Pelayo Díaz (31 años) se encuentra en una nube de felicidad después de anunciar su boda a bombo y platillo con el hombre que ocupa su corazón, Andy Mcdougall. El amor ha vuelto a brindarle una oportunidad. Seis meses han sido suficientes para darse cuenta que lo que siente es puro y verdadero, de esos sentimientos que no caducan, más bien se multiplican.
Cuando JALEOS se ha puesto en contacto con el estilista, su voz suena liviana y exultante. Está feliz, aunque aclara no poder hablar de momento sobre su matrimonio: "No os puedo decir nada sobre Andy de momento más allá de lo que habéis leído". No hace falta, sin hablar lo dice todo.
Sin embargo, en la vida del modelo no todo son algarabías pese a estar atravesando, sin lugar a dudas, su momento profesional más espléndido. Existe algo que enturbia tibiamente sus días, algo de lo que le cuesta hablar. De hecho, cuando este medio ahonda en ello, al otro lado de la línea se escucha cómo suspira amargamente. Sus enfrentamientos en el programa Cámbiame con sus compañeras Cristina Rodríguez (48) y Natalia Ferviú (36) -quien llegó a abandonar precipitadamente el espacio para siempre- le importan, no es algo agradable, pero el jurado se mantiene firme en su determinación. No se arrepiente.
"Soy una persona muy de frente"
Hace unos días, Cristina se sinceró en el espacio de moda de Telecinco -con los ojos arrasados en lágrimas- y aseguró que la relación entre ella y Pelayo no es la misma, que existe un evidente distanciamiento. Ahora, Díaz no da crédito. "Si quieres que te diga un titular estoy muy asombrado y sorprendido con la actitud de según qué personas. El día que yo hable muchos club de fans y seguidores del programa caerán y se llevarán un chasco", asegura el estilista. Sin embargo, de momento prefiere permanecer en silencio; que el tiempo coloque las cosas en su sitio.
No le gustan las personas que presumen de una personalidad y, en el fondo, practican otra muy distinta. Le cuesta la sintonía con quien imposta una realidad. No da nombres, pero tampoco hace falta: "Soy una persona muy de frente, sincera y auténtica y cuando veo que los demás no son así me alejo". No se resta responsabilidad en su carácter, pero reconoce que tener rencillas en el trabajo es algo normal: "En las amistades se pasan por diferentes etapas".
Pelayo confía en que algún día se puedan tender puentes. Mientras tanto, toca ser un profesional y dejar los problemas personales aparcados en pos de la felicidad de las personas que acuden al espacio a cambiar de imagen.
La espantada en directo de Natalia
Ferviú se enrabietó en el programa con una de las nuevas estilista, Paloma González, y al grito de "No estoy dispuesta a soportar estas situaciones" salió del programa para no volver. A los pocos días, decidió escribir sobre lo que ocurrió en su cuenta personal de Instagram. Aunque se trataba de una declaración más bien sentimental, la estilista no se olvidó de mandar algún dardo al programa. O, al menos, a algunos de los que trabajan en él.
"Cuando trabajas en los medios siempre hay alguien que se encarga de hacerte creer que si no estás dejas de existir porque dejas de importar. Hace poco tomé las riendas de mi vida, me vine arriba y decidí vivir sin miedo, bueno sin ese miedo, por suerte o por desgracia sigo teniendo muchos otros", aseguró en su red social. Pero ahí no acabó su desquite: "La vida me ha dado una lección: no hay mayor felicidad que la que produce dormir con la conciencia tranquila. Y también me ha dado un regalo: vosotros". ¿Una pulla hacia Pelayo Díaz?
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