Se casan en un mes. Lo celebrarán en una isla del Caribe. Habrá alrededor de 50 invitados entre familiares cercanos y sus amigos más íntimos. Será sin duda la boda del año. Ana Boyer y Fernando Verdasco lo tienen todo listo para el que será uno de los día más felices de sus vidas. O no.
Los contrayentes no han dejado nada al azar. Llevan un tiempo ultimando los detalles. Sin embargo, hay un factor que inquieta a Ana Boyer. Y este no es otro que la presencia de Mario Vargas Llosa. Según indica a JALEOS una persona muy cercana a la pareja, no le hace ninguna gracia que el premio Nobel acuda a su boda, aunque entiende perfectamente que es la pareja de su madre y que, por tanto, debe estar. De hecho, le fastidia que la primera imagen que exista de ellos juntos sea justo en un día tan especial para ella.
Y es que, de la misma manera que existen multitud de imágenes de Tamara Falcó con Vargas Llosa, la última el pasado jueves cuando acudió de su brazo a la ópera, no existe ninguna fotografía de Ana Boyer con el novio de su madre. Y no es casualidad. La hija de Miguel Boyer nunca encajó la relación de su madre con el escritor. Nunca lo llevó bien. De hecho, ese fue el motivo por el que decidió salir de Villa Meona y seguir a Verdasco por todo el mundo y posteriormente mudarse con él a un espectacular ático en el centro de Madrid. El tenista fue su vía de escape. Previamente, madre e hija habían tenido varios encontronazos y la relación entre ellas era cada vez más tensa. Se llegó a decir que ella le pidió el dinero de su padre.
La voces que salían del clan Preysler siempre negaban una mala relación e intentaban hacer ver que la benjamina del clan estaba encantada con que su madre tuviera pareja y no ejerciera de viuda. Pero la realidad es otra. Solo habían transcurrido nueve meses desde que falleciera su padre cuando se hizo pública la relación. En los mentideros de Madrid empezaron a circular teorías de que la relación de su madre con el Nobel era de antes de que el exministro de Economía muriera. Incluso la propia Isabel Preysler tuvo que salir al paso de dichos comentarios asegurando que eso era falso. Pero a Ana sí le cuadraron varias de las cosas que se dijeron.
Por todo esto no hay imágenes de Ana Boyer y Mario Vargas Llosa juntos. Porque ella la evita. Y ahora, a un mes de casarse, no sabe como hacer para que esa foto siga sin existir. Lo que realmente quiere es que “Mario Vargas Llosa no acuda al enlace”. Así nos lo asegura una persona muy cercana a la pareja. Y es algo que “le está fastidiando y le va a fastidiar la boda”. Ese día va a echar muchísimo de menos a su padre, a quien adoraba, y lo que menos le apetece es ver a su madre del brazo de otro hombre. No obstante, por otro lado, sabe que la presencia del escritor sube (y mucho) el precio de la exclusiva...
Una boda para unos pocos
La boda tendrá lugar durante el puente de la Constitución, así los invitados –aquellos a los que no les importe dejarse los 700 euros aproximados que cuesta el billete de avión y se hayan podido coger el puente–, podrán disfrutar del paraíso caribeño varios días. Con esto, además, se han garantizado que solo acudan aquellos con los que realmente tienen una relación cercana.
Será una boda religiosa, según ha dicho ella en la revista ¡Hola!, donde ha desgranado los detalles que hasta ahora se conocen del enlace. Ana ha elegido a su hermano Julio José para que ejerza de padrino. Su hermana Tamara será testigo junto a cuatro amigas. El resto de sus hermanos también estarán. Damos por hecho que Mario Vargas Llosa también.
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