Hace algunos días escribía en mi blog que por mucho que se empeñara Pablo Iglesias (39 años) en justificar su huida de Parla por culpa de la presencia de paparazzis -le pongo la ese porque entre los del corazón se la ponemos-, aún le faltaba mucho para llevar detrás a los que siguen a Álex García (36) o Lady Gaga (32).
La justificación que daba no me valía. No éramos ni somos cucarachas en su persecución ni teníamos la culpa de lo de su chalet, custodiado por la Guardia Civil, como ocurría con la casa de José Bono (67) en Toledo. ¿Los tendrá a pleno sol como el ministro socialista o les pondrá una sombrilla? Ellos van a ser los únicos que le hagan guardia.
Incluso llamé a una amiga de las que son capaces de poner las peras al cuarto a esta oleada de neostars cuando se ponen divinas con los fotógrafos y me dijo que nunca han interesado. A lo sumo, los fotógrafos de la prensa del cuore estarían interesados en hacerle alguna foto cuando fuera a salir del hospital con los gemelos, con la esperanza de vender "algún cromo" de él y su novia posando con los niños. Lo peor es que las revistas del corazón, salvo tal vez Lecturas, son muy conservadoras. Una de ellas hizo, en las últimas elecciones un perfil de las primeras damas y omitió a la entonces pareja de Pablo, Tania Sánchez (39). Y nadie se puso a hacerle guardia cuando se dijo que Ussia había roto el corazón de Irene con una presentadora en un ripio. Una rubia, para más señas, cuentan.
Desgraciadamente, Pablo Iglesias e Irene Montero (30) han tenido que hacer frente al duro trance de que se adelante el nacimiento de sus gemelos. Y los paparazzis no están haciendo guardia, "no solo por respeto a lo mal que lo están pasando", sino porque no es un personaje, ni lo ha sido nunca, de prensa de corazón, afirma un responsable de una agencia de noticias rosa.
La situación que sobrelleva el líder de Podemos conmueve incluso a sus enemigos políticos. Irene Montero ha dado a luz cuando se encontraba en la vigésimo sexta semana de gestación. En una entrevista en el programa Al rojo Vivo de La Sexta, Pablo Casado (37), cuyo hijo nació cuando su mujer estaba solo embarazada de cinco meses, ha manifestado: "Estoy con Pablo e Irene. Estas experiencias te hacen mejor persona… Lo van a sacar adelante y en unos meses estará todo fenomenal, les doy todo el ánimo del mundo".
El niño pesaba 700 gramos y mientras la nueva esperanza blanca del PP, su padre, perdía diez kilos casi de golpe con el disgusto, el pequeño fue cogiendo peso poquito a poco y ahora se cría con absoluta normalidad. En su intervención en el programa de Ferreras (51) Casado expresó su convencimiento en que los mellizos de Irene Montero e Iglesias "saldrán también adelante. Estoy con Pablo y con Irene porque sé lo que tienen que estar viviendo, es un agobio tremendo. Van a salir adelante, estos niños lo aguantan todo".
Dolors Montserrat (44), ministra de Sanidad del PP, ha dado la enhorabuena a la pareja y ha expresado su sincero deseo de que "puedan irse con los mellizos a casa" y les ha recordado que los bebés, ingresados en un hospital público, "están en las mejores manos, con los mejores profesionales y el mejor sistema nacional de salud". Rafael Simancas (52), que también tuvo un hijo prematuro les ha deseado lo mejor en su cuenta de Twitter. No pueden quejarse. El PP no muerde, y la situación tan dura por la que están pasando recuerda a la que ha vivido recientemente María Zurita (42), quien concedía una de las entrevistas más desgarradoras y auténticas que se han podido leer en la revista ¡HOLA!. Aunque ella tuvo un parto prematuro solo un mes y medio antes de lo previsto, hubo desprendimiento de placenta, parada cardiorespiratoria, UVI, cesárea de urgencia… La situación fue gravísima, peor que lo sucedido con Pablo e Irene. El niño tuvo que ser trasladado desde El Rosario a la Paz en una incubadora inmensa, donde fue estabilizado.
María estuvo pocos días ingresada. "El jueves después del susto me fui. Necesitaba descansar en casa. Estaba inquieta no dormía… era un sufrimiento". Sus amigos la visitaban y para ella no era una visita normal: "El niño estaba arriba muriéndose, y yo con la preocupación de que el pobre estaba fatal". Al final, el pequeño, que llegó a recibir el agua de socorro el primer día, cuando Carlos Zurita, marido de doña Margarita, le untó unas gotas de socorro en la incubadora el de agua del Jordán el primer día tras su nacimiento, ha salido adelante. A los doce días de su nacimiento ya pudo estrecharlo contra su pecho.
No vamos a ponernos a especular sobre si Pablo Iglesias habrá rezado o no en una situación tan especial, en la que hasta los ateos más recalcitrantes suelen encomendarse a todos los santos por si acaso. Y esto puedo decirlo porque conozco muy de cerca este tipo de experiencias, como ha dicho Simancas, pero desde estas aquí le deseo que todo vaya bien y que sus dos niños, Leo y Manuel, se críen sanos y fuertes, y le den mucha guerra y que con ceras, pistolas de agua, y hasta lapiceritos y martillos, no hoces -que son muy peligrosas- no le dejen ni un trozo decente de pared en condiciones de su famoso chalet.
Jorge Verstrynge (69), gran amigo de la pareja, y el único hombre que me ató una vez un zapato con la rodilla echada en tierra, un gesto que algunos interpretarían como machista, pero que a mí me pareció de una caballerosidad fuera de lo común, dice que los niños "son muy vitales. Esta batalla la están ganando. Van a salir adelante". Suerte y salud, compañeros. ¡Que Dios proteja a vuestros hijos!
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