Sandra Fernández de Villavicencio (30 años), la hija del marqués de Larios, no olvida ni mucho menos perdona a su padre. Desde que el pasado 17 de abril su progenitor, José Carlos Fernández de Villavicencio y Eleta, la desahuciara junto a su nieto Kenzo (6) -momento del que fue testigo EL ESPAÑOL- de la que había sido su casa de toda la vida en La Moraleja, el dolor y la rabia se mezclan con el afán de hacer justicia y desenmascarar a esa parte de la familia que nunca la aceptó. En estos meses Sandra no ha parado de agotar las vías judiciales contra su padre a la vez que escribe una suerte de memorias en las que narra su calvario desde que sus padres se separaron y que solo ha ido a peor con los años.
Después de ver cómo el marqués de Larios ha derrumbado su casa con el objetivo de levantar otra para sus otros hijos -y de negarse en redondo a devolverle algunas pertenencias que se dejó el día del desalojo-, Sandra no se arredra ante el poder del marqués y sus amenazas y coacciones. Ante la adversidad, Villavicencio se crece y descubre sus armas en este libro. "Será un escándalo de libro. Diré que estoy recibiendo amenazas por un par de personas de la familia Fernández de Villavicencio por hablar con la prensa. Me están coaccionando y presionando", asegura Sandra en conversación con JALEOS.
Ella desoye toda medida de presión y escribe su viacrucis en forma de apellido ilustre: "Escribiré todo lo que he vivido en mi núcleo familiar desde cómo se conocieron mis abuelos paternos hasta cómo fue la convivencia con mi padre, detalles más profundos del desahucio, del predesahucio y mi vida posdesahucio". La joven está dispuesta a poner el foco en todas las controversias que, según ella, reinan en la familia de su progenitor. Mantiene que el noble vive rodeado de lujos y que se desentendió de ella porque quiso: "Hablaré del poder económico y político que tienen en España, Panamá y Suiza. Será un escándalo de libro que zarandeará la aristocracia y la jet set española. Descubrirá quiénes son realmente los Fernández de Villavicencio y Eleta".
Una vez puesta en la materia, Sandra no se dejará nada en el tintero: "También contaré la verdadera relación tóxica que tienen entre los hermanos, los acuerdos y chantajes internos". Necesita plasmar su sufrimiento y el de su hijo, el dolor y el 'oprobio' padecido, pero a la vez, y por primera vez, la hija del marqués hace catarsis y encuentra la paz tras la tormenta: "La verdad es que en parte me siento aliviada con el tema de la casa, he vuelto a vivir, sin olvidar las heridas de un padre a su hija. Eso creo que jamás podré borrarlo. Pero, bueno, todo se paga en la vida".
Lo más lacerante no es el sufrimiento de una hija, sino de una madre: "Ese daño que le ha hecho a su único nieto es algo que no se puede perdonar. Todo esto no es por la casa, sino por el daño psicológico". Ella solo quiere proteger su presente y su futuro y algodonar la existencia del pequeño Kenzo, el cual ha sufrido sobremanera en estos meses y se ha visto obligado a cambiar de colegio y entorno.
El pequeño tiene "problemas de habla" y esta delicada situación de desahucio no ha ayudado, según su madre: "Desde pequeño tiene ese problema y son muchos cambios". De entre todos los agravios, ese es el que más le duele. "Lo único que se le pidió fue que esperara tres meses, es una persona cruel", aseguró en referencia a su padre. Eso sí, ella no piensa insuflarle odio a Kenzo: "Voy a seguir adelante, hay que perdonar para ser feliz".
La mala relación entre los padres de Sandra
Sandra es fruto de la relación sentimental que mantuvo el Marqués de Larios -el marquesado es un título nobiliario español creado por la reina Isabel II y que José Carlos ostenta desde 1999- con Eva Frommer. El matrimonio se disolvió cuando la única hija que tuvo en común sumaba pocos años. Pese a que en la actualidad su padre ha rehecho su vida con otra mujer, con la que actualmente tiene dos hijos de 15 y 12 años, padre e hija están unidos por la vivienda de La Moraleja en la que Sandra y su hijo Kenzo vivían -propiedad del marqués- y a la que tuvieron que decir adiós el pasado 17 de abril.
En este tiempo Sandra ha tenido, además del apoyo y cariño de la familia de su padre -con la que continúa manteniendo contacto-, el soporte anímico de su madre, Eva Frommer: "Con mi madre siempre he tenido una muy buena relación, al igual que Kenzo adora a su abuela. Mi madre ha sido muy correcta con mi padre, jamás ha ido en contra de él, se hizo cargo de mí junto a mis abuelos maternos, fue madre y padre".
[Más información: El desahucio de la hija y el nieto del marqués de Larios desde dentro de la casa, minuto a minuto]