Antonio Orozco (45 años) sabe lo que es perderlo todo. De ahí que relativice al máximo la importancia del dinero. “El dinero va y viene y es lo menos importante. Está feo que yo lo diga, pero a más indiferencia al dinero, más felicidad en la vida. La importancia del éxito en sí mismo es poder elegir y tener muy claro que uno debe ser dueño de uno”, le explicaba este martes a Pablo Motos en El Hormiguero.
Y prueba de ello, para recordar que para llegar donde está ha tenido que trabajar mucho, en su casa tiene un gran cuadro blanco con una tarjeta de crédito en medio. “Ocupa media casa. Y, sí, tiene una tarjeta de crédito en el medio. Todo el mundo pensará que soy gilipollas, pero me la regaló un colega cuando me fui a hacer las Américas cuando estábamos tiesos de dinero. Con esa tarjeta podía entrar en las áreas de descanso no sólo para echarme una siesta, sino para cogerme algún que otro bocadillo. Es una forma de no olvidarse nunca”.
Pero, además, por si fuera poco, su madre sigue trabajando para recordarle a su hijo lo que es levantarse a las siete de la mañana para ir a trabajar. “Mi madre es el mejor espejo en el que me haya podido mirar”, comentaba el cantante.
Una madre por la que incluso ya le han ofrecido dinero por aparecer en televisión. “Mi madre quiere ser telonera de mi gira”, bromeaba Orozco. “Me están haciendo ofertas serias para llevar a mi madre a televisión. Está en competencia directa con la madre de Pablo López. Lo mismo pueden hacer un dúo televisivo”.
De ahí que ahora en su nueva gira no haya tirado la casa por la ventana. “Pensé que con la mínima producción se puede buscar la máxima producción. Es lo más importante que ha sucedido en mi vida y que no dejará indiferente a nadie”, comentó el cantante, que inicia su gira Único el próximo octubre.
También podría ser telonero de su gira su hijo, que demostró tener muchas tablas para ser DJ. “Mi hijo es un cabrón. Voy a corregir: mi hijo es una sorpresa tras otra, es un delirio. Pablo (López) dice que estamos todavía a tiempo de eliminarlo. No le hace mucha ilusión mi música. Pero sí se mete en todo lo que hago. Me dice: yo aquí metería unas trompetas, le metería un crescendo…”.