Si existe en este país una familia acostumbrada a salir en los papeles esa es la familia García Obregón. Acostumbrados a protagonizar desde los años 70 las páginas salmón de los periódicos, la irrupción en el couché de Ana Obregón (62 años) los catapultó definitivamente a las páginas de las revistas del corazón. Antonio García Fernández (92) y Ana María Obregón son los padres de la actriz; el patriarca y la matriarca de una larga y regia estirpe de empresarios.
Lo que pocos conocen es que Antonio Fernández, mucho antes de que se le etiquetara como padre de Obregón, fue el fundador de una de las urbanizaciones más prestigiosas de Madrid, La Moraleja. Empresario de éxito, construyó en los años de bonanza económica varias casas en una misma parcela para que sus hijos estuvieran junto a él y su esposa.
Y así, todos juntos, han estado los miembros García Obregón hasta hace un tiempo. Según ha podido conocer JALEOS, los progenitores de la intérprete de Ana y los 7 viven en un exclusivo edificio en la avenida Alberto de Alcocer de Madrid. En el epicentro de la capital. Lejos de sus hijos y de esa urbanización que tanto les debe y en la que fueron felices y recibidos con muchos agasajos durante una época. Pero, ¿por qué no hacen vida en su casa de toda la vida? "Hasta donde conozco, se han ido al centro por una cuestión de comodidad. La casa de La Moraleja tenía muchas escaleras y no disponía de un confort adecuado para ellos, que ya tienen una edad complicada", asegura una persona cercana a la familia.
Sin duda, en el centro de la capital "disponen de todo más a mano". En realidad, su vida no ha cambiado mucho o casi nada: "Ellos continúan disponiendo del mismo servicio doméstico de siempre y están muy bien cuidados y atendidos por sus hijos, que los visitan siempre que pueden". La única que lleva alrededor de dos meses sin visitarlos es Ana García Obregón, ya que se encuentra junto a su hijo Álex Lequio (25) en Nueva York muy pendiente de su salud.
Pese a que los padres se han 'emancipado' de su hogar, este medio ha podido conocer que los vástagos del matrimonio continúan haciendo vida en la urbanización de siempre: "Al menos, Ana, Celia y Amalia sé que siguen allí junto a sus hijos y sobrinos". ¿Qué ha sido de esa casa vacía?, se pregunta. "No ha pasado nada con ella, ni se ha vendido ni alquilado. Son una familia muy numerosa y algún uso le habrán dado", remata la fuente a la que ha tenido acceso JALEOS.
Del esplendor al ocaso y los hospitales
La crisis de 2011 dio al traste con el imperio inmobiliario del clan, teniendo que declarar la suspensión de pagos en varias empresas que les llevó a los juzgados, y teniendo que responder a las deudas con su patrimonio, por lo que tuvieron que vender, entre otras cosas, una de sus más preciadas obras de arte: Las tres hermanas en la playa, de Joaquín Sorolla y Bastida, que fue subastada por la casa Sotheby’s en Londres.
Acuciados por lo acreedores en lo económico, la familia vive aquejada por los achaques de salud de sus progenitores. Por su parte, Antonio Fernández tuvo un serio percance doméstico en su casa en 2016 al caerse por las escaleras y en 2017 sufrió una infección renal.
Eso sí, más gravedad ha revestido en los últimos tiempos el estado de salud de la madre de la bióloga más famosa de España, Ana Obregón Navarro. La madre de Obregón sufría un ictus teniendo que ser hospitalizada durante 22 días en la Clínica Rotger, en Palma de Mallorca. La matriarca del clan necesitó atención durante meses para recuperarse, al parecer, sin secuelas.
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