"La buena vida es cara, la hay más barata, pero no es vida", reza un dicho con el que, de seguro, Kiko Matamoros (61 años) estará de acuerdo a pies juntillas. Al defensor de la audiencia de Sálvame le cambió la vida el pasado 7 de agosto cuando su mujer Makoke (47) tuvo acceso a una delicada información que terminó con su matrimonio tras 20 años. Tras el anuncio de su ruptura, Matamoros hizo las maletas y abandonó la que había sido la casa conyugal de La Finca para irse a vivir, ni más ni menos, que a uno de los hoteles más prestigiosos de la capital, el Eurostar Madrid Tower, cerca de la Plaza de Castilla.
El hotelazo, de cinco estrellas, tiene el nada desdeñable coste de casi 200 euros por noche, sin reseñar dispendios mayores. Teniendo en cuenta que Kiko lleva disfrutando de sus instalaciones desde que la soltería volvió a su vida, a mediados de agosto, el montante ascendería a día de hoy a 9.000 euros. Y subiendo más y más por cada día que pasa. Bien es cierto que cabe recordar que en ese hotel conocen al tertuliano, son unos buenos conocidos, y no sería extraño que hayan existido descuentos en esta larga estancia. No obstante, se trata de un magno desembolso económico por parte de Matamoros, mas si se tiene en consideración la delicada situación por la que estaría pasando el colaborador tras su pública guerra con la Agencia Tributaria y los embargos que le pesan.
Y es que, es vox pópuli que el padre de Laura Matamoros (24) continúa bajo la abrasante lupa de Hacienda, que le retiene cerca del 80 por ciento de su sueldo después de haber aparecido un año más en la célebre lista de morosos. La cantidad que adeudaría el colaborador asciende a 1.016.643,20 euros. Por si esta situación no fuera lo suficientemente asfixiante y contradictoria con su alto nivel de vida -casi todos sus bienes estaban a nombre de Makoke antes del divorcio-, no hay que olvidar que Kiko tan solo trabaja en televisión dos veces en semana, a lo sumo. Y esta es su mayor fuente de ingresos.
Por un lado, el colaborador tan solo aparece en las tardes de Telecinco una vez a la semana para ejercer su función de defensor de la audiencia en el Club del espectador. Un trabajo -después de haber regresado a Sálvame tras abandonarlo de manera voluntaria durante bastantes meses, con su consecuente perjuicio económico- del que se desconocen con exactitud los emolumentos que estaría percibiendo, pero que "no superarían los 1.000 euros semanales". Una cantidad un tanto irrisoria si se tiene en cuenta que cuando era colaborador habitual y diario percibía entre los 600 y 900 euros brutos por programa. Lo que se traducía, si asistía los cinco programas de la semana, en 16.000 euros mensuales.
Ahora, su economía -pese a las vastas retenciones de Hacienda- estaría cogiendo un poco más de oxígeno después de haber fichado como colaborador en las galas de Gran Hermano VIP 6. Este trabajo le permitirá acudir a plató una media de dos veces por semana. Además, en las últimas semanas ha pedido abiertamente a la Fábrica de la Tele volver a ser colaborador. ¿Para enmendar su situación? Sea como fuere, ¿son estos trabajos en televisión de suficiente calado y peso como para sostener el sublime nivel de vida de Kiko? La respuesta solo la conoce el protagonista, pero de lo que no cabe duda es que Matamoros vive muy bien. Al menos, de cara a la galería. Él mismo lo dejó patente en una entrevista: "Tengo una vida bastante cómoda, me puedo permitir muchísimos lujos, me los permito y en mi casa se vive muy bien".
Unas declaraciones que casan a la perfección con el nivel de vida que desprenden las imágenes que esta semana ha publicado la revista Corazón TVE. En ellas se puede ver a Kiko comprando un bolso y un monedero en Prada, una de las tiendas más elitistas del mundo. Además, el colaborador no ha cambiado en exceso su ritmo de vida desde que Makoke dejó de ser su mujer. Matamoros continúa haciendo la misma vida social, saliendo a cenar con amigos, de fiesta y acudiendo a sus lugares nobles de siempre. A priori, una vida de soltero a todo tren. Nadie diría que su economía sangra.
Ni mucho menos sus actos. Kiko no ha renunciado a ninguno de sus lujos, él mismo lo ha contado en más de una ocasión, vanagloriándose de su acomodada vida: "Me encuentro muy bien, más relajado, con más tiempo para mí y para compartir con mi gente. Estoy jugando mucho a las cartas, es una pasión que tengo. Estoy disfrutando de mi gente, de mis amigos". Lejos de ajustarse el cinturón, Matamoros tiene intención de hacer realidad uno de sus sueños: abrir un club de jazz. Sin duda, unas ambiciones y una vida nada propia de alguien ahogado por las deudas.
Los 'otros ingresos' de Kiko
Tras hacerse públicas sus deudas, muchos se preguntan cómo ha podido acumular una deuda de tales características el colaborador habitual de Sálvame. Lo que mucha gente tal vez no sepa es que, además de participar a diario en el programa de Telecinco, Matamoros es representante de famosos. Precisamente su trabajo como manager de Carmina Ordóñez fue la que le catapultó a la fama. Después trabajó para la modelo Mar Flores (49) -que se convirtió en su cuñada- y ahora representa a distintas personas que se han sentado como invitados precisamente en Sálvame. En los últimos años, Matamoros también ha concedido distintas exclusivas a revistas del corazón por las que habría cobrado buenas cantidades.
Pero para entender los problemas de Kiko Matamoros con Hacienda hay que remontarse unos años atrás. Concretamente a 2009 y 2011, años en los que comenzó a administrar dos empresas unipersonales a través de las que gestionó sus ingresos. Se trata de Salto Mortal SL y Silla de Ring SL, dos sociedades limitadas que ya no tienen actividad.
Tras estas dos experiencias fallidas, el colaborador estrella de Sálvame entró en el consejo de Administración de Gambrro Technologies SL, una compañía de programación informática. Los presidentes y CEO de esta compañía, los hermanos Pablo Jesús y Antonio de los Santos Simo Escabias, fueron acusados en 2015 de estafar al menos cinco millones de euros a más de un millón de personas por un timo de mensajes de texto (SMS). Enviaban mensajes cebo a través de Whatsapp a un gran número de personas y les pedían que contestasen para conseguir un trabajo. El coste de cada mensaje era de 1,50 euros.
Antes de todas estas empresas también fue el administrador de Nazan Producciones SL, una empresa fundada en 1999 y que tampoco tiene ya actividad. Además, también formó parte de una explotación ganadera Cuadra Metropolitano SL, que está extinguida.
El clan Matamoros, de oro a golpe de reality
Hacienda y embargos aparte, la familia Matamoros ha vivido en los últimos años de los grandes emolumentos que aporta la televisión y las exclusivas. En concreto, el año dorado del clan fue en 2016 -sin desdeñar al que está viviendo Diego Matamoros en la actualidad- cuando Laura Matamoros y Javier Tudela ingresaron en la cuarta edición de Gran Hermano VIP. Entonces, la familia se embolsó magnas cantidades de dinero. Según publicó en esos días Sálvame, los Matamoros se habrían embolsado hasta 400.000 euros en esas semanas desde que arrancase el programa de Telecinco.
Al que mejor le salió la jugada fue a Kiko Matamoros, que ganó 45.000 euros por estar tres días como invitado en la casa junto a su hija. A su lado, Makoke habría ganado 35.000 euros por haber pisado 10 platós de televisión. Poco comparado con lo que Diego Matamoros, exconcursante de Supervivientes y hermano de Laura, ganó. El hijo de Kiko concedió entrevistas en 33 programas de televisión durante el tiempo en el que su hermana ha estado participando.
En total, estas entrevistas le habrían servido para cobrar hasta 86.000 euros. En la actualidad, dos años más tarde de aquello, la familia continúa embolsándose grandes cantidades de dinero. Un dato: con el ingreso de Makoke en la casa de Guadalix, Kiko, Laura, Diego y Javier Tudela vuelven a la rabiosa actualidad de los platós y las entrevistas. Mientras que los ceros se multiplican sin descanso en sus cuentas bancarias, Hacienda sigue haciendo su trabajo con Kiko y este... viviendo de lujo.
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