La representación de la familia Janeiro se centró este verano en la clínica psiquiátrica El Seranil, donde ha permanecido ingresada María José Campanario (38 años). Después, con la 'vuelta al cole' en septiembre la llamada del 'Belenazo' volvió a colocar el foco sobre el clan y el culebrón continúa aún con un nuevo dolor de cabeza para los Janeiro que llega desde la mismísima cárcel.
Una persona que habría mantenido una estrecha relación con el clan de Ambiciones está dispuesta a hablar y a sacar sus trapos sucios más ilegales con el fin de cumplir su venganza después de que su unión con los Janeiro le trajera graves consecuencias. Y es que este confidente, según indica la revista Corazón TVE, se encuentra preso, por lo que estaría pensando en contar detalles de actividades empresariales de dudosa legalidad que le darían la oportunidad de hacer un trato y conseguir un beneficio penitenciario que le haga más llevadera su condena.
Este confesor asegura que conoce la existencia de varias sociedades que no estarían trabajando dentro de la regulación legal y que estarían capitaneadas por un grupo de personas entre las que se encuentran algunos con apellido Janeiro. Y es que, según la publicación, las exclusivas en revistas protagonizadas desde Jesulín de Ubrique (43) a Carmen Bazán (72) habrían sido facturadas mediante una de estas sociedades interpuestas.
No sería la primera vez que la familia Janeiro se viera salpicada por un escándalo legal, aunque no de la envergadura que explica esta nueva fuente. El nombre de la matriarca del clan ya apareció junto al de su hija Carmen Janeiro (41) o su exmarido Humberto Janeiro (74) en el caso Halcón por defraudar a Hacienda con el abono de sus respectivas exclusivas. El cobro de estos contenidos se habría gestionado a través una sociedad interpuesta tras la que se escondía Carlos Carretero. Quien a su vez también fue condenado junto a Campanario por defraudar a la Seguridad Social por pensiones de invalidez de su madre.
Las pesadillas de los Janeiro no hacen más que aumentar, pero de hacerse público y probarse la veracidad de estas últimas informaciones, la mala racha del clan no habrá hecho más que empezar. Y es que, visto lo visto, seguro que la familia prefería los ataques de Belén Esteban (43) del prime time a las amenazas con sed de venganza emitidas directamente desde la cárcel.