La familia de Fernando Verdasco (34 años) ha vivido un año repleto de altibajos. Por un lado, su apellido se ha visto relacionado con la jet set de la sociedad española tras la boda del tenista con Ana Boyer (28), hija de Isabel Preysler (67).
Por otro lado, sus empresas no están atravesando su mejor momento. El clan dispone de varios establecimientos en el sector de la hostelería centrados en el cocido, especialidad de la familia, que en el último tiempo han registrado pérdidas e incluso se ha conocido esta semana que tienen que cerrar uno de los restaurantes para sanear su situación económica.
El patriarca del clan, el hombre de negocios
Si hay una persona que destaca por sus dotes empresariales dentro del clan de los Verdasco ese es José Manuel Verdasco del Hoyo, padre del tenista. El patriarca centra sus inversiones principalmente en el sector de la hostelería, decisión que no extraña teniendo en cuenta que bebió la pasión por este negocio desde muy pequeño.
En la actualidad disponen de varios restaurantes en Madrid, algunos de ellos con más éxitos que otro, que se basan en la cocina tradicional española y que están dirigidos a una clase social media alta.
Bajo el nombre de La Rayúa (en honor a una antepasada de Fernando), el clan Verdasco cuenta con dos locales en Madrid con distinto éxito. El establecimiento situado en Majadahonda, que está gestionado por la compañía Deverdas S.L. seha visto obligado a cerrar el mes que viene, como anunció Semana. El clan necesita traspasar uno de sus restaurantes más emblemáticos para mejorar su situación económica.
Lo cierto es que las cuentas arrojan una información relevante respecto al estado financiero de la sociedad. Solo en 2016, los ingresos de la compañía se redujeron (358.722 euros) registrando unas pérdidas que ascendían a 12.616 euros.
Era habitual ver a distintos miembros del clan en el restaurante, incluso detrás de la barra con el mandil puesto y sirviendo comandas. Además de en la barra, otros miembros están presentes en el órgano de dirección, como la madre del tenista María Olga Carmona Nicolás en el cargo de apoderada o la hermana del deportista, Sara Verdasco (30) también como apoderado.
Uno se cierra, pero otro se mantiene abierto. Se trata del restaurante La Rayúa de Gran Vía gestionado por la compañía Fesarana S.L. (constituida en 2015) y en la que figura el padre del tenista como administrador único.
Este se mantiene abierto, pero su situación económica no es mucho mejor. Concretamente, en 2016 el empresario logró obtener unos ingresos de 294.659 euros, pero que no eran necesarios para evitar que tuviera unas pérdidas que ascendían a 30.047 euros.
A parte de estos dos locales, el empresario también fundó otra empresa en 1991 junto a su hermano Fernando (tío del tenista): Cañaver S.L. El negocio también se encuentra en el sector hotelero y ha seguido la misma suerte que las otras sociedades en las que figura José Manuel: en 2016 registró unas pérdidas considerables (73.320 euros) aunque ese mismo ejercicio crecieran sus ingresos.
Fuera del sector de la hostelería el clan Verdasco también se aventuró a gestionar los ingresos del tenista a través de la compañía Ferek Imagen S.L. La sociedad se constituyó en 2004 con Fernando como administrador único, y su padre y su hermana como apoderados.
A pesar del éxito que ha conseguido cosechar el deportista en la pista de tenis, en el sector empresarial los resultados no han sido tan positivos. En 2016 sus ingresos se redujeron y terminaron el ejercicio con unas pérdidas que ascendían a 442.070 euros.
Además, este mismo año Olga Carmona (madre del tenista) se ha aventurado en el mundo de la estética con un establecimiento en Majadahonda: Cadó Just Beauty.
Otros negocios familiares con mejor suerte
Pero estos no son los únicos negocios en los que se han aventurado el clan Verdasco. Además de los dos restaurantes de La Rayúa, la familia presume de dos locales de gran éxito: La Bola y El Café de Chinita.
El primero de ellos se sitúa en pleno barrio de Ópera (una muy buena zona de la capital) y está regentado por la primera de Fernando, Mara Verdasco. El local se ha especializó en servir cocido (especialidad de la familia) en pucheros individuales de barro.
El Café de Chinita, por su parte, está regentado por José Manuel Verdasco a través de la compañía Verdasco Hermanos S.A. El local, que recibió el nombre de un famoso establecimiento en Málaga, ha conseguido cosechar un gran éxito en el tiempo que lleva abierto.Solo en 2016 obtuvo unos ingresos de 1,2 millones de euros. Es tanto su reconocimiento que en sus mesas se han sentado personajes de la talla de la familia real española, Lady Di y Bill Clinton (71).
Cifras, sin embargo, que no impiden que el clan pueda disfrutar de un alto nivel de vida, del que dan fe sus publicaciones en sus redes sociales. En definitiva, un ascenso social (sobre todo tras la unión con la familia Preysler) al que no acompaña su situación económica.
[Más información: La nueva aventura empresarial de la madre de Fernando Verdasco: 'esteticista' de Isabel Preysler]