Tras la boda de su hermana, Ana Boyer (28 años), con el tenista Fernando Verdasco, la atención mediática ha recaído sobre Tamara Falcó (36). A pesar de que en la sociedad actual está más que comprobado que una mujer no necesita a un hombre para ser feliz, algo que ella misma ha recalcado en varias ocasiones, llama la atención que en una familia tan propensa a pasar por el altar la joven todavía esté soltera.
A su edad su madre ya se había casado tres veces: con Julio Iglesias en una historia repleta de infidelidades, con el marqués de Griñón del que surgió Tamara y el ascenso social de Isbael, y con el ministro Miguel Boyer, una noticia que supuso todo un escándalo en la época.
Sin embargo, Tamara ha demostrado que es muy distinta a su madre. Aquel hombre que quiera conquistar el corazón de la joven debe tener una serie de atributos que no están a la altura de cualquiera. No quiere una persona de una noche, ni alguien con quién ir a tomar una copa y pasar el rato. La propia joven aseguró hace poco que ella es una "mujer católica" y no es de las que tiene rollitos, el hombre que quiera entrar en su vida deberá ser el padre de sus hijos.
Fruto de estas exigencias, no nos extraña que ninguno de los hombres que han pasado por su vida no hayan conseguido estar a la altura de Tamara.
Mejor sola que mal acompañada
No obstante, a pesar de todas las habladurías que han acompañado a Tamara a lo largo de su vida, ella ha dejado claro que no le hace falta ningún hombre para ser feliz o para sentirse realizada. Es de esas mujeres que opinan que si no es el adecuado no hay por qué contentarse con lo primero que venga.
En más de una ocasión ella misma ha explicado que prefiere estar soltera que con alguien que no le conviene. Asegura que ella no busca novio, "si tú vocación es el matrimonio, idealmente estás mejor en pareja. Pero, 'mejor sola que mal acompañada'".
Algo que ha demostrado en todo momento, ya que con o sin pareja ella sigue siendo la misma joven feliz y risueña. La joven prefiere centrarse en su plano profesional, ahora está imbuida en el mundo de la moda donde está queriendo granjearse un puesto de relevancia, y si el amor tiene que venir, que venga, pero que merezca la pena.
[Más información: Tamara Falcó, ¿otra intrusa en el mundo de la moda?]
Solo hombres de éxito, pero sin éxito con ella
El primer novio del que se tiene constancia es Alberto Comenge (39), hijo de Mari Luz Barreiro y casi hijastro de Jesús Polanco (le crió como si fuera su padre). El empresario de éxito mantuvo un idílico romance de juventud con Tamara. A pesar de que ambos venían de buena familia, tenían muchas cosas en común y contaban con el beneplácito, la cosa no terminó de fraguar. Él se casó en 2014 con la arquitecta Laia Cervelló.
Tras esta ruptura, se pudo ver a Tamara de la mano de Marco Noyer, un financiero franco-austriaco, con el que mantenía su línea de hombres exitosos. La pareja mantuvo una relación de tres años que terminó a causa de la distancia (él vivía en Brasil).
No obstante, no hubo que esperar mucho hasta poder volver a ver a Tamara acompañada de un guapo joven. Se trataba de Tomasso Musini, un italiano al que pudimos ver de la mano de la aristócrata en 2010 y que menos de un año después ya habían roto.
Desde entonces, lo más parecido a una relación que se le ha conocido a Tamara es Enrique Solís, otro joven de buena familia. Sin embargo, tanto ella como él aseguraron en todo momento que lo único que había entre ellos era una relación de amistad.
Sin embargo, hay un dicho que dice que "de una boda sale otra boda". ¿Habrá encontrado Tamara Falcó al amor de su vida en la boda de su hermana?