Hace solo unos días, numerosos jóvenes aterrizaban en España procedentes de Ghana después de vivir una experiencia que tardarán tiempo en olvidar, entre ellos Tana, hija de Eugenia Martínez de Irujo (49) y Fran Rivera (44). ¿La razón? El voluntariado prometido se convirtió en todo un infierno para estos adolescentes tras descubrir que la organización Yes We Help no cumplió con las garantías y condiciones estipuladas una vez llegaron al país africano.
Tana acudía a este voluntariado después de haber suspendido la selectividad por segundo año consecutivo. Sin embargo, su sangre azul y los ceros en las cuentas corrientes de sus padres no la eximieron de vivir las penurias que los otros adolescentes, la mayoría entre 17 y 20 años, estafados por la organización.
La situación fue insoportable el miércoles, cuando la Embajada de España en Ghana y las autoridades del país montaron un operativo de escolta para trasladar a España a los voluntarios que así lo quisieran, vuelo en el que regresó la nieta de la duquesa de Alba. El martes parte de estos jóvenes habían sido amenazados por hombres armados que irrumpieron en las instalaciones, según informó La Vanguardia entonces.
Tana dormía en una habitación con varias literas y como alimentación tenía un menú que se repetía durante las comidas y las cenas: "Una ración muy escasa de arroz, pasta o pollo", recuerda una de las compañeras de la aristócrata en este viaje a LOC. Para poder variar un poco la alimentación, a veces algunas de las jóvenes salían a comprar comida en un mercado local: pan, mango, piña o plátano.
Todo ello a pesar de que las voluntarias habían pagado una cantidad considerable de dinero: 850 euros a Yes We Help. Eso sí, el billete de avión (600 euros), la tramitación del visado y la contratación del seguro médico corrían a cuenta de los adolescentes, unas cantidades que elevaban el precio total a un mínimo de 1.500 euros por cada voluntario.
Los jóvenes ya se habían percatado de que la situación en el país africano no era la que la ONG les había prometido desde España. Al llegar cientos de voluntarios se vieron colgados, sin ningún tipo de organización, ni comida ni agua (que les sería repartida el domingo, a pesar de que habían llegado el viernes); y fueron los propios adolescentes los que tuvieron que buscarse tareas que hacer. Momento en el que ya varias organizaciones del mundo de las ONGs alertaron de que la fundación podría estar incurriendo en irregularidades.
A pesar de esta desorganización no recibieron ningún tipo de comunicado ni información por parte de la supuesta ONG, aunque el Ministerio de Exteriores instó a Yes We Help a informarles de las recomendaciones del viaje y de las precauciones que debían tomar.
Dentro de las irregularidades en que incurrió la organización se encuentra la venta alcohol a los menores de edad. "La organización nos vendía alcohol y participaban activamente en las fiestas. Una botella de vodka costaba 3,14 cedis (moneda nacional), pero nos la vendían por 5", relata una de las jóvenes afectadas a La Voz de Galicia.
También el grupo de amigas de Tana se vio involucrada en estas 'fiestas' por parte de la organización: "Al poco tiempo de llegar fuimos con Yago (el hombre que dirige Yes We Help) a un chiringuito en una playa cercana donde nos dejaban poner nuestra música y estuvimos bailando y bebiendo hasta las dos de la mañana. Acabó bastante borracho e invitando a cerveza a las chicas", rememora una de las amigas de la hija de Eugenia Martínez de Irujo.
Evacuadas por el ministerio
Tras conocer estos hechos, la Embajada de España pidió a los afectados que se comunicaran con ellos, a la vez de que les avisaban que se estaba preparando una escolta para poder sacar de la zona a aquellos que lo desearan.
Embajada de España en Accra. Rogamos a todos los participantes en el programa YES WE HELP que comuniquen su estado, lugar donde se hayan, planes de viaje o si desean asistencia. Pueden dirigirse a la embajada +2332774004/5 al número de emergencia consular +233540113582 o por correo electrónico a emb.accra@maec.es
Muchos de estos jóvenes, entre ellos Tana Rivera que acudió al viaje por su propia iniciativa y no por un castigo por parte de sus padres, conocieron la entidad a través de las redes sociales, sobre todo Instagram, donde se describía Yes We Help como una Organización no gubernamental que organizaba "voluntariados internacionales. ¡Te cambiará la vida y mejorarás la de muchos otros!".
Como parte de las protestas, varios voluntarios se quejaron a través de sus redes sociales e incluso llegaron a colgar una pancarta con la palabra estafa junto al nombre de la entidad en el exterior de la residencia. Ahora que ya han aterrizado, muchos de los afectados comentan que llevarán a cabo acciones legales contra la organización.
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