José Antonio Monago (52 años), expresidente de la Junta de Extremadura y actual presidente del Partido Popular de la misma comunidad, ha sorprendido a muchos con su última aparición pública. La razón no está relacionada con sus opiniones políticas, sino con su aspecto físico y es que aparecía visiblemente más delgado.
Según comentan fuentes cercanas de Monago a JALEOS, este cambio se lleva fraguando durante más de un año, y es que el político sale a correr todos los días durante una hora y media. Un esfuerzo que se ve a simple vista. Uno de los puntos donde más se puede observar esta transformación es en la zona abdominal. Hace solo un año, una incipiente barriga se asomaba en la zona inferior de la camiseta. Sin embargo, donde antes hubo grasa ahora el jersey violeta crea zonas huecas.
Otro de los puntos donde más se observa este cambio es en la cara. Antes las formas redondas acompañaban a una predominante papada. Ahora se le marcan los pómulos y no hay ni rastro de grasa en la zona inferior de la cara, quedando en su lugar un fino cuello.
Por último, en la zona inferior el político ha lucido un pantalón de pinzas en color negro que, aunque es cierto que este color adelgaza, permite observar también la transformación en esta parte de su cuerpo. Asimismo, en esta parte se observa que la talla es mucho inferior a la que lucía anteriormente, formando diferentes zonas huecas en la caída de la tela.
Una vida sentimental polémica
José Antonio ha estado la mayor parte de su vida casado con Ana María Cordón, la mujer a la que conoció cuando ambos cursaban los estudios de FP en Badajoz. Desde entonces comenzaron una relación de la que resultaron dos hijos y unos felices años de matrimonio.
Sin embargo, Monago tenía un lado oscuro, escondido a los ojos de su familia y de gran parte del partido. En 2014 salió a la luz que el político viajó a las Islas Canarias a visitar a Olga María Henao, en ese momento vocal del Partido Popular en Santa Cruz de Tenerife. Se trataba de una exuberante y atractiva licenciada en Empresariales, que llegó a España en 1999 desde Medellín (Colombia).
El escándalo, no obstante, no vino por esta relación, sino por la procedencia del dinero para costearse estos gastos. Al parecer, durante esta época, mayo de 2009 y noviembre de 2010, el presidente realizó 32 desplazamientos a Canarias pagados a cargo del Senado, unas dos veces al mes con una cifra que ascendía a 1.000 euros por cada viaje a cuenta de las arcas públicas.
A este respecto, el político compareció en el programa Un tiempo nuevo en Telecinco. Aseguró que Público, el periódico que desveló estas informaciones, era "un medio que no cree en la presunción de inocencia y que está mancillando el honor de una familia. Han arrasado mi derecho al honor". Además, añadió: "Me están lapidando sin defenderme. No hacía falta comprobar que yo soy una persona honesta y honrada. Lo he sido siempre y lo seguiré".
A pesar de lo que pudiera asegurar Monago en estas declaraciones, posteriormente a estos hechos el matrimonio del político no pasó por sus mejores momentos. Sin embargo, la pareja finalmente se reconcilió coincidiendo con las elecciones autonómicas de mayo de 2011, momento en que se comenzó a ver a la mujer de nuevo en los actos públicos, como en la toma de posesión como nuevo presidente regional de Monago. A partir de entonces, y hasta ahora, se les ha visto juntos.
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