Antonio Orozco (45 años) está siendo uno de los grandes protagonistas de esta edición de La Voz Kids. El cantante lleva semanas demostrando su faceta más sensible, sobre todo cuando la trama del concurso le trae de alguna manera a la memoria a lo que más quiere en el mundo: su familia.
Hace un mes Orozco no podía evitar las lágrimas al oír cantar a una niña invidente y este lunes su voz se quebraba al hablar de su madre. Todo empezó cuando el cantante se sentó frente a su equipo de pequeños talentosos para darles algunos consejos. Consiguió fotos familiares de cada uno de los niños, les puso marco y las colocó ante ellos para darles un claro mensaje: "Vamos a intentar traspasar la fuerza que yo sé que vuestros padres o vuestros hermanos o abuelos os dan cada día".
Antonio es consciente de lo que significa vivir de la música y lo difícil que es a veces enfrentarse al escenario, por eso les ofreció su experiencia y lo que a él le ayuda a sobreponerse en momentos de crisis: "A través de las fotos vamos a tener a nuestra familia para siempre con nosotros. Así siempre que nos subamos al escenario y sintamos que vamos a tener nervios, es entonces cuando hay que concentrarse y pensar en los nuestros; hasta Lady Gaga lo hace".
Les dibujó un trébol de cuatro hojas en cada foto para que "les diera suerte y fueran felices". Y entonces llegó el momento cumbre: "Yo tengo una foto también, de una de las personas más importantes de vida, que es mi madre". Hace una pausa para echar un suspiro lleno de sentimiento. Se giró hacia atrás y cogió su foto para mostrársela a su equipo: "Mirad qué mofletes", dijo bromeando.
Lo que más sorprendió a los niños fue el cambio que ha sufrido con los años, sobre todo en cuanto al pelo: "Antes era rubísimo y tenía una especie de fregona en la cabeza pero muy liso", decía una de las pequeñas. Sin embargo, lo que Orozco quiso inculcar en los menores al mostrar esa fotografía era la importancia de los orígenes de cada uno: "Mi madre todavía es una mujer trabajadora, es un espejo donde mirarse, es muy importante siempre que sepamos que los tenemos ahí para, de alguna forma, ceder e incluso a veces parecernos a ellos".
La emoción le invadió al cantante cuando se puso solo ante la cámara: "Mi madre se queja de que no la llamo, pero no hay ni un solo minuto que no me acuerde de ella, esto suena raro pero es así". Se echó las manos a los ojos, intentando frenar el llanto que hacía muestras de querer salir, pero al mismo tiempo, la felicidad y el orgullo de tener una madre como Carmen le sirvió para seguir adelante y sonreír. El ejemplo de ella es lo que le ha hecho camina sin descanso y ese es el mensaje que ha querido dejar en sus diamante en bruto de La Voz Kids.
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