Las canciones de Luis Miguel (48) -El Sol- llegaron al corazón del estadio del Festival de Starlite. El aforo de 3.000 personas se completó en el día en el que él cantaba, incluso los espacios más caros como el palco platinium de 868 euros la entrada. El astro brilló con luz propia y paró el tiempo con su Reloj no marques las horas. Pero algunos lo hicieron. Esos que se habían sentido en las últimas semanas dolidos con los comentarios que Paula Echevarría (40) había hecho sobre la etnia gitana detuvieron el tiempo.
La actriz dijo en una entrevista una polémica frase: "Es como comparar a Dios con un gitano", comentario que a muchos le dolió. Pues bien, Paula, que ayer acudió acompañada de su novio Miguel Torres (32), no quiso hacer declaraciones a este respecto. Sí lo hizo su compañera de palco de honor, la cantante Niña Pastori, que acudió junto a su marido, Chaboli.
La intérprete quiso quitarle importancia al asunto y habló para JALEOS. "Un mal día lo puede tener tener cualquiera, y tenemos derecho a equivocarnos, porque hay palabras que se nos escapan y no pasa nada, pero luego hay que por pedir perdón", explicó.
Paula, haciendo de tripas corazón, pasó por alto los comentarios y, cuando se le preguntó si se iba a excusar al respecto, se hizo la sueca mientras seguía haciéndose selfies con los fans, obviando como una estrella las preguntas. Eso sí, no paró de besuquearse durante el concierto con Miguel Torres, con una copa de vino tinto en mano. Mientras, Mariló Montero (52) totalmente desatada no paraba de brincar mientras cantaba las canciones de Luis Miguel. Lo cierto es que para el público que acudió al concierto, el movimiento de las parejas de famosos en los palcos era un espectáculo más añadido al de Luis Miguel.
Una señora en platea decía: "Esta chica de Velvet es mucho más cariñosa con este futbolista que con Bustamante (36), ¡con lo que a mí me gusta ese chico!". Comentarios para todos los gustos mientras el mexicano se despachaba bien con temas como Se te olvida y Contigo en la distancia, Llamarada, La Bikina o la sentida balada No discutamos.
El 'yogur' australiano de la duquesa de Franco
Pero sin duda alguna, el protagonismo de la noche se lo llevó Carmen Martínez Bordiú (67) que acudió al concierto con su novio, Timothy McKeague. El australiano no posó junto a la flamante duquesa de Franco, pero JALEOS pudo conseguir la foto de su cena romántica en el restaurante tailandés del recinto de Starlite. El ex atleta australiano lucía un moreno envidiable que aún se hacía más visible con sus atuendos celestes. Y cenó un rico calamar a la plancha que él mismo se pidió en la barra mientras su novia alternaba en la mesa del presidente de Naturhouse, Félix Revuelta.
Carmen no quiso contestar a nada de lo que le preguntaron los periodistas. Ni cuando se le preguntó qué opinaba sobre que el Gobierno estudie la ilegalización de la Fundación Francisco Franco, sobre su recién estrenado título y sobre si cambia su domicilio para vivir en Portugal. A todo lo cuestionado había una callada por respuesta. A la pregunta: "¿Pero Carmen, no va a contestar usted a nada?", espetó un "no es no". Una frase muy de moda y que nada tenía que ver en el contexto.
Carmen se pasó el concierto con el teléfono en mano, la mayoría del tiempo chateando y otra tanta haciendo algún vídeo que otro. Su duque consorte, el atractivo Tim, se sentó unas cuantas sillas alejado de ella rodeado de damas que no perdían momento para hablar con el bello atleta. Eso no pareció gustarle mucho a la nietísima que reclamó para que a su novio lo sentaran más cerca de ella. Concretamente detrás para no dejar ninguna duda. El australiano no se sabía la letra de ninguna canción de Luis Miguel, pero hacia el esfuerzo del tarareo.
Al fin y al cabo, el chico tiene la misma edad que Cynthia Rossi, la hija pequeña de Carmen, y es más de Jamiroquai. La misma Bordiú ha definido a su apolíneo toy boy como "un terapeuta de la felicidad", desvelando también que se dedicaba a "temas financieros con gente muy potente" hasta que sintió un vacío existencial y terminó "en Nepal, aislado y meditando". Ahora que es lo más parecido a un duque le espera un verano de los más zen.
Un photocall muy diverso
El concierto del ídolo mexicano Luis Miguel no dejó indiferente a nadie. La promotora de Starlite, Sandra San Juan, apareció vestida de burbuja de champán con brillantes y con un par de gafas de su marca, promocionada por Valeria Mazza. La empresaria explicó que "gracias a la amistad que Luis Miguel tiene con Enrique Ponce (46) que hoy este aquí en concierto en Starlite. Estamos felices". Más discreta en atuendo, Nuria Fergó (39) explicó a este medio que "estoy llena de ilusión por haber puesto la voz a la Vuelta Ciclista España, estaré el día 23 de agosto en la Alcazaba de Málaga cantando la canción que está llena de vida en el inicio de la primera etapa".
Los palcos estaban llenos a rebosar. Javier Banderas, el hermano del actor malagueño, Raúl Sender, Pedro Trapote y Begoña que posaba divertida con Julián Porras, Javier Conde y Estrella Morente (37). También acudieron a la cita Margarita Vargas (34), Alfonso de Borbón (52), que no se le vio al lado de su madre, y menos de Tim. Poveda, que actuará el próximo 27 de julio en el festival, o Paloma Cuevas, entre otros. Los políticos tampoco faltaron, Juanma Moreno, presidente del PP andaluz, acompañado de su mujer, Manuela Villena; y el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo. Los últimos en llegar y pasar desapercibidos fueron Gunila Von Bismark (68) y Luis Ortiz. Una noche en la que, a pesar del retraso del concierto sobre el horario previsto, el 'Sol' mexicano se encargó de que la cantera brillara.
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