Siete días. Ciento sesenta y ocho horas. Mil cuatrocientos cuarenta minutos son los que Leo y Manuel Iglesias Montero llevan en este mundo al que con tanta fuerza se agarran. En el más alto de los secretos, Irene Montero (30 años) ingresaba en el Hospital Materno Infantil del Gregorio Marañón de Madrid el pasado 3 de julio para alumbrar, de forma inesperada y prematura, a sus dos primeros hijos junto a su pareja, Pablo Iglesias (39).
Con tan solo 26 semanas de gestación, los pequeños deben permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales hasta su recuperación, no solo con los correspondientes tratamientos médicos sino con el calor de sus propios padres. "Es una práctica habitual que las madres de bebés prematuros se acojan al Método Mamá Canguro", revela una fuente a este medio.
Una fórmula que carece de tecnología pero cuya eficacia está demostrada. El método 'piel con piel' no es más que el hecho de que el cuerpo del bebé prematuro entre en contacto físico con el de su madre o su padre.
Este periódico ha podido comprobar en primera persona cómo a lo largo y ancho del centro clínico que se erige en la calle O'Donnell de Madrid, el hermetismo en torno a la pareja, dado lo delicado de la situación, ha sido extremo. Ni rastro de Irene y Pablo cuya presencia pasa absolutamente inadvertida no solo a lo ojos de los periodistas sino de los propios pacientes. No existen.
Ni siquiera en los documentos oficiales, pues según informaba hace unos días El Confidencial Digital, los trabajadores de Maternidad detallan que no figuraba el nombre de Irene Montero en los registros de pacientes del hospital, tampoco en la apreciación adjunta de "no informar de la habitación", habitual en estos casos en el área "observaciones" de la ficha complementaria de quienes ingresan.
"Están en las mejores manos", expresaba el líder Podemos en un escueto comunicado publicado a través de su perfil público de Facebook donde rubricaba también su pareja. La recuperación de la madre ha sido la común, aunque Leo y Manuel seguirán en observación, exactamente en esas manos que los recién estrenados padres consideran "las mejores" y que cuidan ("el más importante de los servicios públicos") de su primera y única prioridad.
Con el deseo (propio y general) de que sus mellizos "salgan adelante" cerraba Pablo, contra todo pronóstico, su acelerada actividad en redes sociales, donde desde hace exactamente una semana reina el silencio.
Ídem en lo relativo a las cuentas de Irene. La portavoz de Podemos en el Congreso de los Diputados, que fue dada de alta el pasado viernes, tal y como recogió JALEOS en exclusiva, no ha realizado manifestación pública desde que se convirtiese en madre el martes pasado.
Según la información a la que ha tenido acceso este periódico, los padres de bebés prematuros pueden permanecer el tiempo que deseen junto a sus hijos en el Cuidado Intensivo Neonatal, salvo que desde la enfermería se les solicite, puntualmente, pasar a la sala de espera.
En su pugna más personal, en su causa más íntima y en su proyecto más entrañable, Iglesias y Montero permanecen más unidos que nunca. Todo el tiempo es poco para pasarlo junto a sus mellizos, guerreros en plena lucha por la vida y por una recuperación que seguro llegará.
[Más información: Los mellizos de Irene y Pablo, sin paparazzis en la puerta pero con fuerzas para salir adelante]