Más de 1.200 personas abarrotaban la Iglesia de San Francisco de Borja de los jesuitas donde ha tenido lugar el funeral por el alma de Carmen Franco Polo, la hija del general Franco. El cardenal Cañizares ha oficiado la Misa in Memoriam que ha concelebrado con el abad emérito del Valle de los Caídos y el también cardenal José Manuel Estepa Llaurens, obispo castrense de España entre 1983 y 2003. Todos sus hijos han estado presente, incluida Merry Martínez Bordiú, ex de Jimmy Jiménez Arnau, quien normalmente reside en Miami.
Su hija, Leticia leyó las preces junto a su tío Jaime y varios de sus primos, incluida la hija mayor de Luis Alfonso de Borbón, Eugenia, quien pidió por su bisabuela Man, para que “nos guíe desde el cielo como con su ejemplo lo hizo en la tierra”. Rafael Ardid Jr, el hijo de Mariola pidió que el recuerdo y la sonrisa de Man les guíe a lo largo de su vida. Luis Alfonso, en primera fila, escuchaba a su hija. De todos los nietos era tal vez el más afectado.
Muy cerca de él, su tío Francis (Francisco Franco y Martínez-Bordiú) tuvo un significativo gesto con su hermana que fue muy comentado por los que conocen de cerca a la familia Franco: a la hora de dar la paz, fue él quien se levantó de su asiento y cruzó la fila de bancos en primera fila, donde estaban sentados los varones, para dar un abrazo a la nueva duquesa de Franco con cariño y respeto. Será ella, Carmen Martínez Bordiú, quien ostentará a partir de ahora un título que en principio estaba destinado a él y a su hermano. De esta forma quiso hacer frente a cualquier tipo de rumores y dejar claro que por él no hay ningún inconveniente.
Carmen, muy delgada, se emocionó al recibir las condolencias de amigos, conocidos y familiares desplazados al templo. Representantes de todos los estamentos sociales, incluida la alta aristocracia, y algunos admiradores llegados desde diversos lugares, quisieron rezar por el alma de la duquesa de Franco.
Muy comentada fue la ausencia de un representante de la familia real, no por parte de la familia, sino de alguno de los asistentes que recordaban que a fin de cuentas, Francisco Franco, el padre de la finada, fue quien hizo Rey a Juan Carlos I. Sí asistió María Zurita, su sobrina, embarazada. Y Giovanna Marone Cinzano de Borbón, hija de la Infanta María Cristina y nieta de Alfonso XIII, quien acudió acompañada por su hijo, Alfonso Galobart.
Giovanna comentó a EL ESPAÑOL que al margen de cualquier otra consideración, Carmen Franco fue “una gran mujer de una extraordinaria simpatía, muy familiar y apegada a los suyos”. Sorprendió la presencia de Leticia Sabater, quien nunca había aclarado hasta ahora su vinculación con la única hija del General Franco y quiso hacerlo para nuestro periódico: “Vino a mi boda y cuando le preguntaron dijo que éramos familia. El padre de Pocholo Martínez Bordiú, su sobrino, es primo hermano de mi abuela”. Leticia resaltó de Carmen su amabilidad, su simpatía, y sobre todo su tolerancia. “Era una mujer cálida, abierta de mente y muy moderna”.
No faltó Jaime de Marichalar, amigo personal de Carmen Martínez Bordiú, quien saludó con enorme efusividad a Tessa de Baviera, prima segunda del Rey Juan Carlos e hija del Infante José Eugenio de Baviera. Según relata Nieves Herrero en la biografía de Carmen Franco, su hermano mantuvo un romance con su hija mayor, Carmen Martínez Bordiú, que no hizo ninguna gracia a su padre, hasta el punto de que llegó a pedirle a Tessa que le dijera a su hermano que dejara en paz a su hija.
En la misma Iglesia, a la que la fallecida duquesa de Franco acudía todos los días a la una de la tarde hasta hace tan sólo dos meses, cuando las piernas dejaron de responderle como quería, tuvo lugar en 1998 el funeral por su marido. La Iglesia está situada en las cercanías del edificio de Hermanos Bécquer que Carmen Polo, la esposa de Francisco Franco, compró para albergar a su familia. Monseñor Cañizares, vicepresidente de la Conferencia Episcopal, recordó a la finada como “una mujer atenta, sensible, siempre pendiente de los demás... siempre dispuesta a obedecer y servir, que pasó de puntillas por la vida evitando siempre conflictos” y que supo irse de la vida sin alharacas, en silencio casi, con una entereza y una fe en Dios digna de encomio.
Al funeral asistieron personalidades del mundo de la banca, como Emilio Ybarrra, y el ex banquero Mario Conde. Cayetano Martínez de Irujo no faltó, acompañado de su novia, Bárbara Mirjan. El jinete vestía de sport, aunque más formal que María Suelves, primera ex de Francis Franco, que lució playeras y medias de colorines. También estuvo Miriam Guisasola, a quien Francis Franco, el mayor de los varones y el único que cambió el orden de sus apellidos, dio un cariñoso beso en los labios. La reconciliación que intentaron a comienzos de 2016 tras haberse separado hace unos años parece ir por buen camino.
Un quintento de cuerda con trompeta, oboe y órgano, el Favola In musica, interpretó diversas piezas musicales: entre ellas el Recordare de Handel, el Kyrie de Morricone o el Jauchzet Gott de Bach. También se escuchó el himno de España, que sonó antes de la consagración. Fue interpretado con dulzura, sutileza y maestría. Sin percusión, pero se oyó en todo el templo, como a ella le habría gustado.