La vida de la familia Pantoja tiene todos los ingredientes para un guion de telenovela. Empezando por la historia vital de la matriarca del clan, Isabel Pantoja (62 años), que es tan folclórica como ella, en la que no han faltado desamores, muertes e incluso años de cárcel; a la que se une los infinitos líos amorosos de su hijo Kiko Rivera (34) y una reciente depresión; o las innumerables portadas y vaivenes mediáticos de Isa (22). Tener el apellido Pantoja parecía un preludio de polémica, pero, curiosamente, entre tanta 'oveja negra' existe un 'caballito blanco' que vive tan expuesto como el resto pero con la suerte de su parte: Anabel Pantoja (32).
Y en la 'vuelta al cole' se ha convertido en 'la favorita de clase'. Su tía ha llamado tres veces en diez días a Telecinco tras años de mutismo absoluto; su primo ha vuelto a su trabajo de DJ; y Chabelita lleva casi dos semanas en la casa de GH VIP; lo que se traduce en más horas de televisión para Anabel con su correspondiente caché. La sobrinísima habla de todos los conflictos en los que se ven envueltos sus familiares pero no ella. Anabel comenta los hechos, ejerce de portavoz del clan y al mismo tiempo representa la figura propia del aludido pero sin serlo y sin llevarse las críticas directas. Su posición tiene varios contras, pero sobre todo muchos pros.
Anabel está teniendo su septiembre de 'oro' gracias a las circunstancias familiares. Ha conseguido que Chabelita reciba una histórica llamada de apoyo de su madre para que continúe en Gran Hermano, está defendiendo a la joven en el plató de El Debate y es el escudo que intenta naturalizar las guerras familiares. Su puesto en Telecinco la pone en el ojo del huracán, pero nunca sale ardiendo porque la 'lava' nunca va hacia ella, sino hacia su entorno. Ha sabido colocarse en un lugar privilegiado dentro de un ambiente tan incendiario como es Sálvame pero sin ser ella nunca la diana de las críticas.
Hace seis años que Anabel entró en el mundo televisivo. Fue de la mano de El programa de Ana Rosa, plató que pisó por primera vez para defender a su primo Kiko durante su concurso en Supervivientes. Aunque su fama actual se debe mucho más que a aquellas palabras nerviosas que pronunció para defender al DJ, puesto que el joven solamente aguantó dos semanas en la isla. Poco a poco Anabel supo hacerse un hueco en las tertulias rosas gracias a su lazo de sangre con los Pantoja, por los que siempre ha dado la cara cuando ellos se han negado.
Y tras más de un lustro en televisión, Anabel ya tiene un nombre propio en los medios. Una transformación del anonimato a la fama que no ha pasado inadvertida. Este cambio se nota en su físico, algo a lo que comenzó a dar importancia tras un año en la pequeña pantalla. Se colocó una banda gástrica -tal y como ha hecho Kiko- y su cambio es innegable. Pero mientras ella perdía peso, su cuenta corriente lo cogía.
La reticencia de sus familiares a contestar a las polémicas convertía a Anabel en la más 'accesible' para que los programas de televisión obtuvieran la versión de más cercana a los Pantoja. Así fue haciéndose un lugar en el medio audiovisual y ya está sentada en el 'cortijo' vespertino más famoso de la tele. Anabel no canta, no pincha discos ni vende su vida personal en las portadas de las revistas pero se ha ganado una silla en Sálvame y factura miles de euros gracias a sus redes sociales. Además, ejerce de 'asistente personal' de Isabel Pantoja en sus giras; y ha diseñado dos colecciones cápsula de firmas de complementos de moda: una, de bañadores y otra, de gafas de sol.
Sin duda, la prima que 'tropezó' por casualidad con el mundo televisivo ha sido finalmente la que ha sabido montárselo mejor que algunos de sus familiares. Porque mientras ellos soportan críticas y ataques, la hija de Bernardo Pantoja hace su día a día como compañera de periodistas e informadores, esos mismos que ponen en el punto de mira a su familia, pero ella permanece 'intocable'.
[Más información: Anabel Pantoja, una mina de ingresos como 'influencer': 2.000 euros por foto, 30.000 al mes]