la veintena de delitos que se le imputan, entre los que se encuentran los de homicidio, corrupción de menores, narcotráfico, pertenencia a organización criminal o tenencia ilícita de armas. En estos momentos también hace lo propio con Mathias Khun, el novio de Norma Duval (61). Dentro de unos días tendrá lugar el juicio contra el empresario alemán por la realización de unas obras ilegales en su isla de Tagomago. El magnate ha sido acusado por un presunto delito contra la ordenación del territorio, contra el medio ambiente y los recursos naturales, por los que la Fiscalía pide para él hasta dos años de prisión y una sanción económica de 10.800 euros.
Desde su nueva posición de abogado de los ricos empresarios de Mallorca, cargo que comenzó a ejercer el pasado mes de mayo, según consta en el BOE, Horrach trata ahora de que redimir a sus defendidos de las mismas condenas que hasta hace sólo unos meses reclamaba para los acusados, aunque en su caso más mediático y polémico, el que sentaba a la infanta Cristina (52) y a Iñaki Urdangarin (49) en el banquillo, las dudas sobre si ejercía como abogado del Estado -función real de un fiscal- o como letrado de los exduques de Palma.
Su nueva faceta como abogado en un bufete particular de Palma de Mallorca le ha reportado, en pocos meses, la misma controversia que suscitó su labor en el Caso Nóos, cuando se negó a imputar a la infanta Cristina. Nada más debutar como letrado, con la defensa de Cursach como primera tarea, se granjeó las críticas de sus colegas de profesión, que comenzaron a cuestionarle una vez más debido, entre otras cosas, al acceso a información privilegiada de las actuaciones cuando era fiscal, conocimientos que podrían beneficiar a su ahora defendido y que constituirían una clara incompatibilidad. "Su actuación es antiética, antiestética y digna de un expediente sancionador" y constituye "un cambio radical en su trayectoria: de luchar contra la corrupción a llenarse de lodazal hasta la barbilla", comentaron entonces a Crónica Global fuentes cercanas a la causa. Por esta razón, se instó al Colegio de Abogados a abrir un expediente y decidir posteriormente si se le sancionaba o no.
El acceso a información privilegiada vino dada tras las declaraciones que tomó el propio Horrach, en su anterior condición de fiscal, a algunos testigos que denunciaron el trato de favor que estaba recibiendo Cursach en el Ayuntamiento de Calviá. , El acusado había convertido la noche mallorquina en un monopolio, sobornando a policías y funcionarios públicos y extorsionando a los trabajadores de otras salas para ocultar la trama. Por todo ello, el juez encargado de instruir el caso, Manuel Penalva, estudió incluso imputar a Horrach por obstrucción a la justicia en mayo de este año. La tensión fue tal que el jefe de la Fiscalía Anticorrupción nacional Manuel Moix se entrevistó con el fiscal superior de Baleares, Bartomeu Barceló, para estudiar el posible caso de incompatibilidad en el que pudo incurrir Horrach.