Debido a los malos datos de audiencia Gran Hermano Revolution, el debate del reality presentado por Jordi González (55 años) se despedía este domingo de la audiencia tras doce galas, cuatro programas menos que la pasada edición.
"Por mi parte y en nombre de todos los colaboradores y el equipazo de este programa, gracias por acompañarnos cada domingo hasta estas horas de la madrugada. Sé que no es fácil pero lo habéis hecho, analizando con humor y también con mala leche los mejores y peores momentos del concurso. Me voy de vacaciones un ratito, que falta me hace. Os deseo lo mejor del mundo a todos. Hasta la vista y buenos días", comentaba el presentador.
Unas palabras que han sido tomadas con sorna en redes sociales debido a que, durante los últimos años, González ha tenido años con más meses de vacaciones que trabajando y que, al contrario de lo que ocurría en otros años, este año no tendrá que presentar Gran Hermano VIP tras la cancelación de este.
Sin ir más lejos, el catalán ha gozado este año de cuatro meses de vacaciones, los que fueron desde el final de Gran Hermano VIP a principios de abril hasta el comienzo de Mad in Spain a finales de julio.
Pero, además, se da la circunstancia de que, no solo es que este año El debate de Gran Hermano ha tenido menos galas, sino que cada una de ellas ha durado menos minutos debido a que, tras sus malos datos, fue llevado al late night.
Asimismo, un año antes, González sólo tuvo que trabajar para la cuarta edición de Gran Hermano VIP de enero a abril, y para Gran Hermano 17, de septiembre a diciembre; teniendo libre el mes de agosto ya que Telecinco no tuvo reality.
En cuanto al próximo año, de momento González se encuentra sin proyectos en Mediaset España después de la cancelación de Gran Hermano VIP y el fracaso de Gran Hermano. Falta por ver si la cadena le confiará su nuevo talk show para el prime time.
Su paraíso al otro lado del Atlántico
Pero, ¿dónde pasa sus vacaciones el presentador? Desde hace ya dos años, el periodista decidió instalarse al otro lado del Atlántico, concretamente a Río de Janeiro y Miami, hasta que su cadena volviera a llamarle para hacerse cargo de otro programa.
De hecho, así lo ha ido mostrando a través de sus redes sociales, donde se le puede ver disfrutar de sus particulares paraísos, donde vive una vida llena de tranquilidad gracias a su contrato de cadena por el que se embolsa anualmente 2,5 millones de euros.
Una tranquilidad que, sin embargo, se veía alterada hace unos meses debido a que durante unos días en la capital de Brasil le clonaron una tarjeta de crédito. "Se están gastando dinero y dinero en Sao Paulo a mi nombre. Pero me han dicho que no me preocupe, que esto tiene arreglo”, confesó al videoblog de Mediaset, Que no salga de aquí.
Allí también explicó por qué ha elegido esos dos destinos turísticos para pasar sus largas vacaciones. "Río de Janeiro que es mi pequeño paraíso. Voy en el invierno de allí, que es un clima tranquilito y que me gusta más que el calor insoportable que hace en este país".