Poco dado a aparecer en televisión, Feliciano López (36 años) se pasaba este miércoles con El Hormiguero para hablar de su nueva labor como director adujo del Mutua Open de Madrid junto a Manolo Santana (79). Y para sorpresas de todos, el tenista decidió regalar a las 140 personas del público del programa de Pablo Motos (52) una invitación para asistir al torneo.
"Este será el último año que juegue el torneo porque al año que viene pasaré a ser director", comentó el tenista. "No tengo pensado retirarme, pero sí veo que me va a llegar ese momento ya que 36 años son muchos para un tenista.(…) Siempre he pensado cómo será el día después a la retirada. No tengo que entrenar, ni estar pendiente de las raquetas… Pero el torneo de Madrid es una buena salida. Espero que me ocupe el tiempo suficiente".
"Muchos jugadores no lo han pasado bien porque llevas toda la vida haciendo una cosa. El tenis es un deporte muy sacrificado, tiene un componente mental que juegas solo y nadie te puede ayudar. No tienes tus compañeros con los que hacer tus bromas, tus amiguetes…", añadía.
Pero llegado ese día, López podrá olvidarse de algo que a veces le lleva por el camino de la amargura: los controles antidoping. Y es que, como él mismo reconoció, más de una vez ha liado "más de un pollo en un hospital" porque no le gustan las agujas.
Son unos controles, además, muy estrictos."Tenemos que estar localizados una hora al día por si vienen a hacerte un control. La gente los pone muy temprano para asegurarse que estás en casa. Eso no ser que se te complique la noche anterior", bromeó.
"Es como una invasión de tu intimidad. Tienen que mirarte mientras haces pis. Algunos tienen respeto, pero otros se ponen muy encima porque hay sospechas de gente que utiliza un tubo", explicó el tenista, que recibe entre 10 y 12 visitas al año, a las que hay que añadir otros 10 o 15 análisis en los torneos.
"Si no te localizan, es una falta leve. Y a la tercera leve es un año de sanción. Por eso muchos tenistas se han quejado", comentaba López, que recordó que hace unos días fue a jugar un torneo de golf por la mañana y, poco después de salir de casa, le llamaron para el control.
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