Jesulín de Ubrique (44 años) es un hombre de roble, o al menos es lo que aparenta. Ha pasado las peores Navidades de su vida después de que María José Campanario (38) tuviera una seria recaída de la enfermedad que padece y reconoce que si ya antes detestaba la pascua, ahora lo hace con más ahínco. No ha sido fácil, sobre todo por sus hijos.
Ha tenido que congelar la sonrisa en más de una ocasión por ellos. Pero sigue erguido frente a todo. Como un toro de miura. Más fuerte que nunca, Jesús abre su corazón para zanjar las polémicas que lo envuelven: "Me casé con lo bueno y con lo malo, en la enfermedad y la salud. Lo nuestro es de una solidez total y absoluta. El amor y la pasión, en nuestro caso, son incondicionales". Según su forma de enfocar la vida, es de "cobardes" no afrontar las cosas como pueden venir.
Nada de crisis con su mujer, "jamás, jamás y jamás". El torero ha reconocido en las páginas de la revista ¡HOLA! que 2017 terminó y 2018 comenzó de una forma nada idílica: "Ha sido un año difícil, de mucho médico y hospital. Tampoco lo hemos empezado como hubiésemos querido". Al estrenar año, no solo la salud de su mujer ha sido el único quebradero de cabeza para el diestro. Su propia salud se ha visto mermada. "Me han operado de dos hernias. Venía arrastrando desde hace algo más de un año unas molestias, por debajo del vientre, que iban y venían".
Ahora es su mujer quien está al lado de su marido, después de mucho tiempo a la inversa: "Esta vez, sí. La verdad que cuando no ha sido ella, he sido yo. Ella ha estado ahí, al pie del cañón. Estaba preocupada, pero ya se ha ido superando todo". No hay mal que por bien no venga; los hospitales ya no le dan miedo, de tanto que ha tenido que pisarlos.
Habrá boda y apoya el anonimato de Andrea
Él va reponiéndose y su mujer también. La esperanza nunca se pierde: "Va mejorando y eso se ve por días. Y ahora, a procurar que las crisis tarden, y cuando llegue alguna, que sea lo más leve posible. Es importante rodearte de gente que se aporte cosas buenas y de médicos que sean optimistas". Y boda, claro que habrá: "La hemos tenido que posponer, pero queremos celebrar nuestros quince años con nuestra familia".
Una de las tareas más arduas de puertas para adentro de su hogar está siendo mantener a sus hijos en una burbuja para que nada les salpique: "Hemos procurado que ellos estén al margen de todo, están creciendo y van organizando su vida". Tras dejar las plazas de toros, su prioridad ahora es su familia y su vida transcurre tranquila entre quehaceres domésticos.
Hablando de hijos, ¿qué le parece que su hija Andrea (18) haya reclamado su anonimato? "Me parece fenomenal, yo la apoyo al cien por cien". ¿Tiene pensado ir a visitarla a Inglaterra?, pregunta la publicación. "Te aseguro que cuando yo vaya a ver a mi hija no lo sabrá absolutamente nadie". ¿Una pulla hacia Belén Esteban (44)?
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