Después de 41 años de existencia, la revista Interviú echa el cierre. En la memoria colectiva quedarán varias portadas históricas como aquella de la cantante Marisol, que llegó casi al millón de ventas y que supuso todo un tsumani social. Imposible también olvidar publicaciones como la de Cayetana de Alba, Lola Flores o Ana García Obregón (62 años).
Sin lugar a dudas, Interviú ha marcado un hito al conseguir maridar el erotismo, el desnudo con la figura de la mujer. Fue la primera revista que osó desnudar a la fémina, rompiendo no solo con estereotipos sino con la rigidez de una época marcada por la prohibición y la censura.
Este 2018 es el año en que todos esos avances quedarán archivados en la historia al echar el cierre debido a las pérdidas de Ediciones Zeta, empresa que agrupa a esta revista y Tiempo. A continuación, JALEOS hace un repaso por las diez portadas más sonadas de la publicación.
Marisol, el morbo de lo prohibido
En 1976 pocos podían imaginar que una publicación se atreviera a desnudar a la cantante Marisol. Con sus pechos al aire, con sinuosas curvas y con sus manos entrelazadas para tapar las partes pudendas, la cantante rompía todos los esquemas de la época. La publicación de Antonio Asensio Pizarro alcanzó casi el millón de ventas.
Bibi, la primera transexual
Verla con ese pelo morena, mirada desafiante, brazos en jarras y unos turgentes pechos marcó un antes y un después. Bibiana Fernández, Bibi Andersen en la época, desafiaba a los mentecatos de la época. Era la primera mujer transexual que mostraba orgullosa su desnudez y lucha.
Concha, el erotismo del cine
Nunca fue propio de ella dejarse ver desnuda. De hecho, siempre ha defendido que en sus trabajos como actriz ponía esa suerte de 'cláusula'. Sin embargo, bajo el lema de Españolas de lujo, Concha Velasco sucumbió a 'Interviú' y dejó ver sus atractivas curvas mientras miraba al abismo.
La Duquesa, los pechos de la aristocracia
La Duquesa de Alba siempre fue una mujer rompedora para su época; hizo lo que le dio la gana estando en vida. Vivió como quiso y amó de igual forma. Sin embargo, bien por su rígida educación o por pudor, nunca saltó la línea de la desnudez salvo cuando Interviú la cazó a los 56 años.
Anita, el 'sex-symbol' de una época
Hubo un tiempo en el que el cuerpo de Ana Obregón estaba más desnudo que vestido entre sus reportajes para la revista -fue una de las mujeres que más veces posó y más vendió- y sus bailes en la serie Ana y los siete. La década de 2000 fue su momento más álgido y los españoles se mostraban ávidos por ver sus curvas.
Lola Flores, las curvas de Hacienda
Decía aquel dicho de ella que 'ni canta ni baila, pero no se la pierdan' y lo cierto es que Lola Flores se atrevía con todo. De hecho, no dudó en posar para la revista -con la naturalidad que la caracterizó- cuando vio que su deuda con Hacienda no era solventada por los españoles en su mítica petición.
Terelu, el arte de no enseñar
La Terelu Campos de su época en Telemadrid despertó muchos suspiros y algunas broncas matrimoniales. Las curvas de la hija de Teresa Campos formaban parte de los tórridos sueños de muchos españoles, por eso la portada de Interviú se vendió como la espuma y tuvieron que aumentarse las tiradas. Eso sí, enseñar no enseñó nada, más bien jugó con la insinuación.
Milá, el chapuzón indiscreto
Cuando Mercedes Milá presentaba Gran Hermano todo era un espectáculo porque nadie sabía con qué se iba a atrever. En sus programas, lo mismo lanzaba un discurso feminista que enseñaba una teta. De la guisa que la captó Interviú nunca antes se la había visto. Al natural, con un cuerpo de infarto, Milá fue pillada en pleno chapuzón.
Belén, los pechos del pueblo
Belén Esteban se ganó como nadie el mote de Princesa del Pueblo cuando se separó de Jesulín de Ubrique. Contar sus desavenencias en los platós de televisión le granjeó el cariño del pueblo. En su mejor momento, se puso pecho y no dudó en posar para la publicación, convirtiéndola en una de las ediciones más vendidas de la historia.
Isabel, la folclórica erótica
Ella siempre se ha vanagloriado de trabajar y solo dedicarse a su público a golpe de copla, sin embargo, gracias a la revista pudimos ver hasta en dos ocasiones a una Isabel Pantoja luciendo curvas. Una de las portadas fue un robo en Tenerife, pero la segunda se trató de un reportaje cuidado en el que la folclórica lució curvas.