La segunda edición de Ven a cenar conmigo Gourmet Edition está llegando a su final. La encargada de recibir a los comensales en el penúltimo programa ha sido Alba Carrillo (31 años). La modelo ha dado la bienvenida a sus compañeros en su casa de Madrid, un inmueble unifamiliar de dos plantas y situado en una tranquila zona rodeada de más viviendas.
El baño de Alba Carrillo destaca por una sola cosa, el maquillaje. La habitación está cubierta en su totalidad por una gran cantidad de cosméticos amontonados en cestas y estanterías. Un desorden que rebosa en cada rincón de la estancia más íntima del hogar. Nada tiene que ver este espacio con el resto de habitaciones que se mantienen ordenadas y perfectamente estructuradas. Sin embargo, el cuarto de baño sigue una tónica que recuerda al desastre de Ana Obregón (63).
La anfitriona del tercer programa no quiso dejar ningún detalle sin rematar y mostró cada rincón de su hogar. Incluso su cama. Alba, enfundada en un traje de cocinera rosa, ha preparado cada plato y lo ha hecho en una pequeña cocina donde lo más reseñable era su frigorífico, cubierto al completo por fotografías y recordatorios.
Como en cada programa, Alba no ha dejado de acordarse de sus exparejas, en especial de Feliciano López (36) al que le ha dedicado más de un comentario no muy bonito. Esta es la casa a la que se mudó tras la separación del tenista y donde ha estado refugiándose del revuelo que se originó tras el divorcio.
Parece que la modelo quiere decorar su casa con un estilo muy veraniego. En la habitación principal destaca la pared en la que descansa el cabecero de la cama, decorada al completo por hojas de palmeras en colores frescos. El mismo decorado se ve en el salón de la madrileña, los cojines visten fundas en las que destacan las palmeras en verde y rosa. Un estilo que podría hacerle recordar su paso por Supervivientes.
Dicen que un cocinero necesita una cocina bien equipada, pero parece que este no es el caso de la modelo. La habitación de los fogones es uno de los espacios más pequeños de la casa: tan sólo una encimera con una placa de vitrocerámica, una estantería llena de servilletas -y un gran bote de sirope de chocolate-, una nevera y armarios, muchos armarios.
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