La historia de España ha dado un vuelco en dos días tras el golpe de mano de Pedro Sánchez (46). Hoy la protagonista absoluta es la Robin Wright (House of Cards) del PSOE: la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez Fernández (43).
La nueva primera dama, tiene, según los que la conocen, una inteligencia notable. Rubia, alta, delgada, carece de la dulzura y la candidez de la pareja de Albert Rivera (38), lo que juega a su favor. Hay mucha gente al acecho esperando que cometa errores. Es mucho más inteligente que su marido, me cuentan. Con Begoña Gómez empieza a suceder lo que ocurrió con Bill Clinton cuando llegó a la Casa Blanca y comenzó a decirse con énfasis que su esposa Hillary era más brillante que el mismo presidente de Estados Unidos. Begoña tiene un ansia de protagonismo muy beneficiosa para el PSOE en estos tiempos que corren.
Es capaz de apuntarse, dicen sus enemigos, a la apertura de un sobre, y le gusta salir en los papeles más que a los sellos, pero me alegro. Begoña, a quien los fotógrafos adoran porque no ha tenido jamás un mal gesto, es la mujer que necesita el PSOE. Irene Montero (30) nunca saldrá en ¡HOLA!, si no es a la salida del hospital con los mellizos, pero a Begoña la revista con sede en la calle Miguel Ángel, en la zona noble de Chamberí, ya le han dedicado un artículo en su web.
Pedro Sánchez, a quien sus detractores llaman Pedro el Guapo, cuenta con una gran aliada: su esposa. Con sus largas piernas, su sonrisa contagiosa y su simpatía, va a ser, y ya es un tópico, la Michelle Obama (54) española.
Marca cintura y sabe lucir escote con clase
Nacho Piñel Álvarez, amigo y excompañero, un gran estilista responsable de los looks de algunas de las estrellas más importantes de nuestro país en producciones y publicaciones de moda, le ha hecho un traje en exclusiva para vosotros. "Tiene un estilo actual, muy sencillo, discreto, elegante, pero le da miedo dar un paso más allá, no sigue las tendencias. Amaga, pero no acaba de dar. No es un icono de estilo de momento pero podría llegar a ser una Olivia Palermo (32) si quisiera con el asesoramiento adecuado. Tiene una figura excelente, un cuerpo muy bonito. Sabe sacarse partido".
Piñuel añade "marca mucho la cintura, no tiene miedo a los escotes, pero nunca resulta vulgar, son discretos. Le gusta mucho usar pantalones pitillo. No evita los colores llamativos, es rubia y el rojo le sienta muy bien, y suele decantarse por los colores lisos. Le causan reparo los estampados, solo opta por los que son muy sencillos. Le falta un punto para destacar, si quiere ser significativa. A mí me recuerda un poco a Letizia Ortiz (45), está tan fibrada como ella, pero es más fuerte. Begoña es una mujer delgada por naturaleza que cuida su cuerpo, se nota".
El pelo no me convence, aunque a Nacho le gusta su cabello largo suelto con flequillo. Cree que es fundamental en su atractivo. He llamado a alguien que entiende mucho de estos menesteres, Esther Segura, propietaria de los salones Mirache y cofundadora de la firma de cosmética Secretos del Agua.
"De su cabello se puede percibir que, desde pequeña, Begoña Gómez era muy rubia. Y por ese motivo le favorece enormemente la luz natural de su cabello. Existe una notable diferencia entre aportar claridad al pelo a través de tratamientos con productos agresivos o aquellos que aprovechen la naturalidad de el cabello rubio oscurecido por falta de pigmento a lo largo del tiempo. Yo le recomendaría nuestro difuminador solar para que, de una forma no agresiva aportara claridad a su melena mediante la multitonalidad".
Así, añade, se evitarían "los cabellos castigados y conseguiría más movimiento y longitud. Siempre destacando su belleza natural, que, en su caso, es evidente". A los que entienden de moda y estética les gusta. Tiene solo una piedrecita en la mochila que fue aprovechada por la prensa de derechas para intentar hundirla.
Ha sido socia y directiva del departamento de outsourcing comercial de Inmark Europa en España, la empresa que trabaja para Intermon Oxfam suministrándole personal a pie de calle. Esta ONG se vio salpicada por un escándalo de índole sexual recientemente, pero Begoña, licenciada en marketing, no tiene la culpa, como tampoco lo tenían ninguno de los socios que pagaban sus cuotas con la mejor intención.
Cuando se legalizaron las ETT en España, hará ya casi veinte años, la izquierda pata negra calificó este tipo de modalidad de contratación como prestamismo laboral y esclavismo. Y eso que gobernaba Felipe González (76). Ha llovido desde entonces y esta forma de trabajo se ha convertido en algo tan normal y aceptado socialmente como el perreo en las discotecas. ¡El mundo se mueve muy deprisa!
Para contrarrestar tiene otras cositas en el curriculum que quedan mucho mejor, ha sido socia y directora de la consultora Task Force, especializada en la captación de fondos para ONGs y fundaciones, y profesora de la Universidad Complutense. Ha colaborado con Greenpeace y Amnistía Internacional, así como con entidades privadas como Deutsche Bank. Es, cuentan, una hábil negociadora, lista, rápida y con don de gentes. La naturalidad es su mejor baza.
A años luz de la actitud de Zapatero con sus hijas góticas
La tercera primera dama socialista de la historia de nuestra democracia instaurada tiene en común con sus predecesoras el hecho de ser madre. Dos niñas guapísimas, según me cuentan, y se puede ver en muchas fotografías, que han heredado los ojazos del padre y la risa contagiosa de su mamá. Begoña y Pedro no están tan obsesionados como Zapatero (57) con proteger su intimidad ni de las nenas. Recordemos lo que hizo el expresi: mandó un fulminante burofax a una revista protestando por la publicación de unas fotos de una jornada marinera familiar.
No quieren parecerse a Zapatero ni a Sonsoles. A la elegante soprano le llegaron a cerrar la piscina de los huérfanos de la Guardia Civil con el fin de que practicara el buceo. Aquello dio lugar a un mini escándalo del que se hicieron muchas bromas en la prensa. Y en cuanto a ocultar a sus hijas, no sirvió de nada. Fue contraproducente. Había tanta ansia por verlas que las niñas fueran objeto de befa y mofa de toda España tras las fotos que se hicieron vestidas de góticas en la Casa Blanca junto a los Obama.
Tan poco favorecidas salieron que hubo quien bromeó con que esa fue la verdadera razón de sus padres para ocultarlas. Carlota y Ainhoa, en cambio, posan para los fotógrafos con tanta gracia y naturalidad como su mamá. Y a esta no le importan que los paparazzi la inmortalicen en las playas, tiene un cuerpo perfecto desde cualquier ángulo y hasta con la luz más criminal. Y es que sabe que ni siquiera en Cuore le pueden hacer un arghhh. Su hija pequeña es bastante traviesa y muy divertida.
Es una madre cercana, estricta cuando tiene que serlo, y viste a veces a las dos pequeñas igual, no por pijerío, sino por comodidad. Llevan a sus hijas a un colegio público, el que les toca por la zona en la que viven, Pozuelo. Hay una coherencia entre lo que piensan y lo que hacen. Aunque ahora que son las hijas del presidente llevarán escolta y eso puede complicar la vida al resto de los escolares y sus padres. Si las escolarizan en otro centro no tenemos que escandalizarnos. Las niñas no dicen tacos, ni parece que vayan a dejarse rastas y a echar carreras con los paparazzi como hacía Pablo, el hijo de Felipe González. Ignoro si bailan ballet como María, la hija pequeña del ex presidente del primer gobierno socialista, pero ya nos enteraremos, supongo.
¿Y cómo se comporta como pareja Begoña? Es muy cariñosa, y así lo demostró tras el debate televisado en el que dio a su pareja un ósculo peliculero tras el debate a cuatro bandas en Antena 3, antes de las últimas elecciones. Algo posesiva, demuestra con sus gestos que el líder del PSOE "es suyo".
Se acabaron las vacaciones y la piscina en el ático
Dicen que Pedro fue una buena pieza antes de conocerla. Se quieren y se nota. Son muy de hacer manitas. Aún se recuerda la frase de Sánchez cuando fue elegido presidente de su partido, dedicada tanto a ella como a sus hijas: "Gracias porque cada noche, cuando regreso a casa, su alegría borra mi cansancio; por la comprensión cuando la tarea en que me he empeñado me aleja de su lado".
Los que les han tratado afirman que aparentemente siguen viviendo en una luna de miel. Ella le hace todos los días el nudo de la corbata. Se conocieron hace casi trece años en una fiesta a la que fueron con amigos que tenían en común. "Fue un flechazo en toda regla", confesaría ella en Planeta Calleja. En el 2005 nació la mayor de sus hijas, Ainhoa, y en el 2006 Trinidad Jiménez los casaba en el Ayuntamiento de Madrid. Luego hubo un ágape en el Hipódromo de la Zarzuela. En el 2007 vino al mundo Carlota.
Se afirma que Letizia sentía un aprecio especial por Pedro Sánchez, que se extiende a su pareja. A ambas les gusta estar en forma. Begoña practica pilates, body combat y aerobic en un gimnasio de Pozuelo de Alarcón. La gran incógnita es si redecorará Moncloa y meterá muebles de Ikea. La llegada al Palacio siempre fue un proyecto vital de los dos.
Es lista, ambiciosa, tiene carácter, impulsiva y su mejor asesora. No se preocupa de tonterías, solo de lo importante. Y no se espera de ella que sea muy exigente con los cocineros. Lo que es seguro es que se llevará consigo todas las cartas de amor que le escribió a lo largo de su vida su marido, que guarda en un baulito de madera azul. Ella misma lo contó… Nos va a dar mucho juego. Lo peor van a ser las vacaciones. La pareja compró un piso en Mojácar (Almería) allá por el año 2001. Está ubicado en un antiguo hotel convertido en urbanización por una constructora catalana. Lo adquirieron cuando aún no habían terminado las obras de remodelación por una cantidad que no alcanzó lo 20 millones de las antiguas pesetas (120.000 euros) . Suelen pasar desde entonces una semana en verano allí y también las vacaciones de Semana Santa cuando esta cae con la primavera avanzada.
Hay una piscina en el ático y las niñas tienen su pandillita de amiguitos. Los padres son siempre corteses con el resto de los vecinos, pero por el poco tiempo que pasan allí no han tenido tiempo de intimar con nadie. Cuando llegan todos los años él las deja en casa y luego, como no hay parking, se va a buscar un sitio donde dejar el coche, lo que no es siempre fácil. El Ayuntamiento le ofreció una plaza que él rehusó. No quería privilegios.
Pasan casi todo el día en la playa, y solo muy tarde ya a veces sobre las ocho, visitan la piscina para darse un baño. La complicidad entre la pareja es evidente. Casi todos los días hacen una de las dos comidas fuera de casa. Uno de sus chiringuitos favoritos es el Aku-Aku. Y a Pedro, como a la mujer de Zapatero, le encanta bucear. Probablemente toda esta bonita historia de verano azul con vecinos de clase media, y las tapitas en la playa se ha acabado para ellos ahora que tienen que viajar con un enorme equipo de seguridad.
O les invita alguien, como hacía el dueño de Porcelanosa con Aznar (65), a un chalet que reúna las condiciones necesarias, o tendrán que buscar un lugar de vacaciones perteneciente a Patrimonio Nacional como hacía Felipe González. Se les ha acabado la tranquilidad, pero sarna con gusto no pica. Ellos se lo han buscado.
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