Para muchos fue siempre la oveja negra de los Franco, la perla negra del collar de doña Carmen, el verso suelto de una familia extremadamente conservadora. La hija díscola. Heredó el espíritu libre y apasionado de su padre, Cristobal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, que nunca le perdonó que abandonara a su primer marido, el duque de Cádiz, para emprender una nueva vida en Francia junto a un maduro anticuario, Jean Marie Rossi.
Y sin embargo, siempre fue la favorita de su madre, la duquesa de Franco. En unas recientes declaraciones a El Español, Carmen Martínez-Bordiú (66 años), muy preocupada ya por la salud de su madre, justificaba el porqué esta hablaba en el libro más de ella que del resto de sus hermanos.
"Es que yo siempre he estado mucho con mi madre. Hemos estado muy unidas. Aunque en el libro haya dicho que no fue una madre cariñosa, yo la he disfrutado muchísimo. ¿Si mantiene una relación más especial conmigo que con el resto como dice en el libro? Hombre, yo fui la mayor, la que llegó primero".
Carmen, amiga de juventud de Isabel Preysler (66), pudo haber llegado a ser reina si su abuelo hubiera sido más voluble. Pero respetó la palabra dada a Juan Carlos (79), al primo de Alfonso de Borbón y Dampierre, el primogénito de los Borbones, descendiente por línea directa del Rey Sol. Nunca se le pasó por la cabeza pero según dio a entender su primo y secretario Francisco Franco Salgado Araujo en sus memorias, no estaba de más tener otras posibilidades por si fallaba la primera opción.
Se casó siendo muy joven, deslumbrada por su guapo marido, un hombre taciturno y respetable, pero no demasiado divertido, tal vez amargado por los agravios históricos de los que había sido objeto. Antes de conocerle tuvo amores de juventud con un importante jinete. Sus padres se llevaron un tremendo disgusto, y comprendieron que iba a ser muy difícil 'meter en vereda' a la guapa jovencita.
Ha sido Carmen una de las mujeres más bellas de Europa. Y aún lo habría sido más, en opinión de algunos, si no se hubiese operado la nariz ligeramente aguileña en la punta, pero dotada de una enorme personalidad.
Junto a Jean Marie Rossi, el padre de su hija Cynthia, alternó con lo más selecto de la alta sociedad parisina. La muerte de su hijo Fran en accidente de tráfico la dejó destrozada. Resulta difícil olvidar su imagen con un crucifijo de flores con los colores de la bandera de España junto a su abuela, desencajada por el dolor de perder a un nieto.
Fue la favorita de Doña Carmen, quien la favoreció en su herencia. ¿Cuántas veces se habrá oído la frase "si su abuelo levantara la cabeza"? Según fuentes cercanas a la familia probablemente no habría dejado de quererla. Porque fue la primera.
Y ha sido también la primera en tantas y tantas cosas. La primera en dejar a sus hijos bajo la custodia de su padre, convencida de que iban a ser más felices en España junto a él y sus abuelos, aún a costa de ser calificada como una mala madre. La primera que usó pantalones de guipur transparentes en un programa de televisión que llegó a presentar en Antena 3. Y la primera famosa española que, a lo Mae West, tras haberse casado tres veces, presume abiertamente de tener un novio de la edad de su hija, treinta y cuatro años más joven que ella.
Su madre siempre pasó por alto sus salidas de la vereda que soñó para ella. El carácter cariñoso de Carmen, su espontaneidad y alegría le hacían perdonarle todo. Tanto es así que, cuando salía con Luis Miguel Rodríguez (61), propietario de Desguaces Latorre, la acompañó a alguna de las fiestas que éste celebró. Estas han sido las navidades más tristes de Carmen Martínez Bordiú, pero siempre le quedará el recuerdo del cariño incondicional de su madre, tan rompedora como ella cuando se subía en el seiscientos de Margarita Orfila para ir a jugar al Bridge. Y es que ambas, en el fondo, tenían mucho en común. Ahora es la nueva 'jefa' del clan Franco. Es la más popular y la cara más amable de su familia.