Perro no come carne de perro, y entre bomberos no nos pisamos la manguera. Pero lo que está ocurriendo es muy serio y no beneficia en absoluto a esta profesión. Se está poniendo en duda la credibilidad periodística de este país por el silencio de los medios ante la complicada situación que está viviendo la presentadora.
Yo misma, al escribir esto, ando pensando que soy algo kamikaze. Porque... ¿Y si me da algún día por querer ser tertuliana y sacar el careto del agua donde nado con las truchas y los castores? Ni 30 euros me va a pagar.
Perdóname, hermosa Ana Rosa, pero eres el personaje de la semana y no tengo más remedio que hablar de ti. Un amigo muy querido, colega de profesión, cuyo nombre omito por si tiene que ir un día a pedirte curro, me mandó un link con la noticia de La Vanguardia titulada sin ningún tipo de presuntos. Así, a pelo: Detenido por extorsión Juan Muñoz, marido de Ana Rosa, en el caso Villarejo. Mi amigo, que me quiere mucho, añadió: "Atención, buena información para una nota magistral tuya". Le contesté: "Si nadie la hace es por algo". Y esta fue su respuesta: "¿Tanto poder tiene la escritora y reina de las mañanas?".
Pues sí, sí lo tiene, y le tenemos más miedo que al rey Felipe VI. Como se temió en su día en Telecinco a María Teresa Campos, quien protegía bajo su ala no solo a su hija (52), sino también a 'Rociíto' (41), y de esto podría hablar y no parar Massiel (71) y hasta hacer una serie para Netflix con la que ganaría tanto dinero que ya no le importarían las demandas.
Ana Rosa, ante todo he de decirte que te envidio un montón. Una no se puede fiar nunca de los cuñados, y mira que el tuyo, que fue compañero de curro cuando éramos muy jóvenes, me caía muy bien, tan mono él, con su melena de Tarzán recogida en coleta, uno de los dos únicos guaperas de la redacción. La persona perfecta para dejarle al sobrino para que espabile, pero no para poner en sus manos algo tan delicado como las funciones de negro literario.
Escribir un buen libro le lleva un año a cualquier mortal, casi a pleno rendimiento. Y el que se crea que existen las mujeres multipurpose capaces de estar divinas, hacer footing, cuidar a sus hijos, arreglar las tuberías, ayudar a los niños con los deberes, gestionar una empresa, dirigir un programa y tener tiempo para escribir novelas de amor, es muy ingenuo.
Me cuentan que gracias a la ayuda de una coach muy especial te hiciste de hierro. Por ello, en parte, se te teme tanto… Fue precisamente Rosa Villacastín (71), con la que trabajaste en Extra Rosa, quedándote al final con el pastel, la que, sin ningún tipo de rencor, te espabiló para que siguieras adelante. Te dijo que no te encerraras en ninguna madriguera y fueras a lo tuyo. Diríamos que te montó una escena a lo Luisa Fernanda con su hermana María Cristina de Borbón cuando la persuadió de que no renunciara a los derechos de su hija al trono. No existía Calomarde al que atizar un tortazo. Pero conociendo a Rosa, si hubiera tenido que dártelos a ti para que espabilaras lo habría hecho. Demostró contigo que era una gran amiga.
Y mira que aunque muchos predijeron que estabas acabada, la audiencia subió. Tu caso fue parecido, salvando las distancias, al de Kate Moss (44), por quien nadie daba un duro cuando se montó aquel pasote con Pete Doherty (39) y fue grabada consumiendo cocaína mientras su novio grababa con los Babyshambles. Muchas marcas la vetaron, y a los pocos meses su cotización se había multiplicado por tres.
El morbo vende. Aquí no hay drogas de por medio, pero tanta brasa te están dando los partidarios del procés en las redes que te van a empezar a salir defensores de otros lugares de España hasta debajo de las piedras.
Cuentan de Ana Rosa que trata muy bien a su gente, que cuando Cuarzo era de ella no faltaba nunca un desayuno mañanero para toda la redacción. Y cuando bajaba a cafetería preguntaba a los presentes si quería que les subiera algo del bar. Y se enfadaba si a la gente le daba vergüenza pedírselo. Os podrá parecer ridículo esto que os estoy contando pero no sabéis cómo tratan algunas estrellas televisivas a sus guionistas de plató y a sus redactores. Tampoco era una diva en la universidad, y los que estudiaron con ella están hartos de oír eso de "ha ganado con el tiempo".
Ana Rosa era una chica "muy mona, con presencia". No estaba metida en revueltas estudiantiles, lo cual era casi sorprendente en aquellos convulsos tiempos en la facultad, e iba por libre, independiente, a lo suyo. Se sentaba en una esquina de la clase, en el sitio más feng shuy, con las espaldas muy protegidas, y observaba. Observaba mucho.
Casi todo el mundo habla de Alfonso Rojo (66), su primer marido, y del padre de sus gemelos, Juan Muñoz, pero olvidan que Garci (74) y ella estuvieron muy enamorados. Formaban una pareja de película.
Poco tiene en común el sensible director con el hombretón que es ahora su marido. Con él decidió convertirse en madre, y además por partida doble, a los cincuenta. Lo que más le aterra, cuentan, es la repercusión que pueda tener este asunto para sus hijos. Los niños no son nada tontos, y pretender protegerlos en estos lances es como poner puertas al campo. Por mucho respeto que te tengan los directores de informativos de otras cadenas.
Ana Rosa es una mujer ecléctica. Pero Garci, que tan buenos guiones ha dirigido, se daría cuenta de inmediato de que el tema de esta película es anacrónico. La presentadora no es el Rey Sol en los tiempos de Versalles. Una cosa es el corporativismo y otra muy distinta no tratar un tema de interés informativo hasta que conviene hacerlo. No creo que Ana Rosa pida tanto. Pero en muchas redacciones solo los novatos se atrevían a mencionar allá por el 2009 el tema de Alhendín, un escándalo urbanístico por el que también fue imputado su marido junto a otras catorce personas. Ana Rosa ya daba entonces más miedo que el rey. Y no muerde. Espero…
[Más información: Primeras palabras de Ana Rosa Quintana tras la detención de su marido]