Tener a "los suyos" en contra no ha parado jamás al Padre Ángel. El fundador de Mensajeros de la Paz visitó este lunes a Bertín Osborne en Mi casa es la tuya para acercarle un poco más su labor ayudando a los más necesitados y opinar sobre diversas cuestiones que han hecho ser una ‘oveja negra’ dentro de la Iglesia.
Cuestiones como su decisión de bendecir a parejas gais y a sus hijos. “Me han criticado y llamado la atención. Cuando vienen dos que se quieren, sean chicos o chicas y te piden la bendición, ¿cómo se la voy a negar? Hay algunos a los que les gusta maldecir y eso sí son malas personas. Esos que maldicen o les mandan a los infiernos desde sus homilías o sus escritos, eso no tiene sentido común. No sólo hay que bendecir, sino también bautizarles. Nadie me puede quitar de bendecir”, explicaba.
“Cuando me entero de alguien que tiene prejuzgado, le llamo para tomar un café. Tengo más detractores dentro. Siempre son los míos. Los otros no me conocen. Los míos lo hacen porque me quieren demasiado. Yo no he criticado a nadie de ellos. Hay que ser tolerantes y saber dialogar. Yo soy disciplinado. Yo tengo voto y jurado de obedecer a la Iglesia, pero también puedo decirle cosas que no me gustan. Eso no lo entiende la gente”, añade.
No obstante, cree que “la Iglesia ha cambiado mucho con este Papa. Esa es la iglesia en la que uno siempre creyó. Es un papa con los pies en la tierra. Cuando hemos estado con los sin techo en Roma, verle como les coge, les acaricia, les habla… Eso sí que es la verdadera cara de Cristo”.
“Este Papa ya va dando pasos con las mujeres. La Iglesia tiene muchas lagunas, pero tiene un montón de riquezas de las que a veces no nos damos cuenta. Pero, ¿por qué no va a poder ser lo de las mujeres?”, confiesa.
Preguntado por cómo se lleva con los políticos, el Padre Ángel comenta que “son de carne y hueso. Pablo Iglesias no es el demonio. Y por decir eso se piensan que soy de Podemos. Y luego hablo de Aznar y dicen que soy del PP. En política hay gente insensata y agoreros. Yo hay cosas que no me gustan y se lo digo. A veces uno piensa quién pudiera estar ahí para decirles alguna cosa.
En cuanto a su vida más personal, Osborne le preguntó por su hijo adoptivo Josué. “Es un niño que estuvo quemado en El Salvador. Cuando yo fui allí, le vi y era un pequeñín. Estaba entre la vida y la muerte. Es un regalo de Dios, una bendición. Le hice del Real Madrid, pero me traicionó y se hizo del Barça. Hoy en día lo que más temo es la salud de Josué. No tengo más pesares. Eso es ser padre y poder entender a los padres que tienen una dificultad”.
Asimismo, el sacerdote también habló de su batalla contra el cáncer. “Ahora estoy bien de salud. Tuve un cáncer hace diez o quince años que gracias a Dios está más o menos curado. Cuando me lo dijeron, se me cayó el mundo entero. Todavía me falta por hacer. Lloraba por las esquinas. Yo sabía que me iba”.