Parecía imposible que el cáncer contra el que luchaba con tanta fuerza y del que hablaba con tanta naturalidad pudiera llegar a darle caza. Pero así fue. El 23 de enero de 2017 Bimba Bosé, cuyo veradero nombre era Eleonora Salvatore González  fallecía en una luminosa habitación de  la décima planta décima de oncología del madrileño hospital Ramón y Cajal de Madrid. Se fue con una discreción absoluta y muchos de los que la querían a penas podían dar crédito a la triste noticia. Tenía solo  41 años y parecía invencible.

 

La prima de Miguel Bosé, nieta Luis Miguel Dominguín y de Lucía Bosé no pretendía ser ejemplo de nada, pero infundió ánimos miles de personas que sufrían la misma enfermedad. Su valentía, optimismo y entereza no la abandonaron  en los últimos seis días que pasó en el hospital, tras haber disfrutado de sus últimas vacaciones en Sotogrande con Charlie Centa, su pareja, y sus hijas. .

 

No fue una modelo al uso. Incluso  algunas compañeras de las que bebían litros y litros de agua para poder pasar el pasaje de Cibeles sin problema se permitían criticarla veladamente por considerar que estaba sobrada de peso en los tiempos en los que rebosaba salud. A ella le daba igual, tenía una seguridad en si misma y una autoestima a prueba de cualquier maldad.

Cuando Bernat Soria originó una tremenda polémica al definir con figuras geométricas a la mujer española, Bimba, romana de nacimiento, se definió con guasa como cilíndrica. Su estilo andrógino, su cuerpo musculado , revolucionaron las pasarelas. Había heredado la magnífica percha de los Dominguín Bosé y las  larguísimas piernas de fuertes muslos  de su abuelo el torero. Nunca tuvo mucho pecho, pero jamás pasó por su cabeza la idea de operárselo cuando las modelos hiperdelgadas recurrían a los implantes para emular a Claudia Shiffer.

 

Si valoró la idea cuando sufrió  una mastectomía tras serle detectado el cáncer de mama que acabó con su vida.  Quiso mostrar antes su cicatriz en unas fotos bellísimas publicadas en la revisa Vein Magazine en las que mostraba sin complejos su cicatriz y su cráneo perfecto, desvastado tras las sesiones de quimioterapia.  Muchas mujeres que habían pasado por  lo mismo que ella, la amputación de  un seno, al verla tan bella, pospusieron su decisión de reconstruirse la mama, o restaron importancia al tema.  

 

Madre de dos hijas, Dora y June, hijas de su matrimonio roto con Diego Postigo, ex “cuñado” de David Delfín, el mejor amigo de Bimba, la cantante nació en el seno de un matrimonio roto: el formado por Lucía Dominguín y Alessandro Salvatore, fallecido como ella, de cáncer, en 2008. Los primeros años de su infancia fueron complicados. Las  leyes italianas otorgaron la tutela de Bimba y su hermano Rodolfo (Olfo) al padre y a Paola le costó recuperarla. El abuelo torero puso todos los medios de los que disponía para ayudar  a su adorada hija  mayor, a recuperar la custodia de su nieta.  Siempre mantuvo sin embargo una relación magnífica Bimba con su padre italiano, así como con su hermano, a quien invitó a Sotogrande meses antes de su fallecimiento para contarle que se estaba muriendo. Olfo no quería creeerlo, pensaba, como tantos otros, que su fortaleza era tal que conseguiría sobrevivir.

 

No mencionaba la palabra muerte en las entrevistas de los photocalls, donde algunos periodistas, sobrecogidos ante tanta valentía, temblaban al preguntar a una mujer que hablaba con tanta naturalidad de sus metástasis.

 

Su filosofía era arrancar días de felicidad al destino, combatir la enfermedad con todos los medios a su alcance: desde la dieta alcalina o las terapias alternativas a los ciclos de quimioterapia, y por supuesto, el amor de los suyos.

 

Responsable, advertía  sin embargo que los métodos no convencionales podrían irle bien a ella, pero no al resto de la gente, y se limitaba a recomendar a los pacientes oncológicos que siguieran las advertencias de sus doctores.

 

Fue libre, genuina y diferente…Conservó siempre  la creatividad y la difusa originalidad de aquella preadolescente de larguisima melena  que estudiaba en la pequeña localidad pacense de Barcarrota, en un centro de enseñanza pública. El colegio estaba cerca de  a Rocamador, el hotel monasterio  ya cerrado que abrió su madre, Lucía Dominguín,  junto a Carlos Tristancho, su segundo marido, padre de sus hermanas Palito y Jara.

 

Muere Bimba Bosé tras más de 2 años luchando contra el cáncer

Badajoz, Roma, Londres, Nueva York, París, Madrid, Valencia,  Milán, Bimba, con sus andares de príncipe florentino. Siempre 15 años por delante de su generación se ganó el apelativo de camaleónica, y no solo por su espectacular ambigüedad física, sino por su capacidad de adaptarse a todo tipo de ambientes y personas de diferente condición. Ya fueran pijos, modernos, artistas, hipsters, colgados, skaters, Teddy Boys… Era la reina de los photocalls, donde su presencia era recibida con entusiasmo por los fotógrafos, deseosos de inmortalizar a alguien que sí sabía posar. Allí se relacionaba con celebrities de todo tipo y condición. Desde Tamara a Terelu, con quien coincidió en una campaña contra el cáncer de mama. La presentadora aún se emociona cuando la recuerda.

 

Era bella y subyugadora….Culta e imaginatativa . Podía ser educadamente borde o un una estufa de cariño según el día o el interlocultor. Si hubiera podido vivir otra vida, me contó una vez, le habría gustado ser una componente del Rat Pack. Probablemente, “donde quiera que esté”, con permiso de Antonio Burgos, quien criticó mucho el tweet que escribió Miguel Bosé a su sobrina, esté haciéndole los  coros a Sammy Davis Junior, y por supuesto, también,  con permiso de Sinatra, quele cogió manía al abuelo de Bimba por culpa de Ava Gardner. Allí también se habrá encontrado con el bisabuelo Domingo González, considerado como el inventor del marketing moderno al enfrentar a los Dominguín y los Ordóñez en la Plaza. Tal vez heredó de él su prodigiosa inteligencia y su habilidad para dar titulares. El de su muerte conmocionó a toda España.