Por mucho tiempo que pase, Rosa López (36 años) jamás podrá desprenderse del sello de Operación Triunfo 1, aquel programa que cambió su vida y que la llevó a representar a España en el Festival de Eurovisión. Pasó de ser una granadina un tanto apocada con un vozarrón de vértigo a la Rosa de España que todo el mundo jaleaba.
Siempre ha asegurado que cuando estaba en la academia de TVE su habitual timidez quedaba reducida a cenizas en cuanto subía al escenario. Es justo esa característica la que la cantante percibe en una de las concursantes estrella del regreso de OT, Amaia Romero (18).
JALEOS ha podido hablar con la ganadora de OT1 acerca de la nueva edición del concurso, de todo lo que significó en su vida y de la figura de Amaia, quienes muchos no dudan en equipararla con la de Rosa. "Le deseo lo mejor, canta muy bonito. Me recuerda mucho a mí en mis inicios", responde ilusionada la cantante.
Para ella no hay mayor y mejor regalo que el cariño del público, de eso ella conoce un rato. "Ver que tantos años después Operación Triunfo sigue siendo un éxito es un orgullo muy grande". Llevará en su corazón cuando tuvo la oportunidad esta Navidad de poder cantar junto a Amaia en la gala especial de OT. La canción escogida fue Gracias por la música, de ABBA. "Fue algo mágico y muy vibrante", recuerda López.
'OT', entre el éxito y lo agridulce para Rosa
Rosa López tocó el cielo tras erigirse como ganadora del concurso y cantar en Eurovisión. Tras el boom, ella y pocos más tuvieron una carrera meteórica de discos, conciertos y aplauso del público. Sin embargo, cuando se vive en el ruido del éxito ocurren cosas de las que no eres consciente.
Eso mismo le pasó a Rosa, quien reconoció hace unas semanas en Hora Punta que el cheque de 90.000 euros por ganar Operación Triunfo jamás llegó a sus manos. Alguien se lo robó. "Estuve los seis primeros años sin atender a mi economía", reconoció. No solo ha ocurrido este aciago pasaje en su vida, sino que en Mi casa es la tuya habló de un episodio durísimo.
"Tenía una gira tremenda y mi voz estaba preparada, pero hubo un día que, yo no sé por qué, una chavala no paraba de preguntarme si estaba bien. Ella tenía miedo a que fallara y se empeñó que estaba mal y que, por cojones, quería traer a un médico y trajo a alguien que no era mi médico. Yo me acojoné cuando el tío abre el maletín y me doy cuenta que rueda un bote colorcillo azul y blanco. No sé qué coño era eso. No sé qué me pincharon en el culo, pero desde ese día...", relató Rosa denunciando una presunta negligencia médica.
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