María Teresa Campos (77 años) no está atravesando su mejor momento tras descubrir que a su hija, Terelu Campos (52), le han diagnosticado su segundo cáncer de mama. La emblemática presentadora ha ofrecido una entrevista donde sobre habla cómo está viviendo esta situación y cómo ha sido este último año, marcado por los fracasos profesionales.
La periodista relata que la encargada de informarle sobre lo que le ocurría a su hija fue la doctora, amiga de la familia, según explica a la revista Lecturas. La médico le aseguró que tenía una buena y una mala noticia. "Me contó lo que le pasaba a Terelu pero me dijo: 'No les va a pasar nada'. Me puse a temblar de lo que me entró por el cuerpo, he arrastrado esto estas semanas".
Una situación que, no obstante, no quita que la presentadora se muestra optimista al respecto: "No deja de dolerme, doy gracias porque lo han cogido súper rápido". Uno de los momentos más duros para la presentadora son las mañanas, hasta que tiene "claro que se lo han cogido a tiempo, que en su cuerpo no tiene nada y el ganglio no estaba tocado, ni nada de nada", explica la malagueña a la publicación.
Una de las cosas de las que más se arrepiente es cómo reaccionó cuando su hija se lo comunicó. "No tenía que haber reaccionado poniéndome tan nerviosa temblando, pero claro eso no lo puedes controlar", y es que ha querido dejar claro en varias ocasiones que ella sigue siendo su madre y este tipo de situaciones le duelen.
Ahora hablan a diario, "quiero saber cómo está, veo que está muy divertida en el grupo de whatsapp que tenemos de la familia. Se ríen y cuentan muchas cosas", relata.
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¿Próxima vuelta a la televisión?
María Teresa siente que la edad y el ictus que sufrió hace un año no le han repercutido a nivel profesional. "Puedo seguir trabajando exactamente igual", aclara. "Me pones a mí sentadita en un plató, incluso andando, ¡has visto que ando!", ya que lo importante es que "funciona lo que tiene que funcionar": la cabeza.
Una situación que no tiene que ser fácil para una mujer que ha sido y es un referente en el panorama de la televisión de nuestro país, y que ha visto cómo sus expectativas profesionales se han reducido rápidamente en poco menos de un año. "Como han pasado muchas cosas últimamente, a mí no me dio el ictus por casualidad, ni porque tuviera yo predisposición a estar enferma. No. A mí el ictus me dio por puñadas que me han clavado y no voy a decir nada más".
Una afirmación rotunda y que abre la puerta a muchas más incógnitas que María Teresa se niega a aclarar a la publicación. Lo máximo que especifica es: "Un día me alteré más de la cuenta y me provoqué el ictus yo misma". Un problema de salud que, por el momento, es cosa del pasado pues las pruebas que le han hecho muestran que todo está correcto y no le han quedado secuelas.
La malagueña asegura que por el momento está contratada, y por esta razón prefiere callarse "porque si me pongo a hablar me embalo. La vida me ha enseñado que hay momentos para hablar y otros para callar", explica a la revista.
Porque María Teresa es María Teresa, y ella explica que a las personas que salen cara al público "nos retira el público, cuando no te quiere ver". Cuando vuelva, si vuelve, le gustaría hacer algo "que no tenga nada que ver con lo que hacía", como algo relacionado con la música.
La periodista también reconoce que el disco que lanzó junto a Edmundo fue un "fiasco". Fui a firmar a un sitio al que no había que ir. Es un Corte Inglés maravilloso, muy grande, pero es como un laberinto y nadie lo había anunciado", explica la malagueña sobre la firma de discos fracasada de hace un par de meses a la que solo acudieron un par de fans.
Otro de sus fracasos fue la compra de la casa que ahora está en venta. "Veía a gente muy famosa que se había arruinado. Pensé que iba a meter aquí el dinero y que esta casa siempre estaría", pero ahora se da cuenta de que va a ser muy difícil venderla y recuperar su inversión.
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