Santi Millán (49 años) triunfa en la pequeña pantalla. El presentador de Got Talent ha hablado sobre su mujer, con la que lleva 18 años, en unas declaraciones cargadas de respeto. Ella, Rosa Olucha, es una reputada directora y realizadora de televisión. Rosa y Santi forman un gran equipo junto a sus hijos Marc y Ruth con los que disfrutan del tiempo libre siempre que sus profesiones les dejan un hueco.
Te has convertido en un personaje muy querido, ¿cuándo echas la vista atrás qué piensas?
Que nos hacemos mayores, que ha pasado mucho tiempo... No, la verdad que agradecido. Me siento muy afortunado de llevar 30 años en la profesión, de seguir trabajando y que la gente todavía tenga ganas de verme, esto es una profesión rara, no siempre depende de ti que la gente quiera verte o no.
¿De qué depende?
No lo sé, es una de las cosas buenas y malas de esta profesión, hasta que no arrancas no sabes qué va a pasar. Hacerlo todo lo mejor posible dentro de mi capacidad, pasármelo bien y eso transmitirlo a la gente. Transmitir buen rollo, que yo creo que se agradece, es lo que siempre intento pero es algo que no controlas. Es una montaña rusa de pico y valles, hay que saber surfear cuando vienen olas y que te lleven lo más lejos posible y si el mar está el calma, hay que aguantar y tener paciencia.
¿Te has sentido alguna vez 'en calma'?
Sí, en 30 años de profesión hay momentos muy malos, muy buenos, momentos que pensabas que ya está y yo creo que es lo que te engancha, no sabes lo que va a pasar mañana. Puedes estar en el pozo más profundo y que una llamada te cambie la vida.
¿Cómo te definirías?
No sabría decirte, soy un tipo todoterreno que me gusta meterme en el barro y que no me dan miedo las cosas, intento disfrutar de los procesos independientemente del resultado final. Hay otras profesiones en las que si te aseguras de hacer bien todo el proceso, sabes cuál va a ser el resultado y el cliente va a estar satisfecho, pero aquí no. Tú puedes controlar el proceso, hacerlo lo mejor posible, tener un buen proyecto y a la hora de que el espectador lo vea, que no le guste. Es imposible controlarlo, por eso intento disfrutar de lo que es tangible, del proceso.
¿Cuándo empezaste en la profesión?
Empecé con 19 años como profesional, a los 10 hacía teatro en el cole, en el instituto también montamos un grupito de teatro, que uno de ellos es mi socio en la productora que tenemos actualmente y también están vinculados un par de amigos más de ese grupo de teatro.
¿Tu mujer también está en la productora?
No, mi mujer ha estado hasta hace poquito trabajando en El Terrat y ahora hace poco se desvinculó y está de freelance, hace proyectos por su parte. Así diversificamos, si nos vamos a la mierda con la productora que ella salga a flote.
Teniendo tanto trabajo, ¿te da tiempo a conciliar tu vida profesional con la privada?
Bueno yo creo que es complicado en cualquier profesión, los trabajos hoy en día son muy absorbentes, te piden dedicación prácticamente total y absoluta y los hijos también. Están entre la espada y la pared, todo el mundo tira para uno mismo y hay veces que hay que un parada y decir yo también quiero tiempo para mi. Ahí cuando dije, cojo la bici, me voy y me aireo, es un espacio que me reservo para mi. Lo que tú quieres es que tu alrededor sea feliz, por eso mi mujer me regaló la bici que fue muy importante para mi.
¿Qué te aporta tu mujer?
Yo creo que nos compenetramos muy bien, llevamos 18 años juntos y yo estoy con mi mujer de una forma egoísta porque me hace mejor a mi, y a parte que es una mujer a la que admiro profesionalmente. Yo he trabajado mucho con mi mujer y para mi no fue difícil, de hecho hay muchas cosas que si no es con ella no las hago. Los roles los tenemos muy claros, ella manda y yo obedezco.
Eso es típico de los hombres.
No, no, yo hablo de mi relación en particular y nos va muy bien así. Nosotros vivimos en un matriarcado, yo creo que al final tiene que liderar el que tenga más capacidad.
¿Tú no tienes esa capacidad de liderazgo?
A mí me cuesta más, en este caso viendo las capacidades de los dos, pienso que lo lleva mejor ella.
¿Qué te has sentido más actor o presentador?
Yo siempre me he sentido actor, de pequeño quería ser actor, no me visualizaba ni presentando programas de televisión ni nada, a mi me gustaba y me gusta el teatro. Pero como soy un culo inquieto y me gusta probar cosas pues a medida que iban saliendo oportunidades iba probando y me lo paso muy bien. Ahora que estoy en Got Talent me divierto muchísimo, además de que es un formato que tiene un punto muy teatral, tiene público, en directo.
¿Qué supone ser una de las apuestas fuertes de Telecinco?
La verdad que no tengo esa sensación, estoy contento, mi relación con Telecinco se remonta a hace mucho, mucho tiempo y yo estoy muy contento trabajando allí. Mi percepción de mí mismo es de actor, no de presentador, yo creo que está bien que así sea, no soy un presentador al uso, Jesús sí que lo hace bien, y de Jorge Javier qué te voy a decir, más horas de vuelo que tiene ese hombre en directos no lo tiene nadie. Yo más o menos me defiendo, pero tampoco es que sea un presentador al uso.
¿Cuándo llegaste te encontraste rechazo? ¿Te llevas bien con todo el mundo?
Yo intento llevarme bien con todo el mundo pero me imagino que habrá a gente que no le haga mucha gracia. Yo creo que es algo imposible, caer bien a todo el mundo. Si caes bien a todos, algo no estás haciendo bien.
¿Tienes mal carácter?
Yo creo que no, los únicos que consiguen sacarme de mis casillas son mis hijos (sonríe), pero con el resto yo considero que no tengo mal carácter.
¿Qué sientes cuándo ves un plató de televisión con tanta gente?
Me siento afortunado, porque me tocaría estar igualmente en el escenario y no estuviera esa gente sería mucho más triste, me siento afortunado en ese sentido.