No hay Navidad en la que cualquier determinación de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no sea considerada como revolucionaria o polémica. El arco de ofendidos siempre es vasto y amplio. Pero hay una medida que se ha visto con buenos ojos para el público general: expropiar la zona vip de la Cabalgata de sus Majestades de Oriente a famosos, futbolistas, actores y políticos para que sus nuevos inquilinos sean niños con problemas y mayores en riesgo de exclusión social.
Antes, las sillas azules frente al Palacio de Cibeles estaban ocupadas por personas vinculadas la Corona o por quienes poseían un apellido de renombre. Jaime de Marichalar (54 años) junto a sus hijos Felipe Froilán (19) y Victoria Federica (17), los futbolistas Juanfran (32) y David Villa (36), la exregidora madrileña Ana Botella (64), sus hijos Ana (36) y Alonso Aznar (28) y los nietos sólo eran algunos de ellos.
Pero desde 2016 las cosas de Oriente son distintas. No es para menos: esa fila cero es el lugar idóneo para aguardar la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar sin necesidad de hacer cola y sentados en unos bancos. Ahora, los protagonistas son niños como Mario, que tiene un 78 % de discapacidad motora, o Rubén, que vive en una situación precaria y tiene que convivir con su abuela.
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Son pequeños que tendrían muy difícil de otro modo admirar las majestuosas carrozas de los Reyes Magos a su paso por el centro neurálgico de la capital de España. La medida de Manuela Carmena goza de una gran popularidad porque beneficia a los más desfavorecidos, a las inocentes sonrisas de niños que esperan la Navidad con las ganas de quien espera el sonido del timbre del recreo.
Para 2018, el Ayuntamiento de Madrid ha reforzado las medidas de seguridad para el evento más esperado de enero, informan desde el consistorio a EL ESPAÑOL. Se aplicará el protocolo para grandes eventos, se restringirá la circulación y habrá más dispositivos policiales.
Medidas especiales por Navidad
La seguridad en la capital ya se reforzó a principios de estas fiestas: se colocaron diversas cámaras de tráfico en distintos puntos de la ciudad y se restringió la circulación a las furgonetas.
El modus operandi es muy similar al de otros multitudinarios actos que ha acogido la ciudad, como el World Pride Madrid, puesto que se aplicarán las medidas establecidas en el protocolo para grandes eventos. Para poder saludar a los Reyes Magos y coger alguno de los dulces que repartirán habrá que pasar controles de acceso que incluirán registros de pertenencias.
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La tradición de que los mejores asientos fueran para los cargos públicos, nobleza y personalidades fue impulsada por Alberto Ruiz Gallardón durante su época como alcalde. Ana Botella, su sucesora, continuó con la tradición y en 2015 repartió 1.205 invitaciones.
Pero Manuela Carmena, tras ganar la alcaldía capitalina ese mismo año, decidió que los nuevos vip serían los que en otros momentos eran excluidos. Que las zonas de fácil y cómodo acceso serían para los niños con discapacidad. Que, en definitiva, las Navidades son de todos y que había que democratizar la ilusión de ver a sus Majestades de Oriente.
"La cabalgata está abierta a todo el público y esa zona donde los famosos podían verla sentados y sin necesidad de guardar colas como el resto de madrileños se ha destinado a instalar más gradas para los madrileños y se ha reservado una zona para personas con discapacidad a las que se ha repartido invitaciones", comentaban desde el Ayuntamiento de Madrid a EL ESPAÑOL el pasado curso.
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