Por qué todos los hijos de la duquesa de Alba se han divorciado
- Cinco de los seis vástagos de la fallecida Cayetana Fitz-James Stuart pasaron por el altar. Hoy ninguno de ellos sigue casado. Una 'maldición amorosa' que JALEOS recuerda a 24 horas de la gran boda del próximo heredero.
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Este sábado 6 de octubre se celebra la gran boda aristócrata del año. Fernando Fitz-James Stuart y Solís (28 años), hijo del actual duque de Alba, dará el 'sí, quiero' a Sofía Palazuelo (27) en el Palacio de Liria. El heredero al ducado jurará amor eterno a su pareja, algo que han hecho en cinco ocasiones los hijos de la duquesa de Alba y que en todas ha salido mal.
De los seis hijos de Cayetana de Alba, cinco se casaron y los cinco se divorciaron. Una suerte -o más bien, maldición- que no espera repetir la joven pareja que este sábado celebra sus primeras nupcias, pero los antecedentes no consuelan.
1. Carlos Fitz-James Stuart y Matilde Solís
El 18 de junio de 1988 el primogénito de la duquesa de Alba se casaba con Matilde Solís-Beaumont y Martínez de Campos. Sin embargo, el matrimonio fue un fracaso. Ella tuvo que dejar Sevilla y afincarse en Madrid, se sentía siempre muy sola y las jornadas en el campo con su suegra le aburrían constantemente. Entró en una depresión -incluso se habló de intento de suicidio- que consiguió mitigar la llegada de su primer hijo, Fernando (28), duque de Huéscar; y la de su segundo, Carlos (27), duque de Osorno.
Matilde conoció a un treintañero que la enamoró y se casó con él por en una ceremonia civil. Ante la estupefacción de su familia, años más tarde consiguió la nulidad de su primer matrimonio, y también se divorció del segundo.
Carlos Fitz-James (70) es el actual jefe de la Casa de Alba y de su fundación familiar. Motivo por el que su primogénito, que es quien se casa este fin de semana, recibirá el título nobiliario como sucesor del linaje.
2. Alfonso Martínez de Irujo y María de Hohenlohe
La Parroquia de la Virgen Madre de la Nueva Andalucía fue testigo de la boda de Alfonso (67) y María de la Santísima Trinidad de Hohenlohe-Langenburg el 4 de julio de 1977. Acudieron 800 invitados y fue la propia duquesa de Alba la madrina.
La pareja se divorció diez años después, en 1987, y desde entonces no se le ha relacionado con ninguna otra mujer. De hecho, siempre ha destacado su discreción, y es que es de los hermanos que más rehuye el tema mediático.
El exmatrimonio tuvo dos hijos, Luis (40) y Javier (37). El primero se casó el 1 de octubre de 2016 con Adriana Marín Huarte; y el segundo contrajo matrimonio en 2008 con Inés Domecq. Alfonso tiene tres nietos: Mencía, Sol y Alfonso.
3. Jacobo Fitz-James Stuart y María Eugenia Fernández de Castro
El Palacio de Liria -el escenario que más veces ha presenciado los casamientos de los Alba- acogió el 1 de noviembre de 1980 la boda del tercer hijo de Cayetana Fitz-James Stuart. De su unión nacieron Jacobo y Brianda.
Pero, al igual que sus hermanos, el divorcio llegó 18 años después: "Me dolió mucho la separación. Teníamos a nuestros hijos y un proyecto laboral común. Fue como si el mundo y el esquema en el que vivía se me rompieran. Tuve que comenzar de nuevo", confesó María Eugenia años más tarde.
Jacobo (64), sin embargo, se volvió a casar. Lo hizo en Roma, en el año 2004, con la periodista Inka Martí Kiemann.
4. Fernando Martínez de Irujo, el único soltero
El marqués de San Vicente del Barco ni se ha casado ni piensa hacerlo. Fernando (59) también negó siempre que quisiera tener hijos y precisamente por eso quiso poner en alquiler la casa de 'Las Cañas' que heredó tras la muerte de su madre, un lugar en el que sus hermanos Cayetano, Carlos y Jacobo han veraneado durante años con sus mujeres e hijos.
Durante varias vacaciones de verano se ha visto al aristócrata disfrutando de jornadas en alta mar en compañía de mujeres con las que se mostraba muy cariñoso y cercano. Sin embargo, no se ha oficializado ningún idilio hasta el momento.
5. Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova
El quinto hijo de Cayetana de Alba contrajo matrimonio con una joven mexicana llamada Genoveva Casanova (41) el 15 de octubre de 2005 tras cinco años de noviazgo. Además, fueron padres de mellizos, Luis y Amina, en el año 2001.
Sin embargo, aunque el día de su boda fue la guinda a su amor, el matrimonio apenas duró dos años. Cayetano (55) y Genoveva firmaron la sentencia de divorcio en 2007: "Discutíamos por todo. Hasta que me di cuenta de que éramos dos personas con caracteres muy fuertes. Ni opuestos ni parecidos, sencillamente fuertes", contó años después en Vanity Fair la protagonista en referencia a su 'trágica' ruptura. Aunque con el paso del tiempo consiguieron mantener una relación estupenda por sus hijos: "¡Le tengo un inmenso cariño! Nos entendemos perfectamente, nos conocemos tanto. No vivimos juntos pero nos vemos todos los días".
En la actualidad el duque de Arjona hace su vida con Bárbara Mirjan, una joven veinteañera con la que ya ha consolidado dos años y medio de amor.
6. Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera
Eugenia (49) y Fran (44) se casaron el 23 de octubre de 1998. La aristócrata y el torero se unieron en santo matrimonio en la Catedral de Sevilla. Contó con 1.400 invitados, desde artistas hasta miembros de la Casa Real. De esta unión nació Cayetana Rivera Martínez de Irujo, conocida como Tana.
Años después el propio Fran Rivera afirmó: "Mi madre, la noche antes de mi boda, me dijo que no me casara. Me dijo: 'Fran, coge un coche, coge un avión y vete y no te cases mañana. No pasa nada, yo me quedo aquí a dar la cara y esto dentro de un mes se ha olvidado". Un preludio de lo que pasó en 2002, cuando firmaron su divorcio de forma amistosa. Más tarde, también consiguieron la nulidad matrimonial.
Esa cordialidad se acabó una década después. En 2012, justo cuando Tana regresó de su año interna en un colegio de Londres. Las desavenencias entre sus padres se hicieron insoportables cuando la menor pidió irse a vivir con su padre a Sevilla y los Alba se oponían. Fue el estallido de la guerra entre ambos a la que siguió un sin fin de portadas de prensa rosa que trataban continuamente el conflicto.